Tráfico y explotación sexual de menores en San Diego
San Diego, Cal. Cuando Rick Castro, oficial del sheriff del condado de San Diego, irrumpió en la casa de Vista, un suburbio de clase media baja al norte de San Diego, lo primero que vio fueron los desvalidos ojos marrón de una niña de no más de 14 años, menuda, con la cabellera hasta media espalda, vestida con una diminuta minifalda negra y una camiseta blanca con el letrero en azul y rojo USA pegada al cuerpo. El policía quedó conmovido por su belleza, pero más por el terror en su mirada. Paola llegó apenas unas semanas a la casa de prostitución, arrastrada desde Morelos por los hermanos Salazar. Julio, Tomás y Luciano Salazar Juárez son los capos de la principal red de tráfico y explotación sexual de niñas y adolescentes mexicanas que desde hace más de 10 años, en pleno día , opera en campos agrícolas y suburbios de San Diego. Los tres oaxaqueños han hallado en el país de las oportunidades el terreno propicio para construir un imperio de lenones que trafican desde el sur de México hasta la frontera norte con su mercancía humana. A su paso, secuestran, extorsionan, corrompen y violan las leyes nacionales y de Estados Unidos, sin que les pongan freno. Esta es la primera de tres partes de una investigación realizada por EL UNIVERSAL, en la que durante una semana se recabaron testimonios, datos, documentos y pruebas físicas de la forma en que actúa esta organización delictiva, que según los informes se ha extendido hasta Fresno, Nevada y Nueva York. Christopher Tenorio, fiscal federal del Departamento de Justicia del Distrito Sur de California y Castro, revelaron para este diario los detalles de la forma en que opera la banda. A finales del 2001 la agencia de investigaciones, FBI, inició una investigación formal contra los Salazar, quienes se presume también están involucrados en el tráfico de drogas. Centenas de niñas , de 12 a 18 años de edad, originarias de Puebla, Oaxaca, Michoacán, Morelos y Veracruz, han sido secuestradas o engañadas para ser despojadas de todos sus derechos humanos y ser convertidas en esclavas sexuales en los terregales de los campos agrícolas. Los puntos de San Diego donde opera la red son: Vista, Las Casitas de Escondido; Las Antenas, en Carlsbad; Carrizales, en Oceanside; Del Mar , y Los Gatos, en Valley Center . Paola, la "niña USA" como quedó archivada en el expediente, era manejada por Tomás Salazar. En los pocos días que la joven tenía en la Unión Americana ya había recorrido todos los campos de explotación. Por su belleza se convirtió en la mercancía preferida, y día y noche tuvo que atender a filas de hombres, bajo techo o la intemperie. De los 20 dólares que pagaba cada cliente, ella nunca recibió ni uno solo. Todo el dinero se lo quedó Tomás. Desde 1996, el policía de origen mexicano nacido en EU, sigue el rastro de los hermanos Salazar. Cuando entré a trabajar con el sheriff era el único que hablaba español y en ese tiempo me dieron para investigar el caso de prostitución de menores. El expediente tenía dos años abierto, pero nunca lo habían atendido porque ningún policía hablaba español, recuerda el hombre de 39 años de edad, quien hoy es una de las principales fuentes de información del FBI. Se pasó meses siguiendo a Julio, Tomás y Luciano Salazar, recuerda. Tomó fotografías de las casas de Vista, donde prostituían a las menores; vigiló sobre las carreteras el paso de camiones que iban cargados de clientes hacia los campos de explotación sexual y recabó testimonio de los vecinos. Tres años después, con una orden de cateo de la Corte, junto con la policía migratoria (SIN), Castro pudo entrar a las casas de prostitución ubicadas alrededor del Bar Kelly`s, sobre avenida North Santa Fe. Encontró decenas de mujeres, entre las que estaban niñas entre 12 y 16 años de edad, víctimas de explotación sexual comercial. Cuando llegamos a las casas encontramos bitácoras de los números de servicios que daba cada mujer y un cronómetro para contar los 10 minutos que podía atender al cliente. Hallamos decenas de cajas de condones, cada una de mil, vacías. Así nos pudimos imaginar cuantos clientes tenía la casa y el dinero que generaba. También encontraron refrigeradores llenos de cervezas, anaqueles repletos de alcohol y armas cortas. Castro recuerda que cuando interrogaron a las menores decían que tenían más edad, 19 o 20 años, "pero sus cuerpos y sus ojos reflejaban mucho menos edad". Fue así que conoció a Paola. Las mujeres mayores se negaron a testificar en la Corte, pero a cambio le dieron las pistas y direcciones de otras casas que tenían los Salazar, y así ha podido desmantelar 25 lugares. Las niñas y adolescentes traficadas por los Salazar, son pobres en todos sentidos. No tienen dinero ni futuro, no saben leer ni escribir. Los Salazar tienen varias formas de llevarse a sus víctimas: se relacionan sentimentalmente con ellas, convencen a la menor y a sus familiares de llevárselas a trabajar a EU o se las roban. Muchas tienen hijos, ya sea de alguno de los tres hermanos o de otras personas. Estos son arrebatados de sus madres y se convierten en rehenes; cuando alguna intenta huir la amenazan con la muerte de su hijo. Para llevar a las menores hasta Estados Unidos, los explotadores pagan hasta mil 500 mil dólares por cada una, asegura Castro. Generalmente las cruzan por Tijuana y Tecate. Sus principales cómplices son "Miguel Hernández o Tonatiuh", Edmundo Zitlapopoca, Arturo y Pedro López, ambos de Atlixco, Puebla. Una vez en una de las casas de Vista, Julia, de 17 años se negó a trabajar. Tomás, quien la explotaba, cerró el negocio y delante de las demás la golpeó con un gancho hasta desprenderle la carne de brazos, piernas y espalda. Fue encarcelado por violencia doméstica y purga una condena de 20 años que le es más llevadera con los miles de dólares que gana semanalmente a través de las mujeres que explota aún tras las rejas. Luciano fue detenido los últimos días de diciembre pasado cuando se presentó al velorio tres mujeres que prostituía. Hasta ahora sólo fue detenido por indocumentado, pero según afirmaron Tenorio y Castro se recaban pruebas para procesarlo por explotación de menores y desenmascarar la red. Julio, de 37 años de edad, es el mayor de los hermanos y líder de la organización. Es el único con estancia legal y tiene un negocio de grúas en las que, dicen, transporta drogas. Está libre y asegura Castro, es el peor de todos.
Las casas de prostitución
Esta es la más grande organización de prostitución en todo San Diego, asegura Castro.
Cómo consiguen a sus víctimas
Nadie sabe cuántos integran la organización, pero las investigaciones realizadas por las autoridades, revelan que se trata de un crimen organizado de varias piezas: los enganchadores quienes localizan a las víctimas, los polleros que las llevan a EU, y los padrotes quienes comercian sexualmente con ellas.
Los tres Salazar
Los hermanos Salazar llegaron a San Diego sin un centavo. Empezaron el "negocio" prostituyendo a sus esposas, ahora sobre ellos corren historias sobre la cruel explotación a menores, los fajos de dólares que se llevan de los campos agrícolas y los castigos que infieren a quienes pretenden escapar.





