Elba Esther Gordillo recrea la pregunta en sus labios, la retiene y la repite para sí misma por algunos segundos en voz baja: "¿Las manos limpias Beatriz...?". Basta entonces un parpadeo para que su voz, su rostro, sus recuerdos y su verdad estallen a la par: "¿Las manos limpias Beatriz...? dice ahora con enérgica voz ¡Já...!, lo mismo dijo Labastida y sin embargo ahora están en el escándalo. Y si Beatriz dice que tiene las manos limpias será porque a ella no le ha costado ningún esfuerzo llegar a donde está. Beatriz Paredes es producto del dedazo de los presidentes".

La voz de Elba Esther Gordillo se torna enérgica. A lo largo de la semana ha visto en diarios y revistas un desplegado en el que un grupo de maestros la acusan de haberse enriquecido a costa de las cuotas de los maestros del SNTE.

Por eso, cuando se le dice que Beatriz Paredes dice tener las manos limpias como una forma para descalificar a Roberto Madrazo y a Elba Esther Gordillo, la maestra y ex dirigente sindical ya no se contiene.

Hace de lado el sueño que le dejó el haber dormido tan sólo cuatro horas la noche anterior y abre de lleno la confrontación en el PRI: "Beatriz fue líder de la CNC porque un presidente de la República la puso. Fue candidata a gobernadora porque un presidente lo quiso. Todo lo ha logrado por sus amistades. Era muy amiga de Salinas y lo hizo saber. Todos sus cargos han sido desde el poder y eso evita el esfuerzo. Está por el dedazo . Hoy, por ejemplo, es coordinadora de los diputados porque fue una negociación con Labastida."

¿Y usted...?

Yo vengo desde la escuela rural y gané los votos de los trabajadores para la dirigencia. Y la mejor muestra de que hay diferencia es que cuando no he estado de acuerdo con los gobiernos priístas he pagado el precio. Hasta me han satanizado por mi amistad con Fox.

"Yo llego a la dirigencia nacional del sindicato, lo reconozco, después de una discusión de Estado sobre quién debería sustituir a Jonguitud, por la estabilidad política del país.

"Pero luego vienieron aplausos, platanazos, agravios, se me acusó de todo y tuve que enfrentarme a eso usando la razón, la pluralidad.

"Yo he tenido que trabajar y si ensuciarse las manos es barrer, sacudir, limpiar, tocar manos, lo entiendo. Pero si se habla de actos ilícitos, en mi carrera nadie puede decir que yo haya traicionado a nadie."

* * * Abierta la confrontación, se le preguntan las razones por las cuales ha dicho que no se le puede tener confianza a Beatriz Paredes. Y con tres anécdotas da sus argumentos.

Anécdota uno: "Yo era una maestra muy joven, dirigente de la sección 36 y diputada federal por Nezahuacóyolt. En ese tiempo conozco a Beatriz Paredes, una muchacha brillante e inteligente. Y un día, Javier García Paniagua me invita a un recorrido en el país sobre sindicatos. Y resulta que me convierto en el comodín para los discursos. Todos sabían qué iban a decir en sus discursos, menos yo, yo improvisaba y eso le gustaba a García Paniagua.

"¿Y saben qué hizo Beatriz? En las noches ponía el radio, no me dejaba dormir y desde entonces me viene combatiendo.

"Pero un día llegó a tal mi enojo que la enfrenté en el lobby del hotel, la agarré y la reté. Y hay una gente que se llama Ismael Orozco, que hoy le coordina la campaña en Jalisco, que lo puede asegurar.

"Beatriz siempre ha pensado que debe de haber una estrella en el PRI y yo creo que debe de haber una constelación. Me acusan de ser ambiciosa, sí, pero mi ambición no es el poder, como ella, sino el querer trascender.

Anécdota dos: "A mi hija le gusta la política. Quería ser diputada, pero yo le dije que no porque iba a pagar mis facturas. Y sin embargo entra y la ponen en la lista porque se la gana, porque trabaja con todas las mujeres para Labastida.

"Y entonces fui a hablar con Beatriz y le dije: `mira, Beatriz, que no digan los señores que tú y yo estamos peleadas, vamos a hacer las paces, vamos a entenderenos`. Y le comento que mi hija va a ser diputada. Me contestó: `y yo qué quieres que haga por ti, Elba`. Sólo un favor: ten a Maricruz cerca de ti para que aprenda a hacer política.

