aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Vivo con una salud increíble, afirma Juan José Barragán

Sergio Javier Jiménez| El Universal
Viernes 21 de diciembre de 2001
En entrevista, el joven por quien intercedió el indio de Cuautitlán señala no recordar nada de su "accidente"

"No sabía que era tan importante" mi caso, dice sorprendido Juan José Barragán Silva, el muchacho por el cual intercedió Juan Diego y lo salvó de morir después de que se arrojara desde un segundo piso en su casa de la colonia del Valle, en la Ciudad de México.

En una entrevista realizada por Ricardo Rocha, colaborador de EL UNIVERSAL, el joven, quien actualmente vive en la ciudad de Los Ángeles, da cuenta de su magnífico estado de salud, "ni un dolor de cabeza he sentido", dice tranquilo después de salir de su trabajo en un restaurante de comida rápida.

De aspecto sano, perfectamente rasurado, de cabello negro ondulado y con una mirada profunda, de reflexión, Juan José dice no recordar lo que vivió el 3 de mayo de 1990 y los días siguientes.

Su madre, Esperanza Silva, recuerda: "Era drogadicto, consumía mariguana y estaba bajo tratamiento psiquiátrico. Ese día llegó y yo le di su medicina sin saber que estaba mal... como a los 10 minutos entró en shock y se arrojó por el balcón del segundo piso".

Hasta el momento ninguna autoridad eclesiástica ha querido confirmar que Juan José consumía drogas y la familia del joven no habló de ningún intento de suicidio, simplemente que "se arrojó" mientras que él se refiere al hecho como "mi accidente".

"No recuerdo todo, después de días recuperé el sentido. Caí desde una altura de seis metros, pero no tengo ninguna molestia, de ninguna manera, vivo con una salud increíble", asegura.

En la entrevista, transmitida ayer por la noche en TV Azteca durante el programa "Reporte 13", Juan José rechaza conversar en su sitio de trabajo "es que no está mi patrón", argumenta enfundado en una playera guinda y con una gorra beige que anuncian la cadena de restaurantes en la que labora.

?¿Crees en Dios, en la Virgen de Guadalupe, en Juan Diego?- se le inquiere más tarde.

?Creo en Dios, sí estoy con él, le doy gracias porque me da la vida; a la Virgen, claro que sí, esa señora, cómo no he de creer en ella. Cómo no he de creer en Juan Diego, cada vez que tengo oportunidad le doy las gracias.



El reto a Juan Diego

Cuenta doña Esperanza que, después de que el mismo 3 de mayo de 1990 desahuciaron a su hijo al tener una severa fractura en la base del cráneo, recordó que el Papa beatificaría a Juan Diego en la Basílica de Guadalupe y ella "de manera grosera" como reconoce, retó a Juan Diego: "A ver Juan Dieguito ?dijo para sí misma? si de veras eres santo, salva a mi hijo. Lo encomendé inocentemente, con una palabra vulgar como la que le dije: `Te voy a calar`, le dije en forma fea."

Al otro día el doctor Juan Homero Hernández, médico que lo atendía en el Sanatorio Durango y quien también es integrante del Centro de Estudios Guadalupanos, le dijo: "Si cree en milagros, encomiéndelo a Juan Diego", y ella le respondió: "Ya lo hice".

A los 13 días ?no 10 como se había informado aquí en México? el joven salió caminando por su propio pie.



Más de lo que merezco

Cerca de su trabajo en Los Ángeles Ricardo Rocha aborda a Juan José Barragán sobre la importancia de su caso y él reconoce: "No sabía que era tan importante. Sabía que habían llevado papeles a Roma, pero no sabía nada más".

Y es que su identidad, dirección y estado de salud se han mantenido bajo el más estricto secreto, se requiere, dicen, de la autorización de quienes llevan la causa de canonización de Juan Diego o del mismo cardenal Norberto Rivera Carrera.

Juan José dice que vive bien, su mamá dice que gana poco y que le escribe cartas. Él, quien con su aspecto juvenil no parece tener los 30 años que lleva consigo, reconoce: "Tengo una madre que me ha dado más de lo que merezco, aunque he dado mucho de qué batallar".

Señala que Dios es el que elige y él sólo sigue el camino que le ha señalado: "Estoy en Estados Unidos haciendo lo mejor que puedo trabajando".

En un mensaje final añade: "Que Dios bendiga esta humanidad. En Estados Unidos necesitamos la paz, con todo eso que ha pasado en Nueva York". Y se despide: "Estoy a sus órdenes".



comentarios
0