El avión DC9/31, matrícula XATKN, de la aerolínea TAESA que se desplomó a 12 kilómetros del aeropuerto de la ciudad de Uruapan había sido detectado desde hace tiempo con diversas fallas mecánicas.

Alejandra Barrales, secretaria general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), denunció lo anterior, y dijo que los trabajadores de la empresa sabían que este avión, con una antigüedad de 35 años, "era muy famoso, por sus fugas de aceite en los motores".

Sin embargo, alertó que no sólo este avión presentaba fallas, sino también el resto de la flota aérea de TAESA.

Acompañada de los sobrecargos despedidos por esta aerolínea en el mes de marzo, relató los reportes que constantemente personal que volaba en este avión notificaba a los directivos de TAESA. "La puerta 1D de este avión observaba un mal funcionamiento. Los descargadores del extintor de gas freon se encontraban oxidados; la limpieza e higiene de los baños era precaria; las manchas de tinte azul en el inodoro daban un mal aspecto.

De igual forma, se observaban goteras desde las filas 5 a la-10AB, posiblemente a causa de un daño en los ductos del aire acondicionado. El arnés en asientos de la tripulación se encontraba roto y la mayoría no aseguraba. En cuanto al equipo de emergencia se notaba que las lamparas portátiles no eran recargadas periódicamente".

Por su parte, Eduardo Cacho, coordinador de asesores de TAESA, aseguró que esta aeronave estaba en perfectas condiciones, y sostuvo que este avión tenía una edad de 20 años.

En respuesta a las denuncias que ayer presentaron sobrecargos despedidos de TAESA, el funcionario acusó de manera directa a Alejandra Barrales y a su sindicato, de lucrar políticamente y hacer un escarnio en la desgracia.

"No nos deslindamos de la responsabilidad y asumimos las consecuencias. Si los familiares de las personas que fallecieron en el vuelo 725 nos quieren demandar por negligencia están en su derecho de hacerlo", destacó.

En tanto, Manuel González Flores, secretario de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores, mencionó que los pilotos fallecidos tenían licencia vigente y contaban con suficientes horas de vuelo.

"El capitán del vuelo 725, Jesús José Gracian, tenía aproximadamente 6 mil horas de vuelo, incluso daba capacitación", indicó.

Precisó que esta investigación puede durar de tres a seis meses.

Alejandra Barrales dijo que sobrecargos que trabajan en TAESA le han externado su miedo de viajar en los 29 aviones que tiene esta aerolínea, ya que el denominador común de esta flota es el pésimo mantenimiento.

También, leyó una carta de la novia de uno de los sobrecargos fallecidos en donde hace un llamado a las autoridades para que se haga justicia, pues su novio, Jorge Esteves, con quien se iba a casar este próximo enero, le comentaba de las frecuentes fallas mecánicas que tenían las aeronaves de TAESA.

Barrales responsabilizó de esta negligencia al director general de la aerolínea, Alberto Abed, y a las autoridades aeronáuticas.