"¿Saben qué le quise decir: que le estaba entregando lo mejor de mi, a mi hija. Y ¿saben qué hizo? Alejarla, cuestionarla y querer que pagara cuotas mías. No, Beatriz para mí no es una mujer de confiar. Qué pena me da."

Anécdota tres: "Cuando Madrazo habla conmigo para estar en la fórmula, yo se lo comento a Dulce María Sauri y ella se lo comenta a mucha gente. Y cuando habló con Beatriz, ella me dice que no va a participar en el proceso. Pero luego me invita a una cena en su casa y me pide que no vaya con Madrazo.

"Luego se vino la asamblea nacional en Toluca, y hay una cena en casa del gobernador Montiel. Yo me había enterado mes y medio antes que Beatriz finalmente sí iba y ahí le pregunto: ¿vas?, y ella me responde, me asegura: `no, no voy`.

"Entonces, ¿cómo creerle a una mujer así."

* * *

¿Qué tan intensa ha sido lo que usted define como guerra sucia?

Bueno, yo he observado decisiones de la estructura partidista, del comité nacional, de algunos gobernadores, con la franca decisión de no permitir que el proceso sea lo limpio y transparente que se requiere.

¿Como cuáles?

Bueno, ahí está la participación del gobernador del estado de México, es muy evidente, muy obvia. Del gobernador de Colima. Acciones que ha realizado Dulce María Sauri que en verdad lamento. Ha habido de todo.

¿Esperaba esto?

Algunas veces pensé que iba a ser mucho más cruento. Es más, no creo que se logre la credibilidad de la sociedad.

¿Por qué se sumó con Roberto Madrazo?

Porque estoy cansada, agotada, triste de ver cómo un grupo que tiene hoy el dominio del partido, en lugar de llevarlo a un futuro mejor, cada día nos lleva al fracaso en aras de que unos poquitos se queden con todo.

¿Se ha sentido marginada?

Sí, en la Asamblea Nacional, por ejemplo, yo era secretaria de la CNOP y no presidí ninguna mesa y no se me dio ninguna participación. Han confundido mi institucionalidad con debilidad política.

"Y también les ha molestado el que yo les hable francamente cuando he creído que debo hacerlo por el bien del partido. Como sucedió cuando le dije a María de los Ángeles Moreno que me parecía una buena funcionaria, pero que para ser líder del partido se requería algo más.

"Pero saben en realidad ¿qué sucede? Bueno, que hay un grupo de mujeres que se ha posesionado de tal manera del partido que yo me he encontrado como un sandwich. Es un grupo de mujeres donde no he podido penetrar, donde constantemente me golpean.

"Cuando hubo el acto de mujeres en el PRI, ni siquiera me mencionaron como la dirigente de sector. Por eso, al final de ese acto, yo dije que entre machos y machinas no se puede transitar. Si ellas supieran los que es tener hijos verían que no se vale golpear a una mujer.

"Yo no estoy de acuerdo con esta guerra sucia, pero eso es lo que ellas saben hacer."

Elba Esther Gordillo va suavizando poco a poco el tono, pero no pierde su molestia, su coraje. Y luego explica también las razones que la llevaron a sumarse a un candidato como Roberto Madrazo, a quien desde distintas trincheras se le ha cuestionado.

Si yo me sumo a esta fórmula es porque reconozco que Madrazo tiene mayor consenso en este momento entre el priísmo nacional. Yo pude haberme lanzado para buscar la dirigencia del PRI, pero por mis posiciones críticas en este momento no soy una figura que permita mayor consenso. Yo he encontrado en Madrazo a un caballero.

Usted ha dicho que no es madracista, ¿cómo le va a hacer para vigilar a Madrazo?

Con ética y congruencia. Roberto y yo quedamos que vamos a cambiar el partido para construir la nueva mayoría y estar en posibilidad de competir con éxito en las elecciones presidenciales del 2006. Por eso me sumé con él. No tengo compromiso con Madrazo para que él sea candidato a la presidencia.

"Y si un grupo piensa en llegar al PRI sólo para sustituir a otro grupo, yo lo voy a denunciar, aunque con ello, como ha sucedido en otras ocasiones, tenga que pagar un costo político.

"Pero yo ya no aspiro a nada. Ya fui diputada y ya no quiero ser. Yo lo que quiero es trascender."

Luego de casi una hora, Elba Esther termina la entrevista con la misma pregunta que le quitó el sueño: "¿Las manos limpias Beatriz? Lo mismo dijo Labastida..."