ACAPULCO, Gro. Abel Arizmendi Flores, máxima autoridad del poblado el Kilómetro 30, localizado a 20 minutos de este puerto, poseía múltiples propiedades, nexos políticos (éstos últimos gracias a su hermana, la ex comisaria y ex regidora, Eduarda Arizmendi (?Lala?) y ligas con el narcotráfico, según vecinos de la comunidad.

El poderío económico y político de Arizmendi Flores se forjó desde 1970, tras la muerte de su hermano David Arizmendi, quien fue emboscado en el poblado de Lomas de San Juan, presuntamente por sus nexos con el narcotráfico que opera en la región de la Costa Grande.

Un par de años después, Abel asumió la dirigencia de esta red, según sus vecinos, al grado de que ?distribuía? cocaína en la región. A través de la amistad con diputados federales como Ernesto Rodríguez Escalona recibía protección. Estableció compadrazgo con el ex secretario de Gobierno durante la administración figueroísta, José Rubén Robles Catalán, entre otros.

A raíz de dichas relaciones, fue el encargado de realizar mítines, eventos y comilonas para políticos del PRI, que aspiraban a cargos de elección popular por el noveno distrito federal electoral.

El comisario priísta, quien el lunes pasado encabezara el asesinato de tres familiares del periodista local Jorge Torres Palacios, poseía varias camionetas y carros del año; por lo menos tres ranchos en Ejido Nuevo, Xaltianguis y Lomas de San Juan; cuatro residencias de tres pisos en el poblado del Kilómetro 30 y este puerto.

Sobre la carretera federal, cerca de la comisaría, se ubica una de las casas de Abel Arizmendi, toda pintada de blanco con vivos azul rey de tres pisos, cuatro entradas, varias antenas de televisión vía satélite y una accesoria rotulada como Delegación Ganadera. Era devoto de la Virgen de Guadalupe, pues en todas sus propiedades había un altar. Además, a él se le solía ver con una gran medalla con la imagen. Incluso, en el poblado de Ejido Nuevo uno de sus ranchos se llama ?La Guadalupana?, con una superficie superior a las cinco hectáreas. Cuenta con un establo de vacas flacas, pero se asegura que en sus mejores tiempos Abel logró concentrar más de 200 toros cebús y una treintena de caballos pura sangre y percherones.

Francisco Torres, habitante del pueblo del kilómetro 30, explicó que tras la muerte de David Arizmendi nació el emporio de Abel: ?Lo retoma a través de presiones y hostigamiento a la gente, la protección de funcionarios y coludirse con policías, aprovechando la coyuntura política de su hermana Eduarda?.

En el poblado constan varias placas de mármol, la modesta biblioteca pública ?Carlota Delgado Nava? y el costurero ?Mi Ranchito?, inaugurados por su hermana el 15 de diciembre de 1979. En otro lugar se habla que la electrificación se concretó gracias a la gestión que realizó ante el gobernador Rubén Figueroa Alcocer y el presidente municipal Rogelio de la O Almazán, con quien sostenía excelentes relaciones.