CUAUTITLÁN IZCALLI, Méx. La historia sindical de Ford Motor Company, planta Cuautitlán Izcalli, ha sido conflictiva: un obrero muerto, otros heridos de bala, paros, destitución de comités sindicales locales, acusaciones de corrupción y hasta dirigentes que han sido alcaldes de este municipio.

Sobre el obrero muerto, Concepción Sotelo Villicaña, ex trabajador con 31 años de antigüedad, recuerda que el 8 de enero de 1990 golpeadores de la CTM, encabezados por Wallace de la Mancha y Guadalupe Uribe, irrumpieron en la planta Cuautitlán para reprimir a inconformes, quienes desde días antes exigían el pago de su aguinaldo, retenido por la empresa con el argumento de que los trabajadores adeudaban impuestos.

Durante el enfrentamiento, 11 obreros fueron heridos de bala, entre ellos Cleto Nigmo Urbina, quien falleció dos días después.

Tres de los presuntos golpeadores fueron detenidos por los trabajadores y entregados a las autoridades judiciales, pero salieron después en libertad bajo fianza.

Según El Pistón , órgano informativo de los trabajadores democráticos de Ford en lucha, fechado el 8 de enero de 2002, "la situación no cambia, la guerra sucia sigue adelante". Afirma que "empresa y charros del nacional continúan con la misma política: más despidos para fomentar la subcontratación disminuyendo el salario y las prestaciones, mintiendo cuando dicen que no hay trabajo y operan dos turnos".

También asegura que ahora despide "ya no únicamente a los representantes más combativos, sino simplemente a los trabajadores que no le son sumisos".

Entre los incidentes de la empresa los trabajadores de Ford recuerdan que en 1987 el líder sindical Lorenzo Vera Osorno fungía como presidente municipal de Cuautitlán Izcalli cuando "vendió" el contrato colectivo de trabajo, cuyas modificaciones afectaron las prestaciones de los obreros.

La publicación también señala que Juan José Sosa Arreola, dirigente nacional sindical de Ford Motor Company, se ha reelegido en tres ocasiones y en igual número de veces ha destituido a comités locales de la planta Cuautitlán Izcalli, el más reciente de ellos en febrero de 2001, cuando la dirigencia local era encabezada por Hilario López Salgado.

Este último indicó que recientemente autoridades laborales aceptaron un amparo por su destitución, asunto que se resolverá en los próximos días, por lo que espera la restitución y regresar a laborar en la planta de Ford.

Trabajadores aseguran que "en este momento no tenemos comité local y es gente de él (Juan José Sosa) quien está al frente del sindicato. No hay representación de los trabajadores, ellos usurpan funciones".

Sosa Arreola ocupó el cargo por primera vez tras la destitución de Héctor Uriarte, luego de los hechos sangrientos de enero de 1990.

Los obreros, que prefirieron el anonimato por temor a represalias, afirmaron que se encuentran en incertidumbre ante las versiones contradictorias sobre el cierre de la planta, por lo que esperan mayor información al respecto.

Rodolfo Vargas Hernández, delegado departamental del área de carrocerías, reconoció que desde julio de 2001 la planta Cuautitlán Izcalli enfrenta situación crítica, lo que obligó al sindicato a asumir medidas para evitar el cierre de las instalaciones y promovió un programa de retiros voluntarios, con pagos superiores a los establecidos por la ley.

Vargas Hernández rechazó que haya división entre los trabajadores de Ford Motor Company y dijo que las inconformidades provienen de ex trabajadores, algunos de los cuales en días pasados asistieron a una misa celebrada en honor de Cleto Nigmo Urbina, el obrero que falleció en el enfrentamiento de 1990.