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Defraudadas por la Caja Popular de El Sol, otras 52 mil personas

Marco Lara Klahr| El Universal
Jueves 28 de septiembre de 2000

Sin que los cerca de 300 mil ahorradores de las cajas populares de José Cirilo Ocampo Verdugo (JOV) vean próxima la posibilidad de recuperar su dinero, ahora se les suman 52 mil más de la Cooperativa Caja Popular de El Sol, de Alfredo Gómez Wanosto, distribuidos en siete estados del país y quienes habrían sido defraudados por un monto de 700 millones de pesos.

Mientras que en el caso de las 25 sociedades cooperativas de ahorro de JOV el conflicto fue generado por la Procuraduría General de la República, al ?congelar? las cuentas bancarias donde estaban los fondos de los socios, en el de la llamada ?Caja de El Sol? se trata de un ?fraude vil?, según Guadalupe Castillo Novoa, subsecretaria de Asuntos del Interior del gobierno de Jalisco.

Y es que la Caja de El Sol, cuya matriz operaba en Guadalajara, Jalisco, fue creada, dice José Roberto Vizcarra, representante de un grupo de defraudados, por Carlos Dávila Régules, un discípulo adelantado de JOV, y Alfredo Gómez Wanosto, quien comparte con JOV la fe en las enseñanzas del vendedor transnacional de éxito Og Mandino.

La versión de Vizcarra, quien es regidor (por el PRD) del ayuntamiento conurbado de Tonalá, es que el fundador de esta cooperativa fue Carlos Dávila Régules, quien llegó a Guadalajara procedente del Distrito Federal, para trabajar en la conocida inmobiliaria jalisciense Consorcio Hogar y luego convertirse en empleado de JOV, como gerente de una sucursal de la Cooperativa Caja Popular Puerto Vallarta.

Finalmente, en 1996 se independizó para formar la Caja de El Sol, ?con los mismos procedimientos y hasta con papelería idéntica a la utilizada por JOV?, acota Vizcarra.

Dos años después, en 1998, en una asamblea ?arreglada? Dávila Régules le cedió a Alfredo Gómez Wanosto la presidencia del Consejo de Administración de la Cooperativa Caja Popular de El Sol.

Hasta principios del 2000 ésta se hallaba en plena expansión: además de su importante presencia en Jalisco, que concentraba a 80 por ciento de los socios ahorradores, tenía oficinas en Colima, Zacatecas, Guanajuato, Nuevo León, Sinaloa y Querétaro. Poseía ya 48 sucursales. Igual que JOV, aunque en menor escala, en sus cuatro años de operaciones Dávila Régules y Gómez Wanosto entraron a todo tipo de negocios, incluyendo bienes raíces y, sobre todo, casas de empeño. Es por ello que hoy se les han asegurados decenas de propiedades y más de 23 cuentas bancarias en Inverlat, Banorte, Bancomer, Industrial, Interacciones y Santander Mexicano.

?Sólo Casas? (inmobiliaria), ?Cash Money? (casa de cambio) y Pignoración Efectiva, SA de CV (con cuatro casas de empeño denominadas comercialmente ?Prestos?), eran, según Vizcarra, las empresas más conocidas de este dueto de empresarios. Originalmente, Pignoración Efectiva fue creada por Juan Tibaldi Peligrini con una serie de préstamos de la Caja de El Sol por 30 millones de pesos. Como no pudo pagarlos, la empresa fue absorbida por la Caja de El Sol.



Una ?pirámide?

La Cooperativa Caja Popular de El Sol tronó el 2 de mayo, semanas después de que lo hicieran las cooperativas de JOV. Una fuente sostiene que se vino abajo porque en realidad es propiedad de JOV, y Gómez Wanosto y Dávila Régules son sus socios o prestanombres. Sin embargo, en una reunión convocada por esas fechas en una sala cinematográfica de Plaza Las Torres, en Guadalajara, Gómez Wanosto explicó que la empresa había perdido liquidez cuando cientos de socios retiraron sus inversiones, atemorizados por lo que ocurría en las cajas de JOV.

El 5 de junio volvió a convocar a los socios, ahora en el Teatro Galerías, para anunciarles que la cooperativa había sufrido graves pérdidas y, en consecuencia, estaba en condiciones de devolver sólo 30 centavos por cada peso ahorrado.

En cambio, para tranquilizar a los angustiados cooperativistas, Gómez Wanosto les advirtió que si bien por el momento no era posible devolverles su dinero, en el año 2002 se recuperarían las pérdidas y mientras tanto seguiría pagando los intereses puntualmente a quienes quisieran seguir en la cooperativa.

Pero la solución se basaba en un fraude más: los intereses de quienes ya estaban inscritos se pagarían con el dinero de los ahorradores que llevaran por primera vez su inversión. Esto implicaba mantener un ritmo acelerado de nuevas afiliaciones durante al menos dos años (o sea, hasta el 2002), de manera que no se agotaran los fondos para el pago de intereses (que no la devolución de capital).

O sea, una clásica ?pirámide? que quebraría tarde o temprano, y que de hecho funcionaba ya, sin conocimiento de los ahorradores, mucho antes del 2 de mayo, fecha en la que cerró la Caja de El Sol. A esto se refería Guadalupe Castillo Novoa, del gobierno de Jalisco, cuando hablaba de un ?fraude vil?.



Cajitas y cajotas

Alfredo Gómez Wanosto, presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa Caja Popular de El Sol, se esfumó. Tal como ocurrió con los cientos de bienes de JOV, el gobierno jalisciense ?aseguró? las propiedades de quien había defraudado a miles de ahorradores, así como aquellas que estaban a nombre de la cooperativa.

Sin embargo, Gómez Wanosto tuvo tiempo de saquear la oficina matriz, situada en Plaza Las Torres, cobrar a deudores morosos de la Caja de El Sol y vender propiedades, aparte de que Pignoración Efectiva, SA de CV, siguió funcionando.

Hace un par de semanas fue arrestado en la ciudad de México y, aunque esto hizo suponer a los ahorradores que pronto recuperarían su dinero, el asunto sigue detenido, no obstante que el gobierno jalisciense sostiene que ha comenzado ya la auditoría para conocer número de ahorradores y sus montos, aparte del inventario de bienes, que serían vendidos para restituir los ahorros.

En Guadalajara, asimismo, en los últimos meses han cerrado dejando cientos de defraudados la Caja Popular Mercantil de California, la ?pirámide? Cosmotel y las cajas de ahorro El Vestido, Aviso de Guadalajara, El Ángel y El Refugio. Asegura José Roberto Vizcarra que estas dos últimas fueron creadas por María del Refugio Rivas Becerra, otra de las discípulas de JOV (pues fue gerente de una sucursal de la Caja Popular Puerto Vallarta).

Justo frente a la delegación de la PGR en Jalisco (calle Unión, entre La Paz y Lerdo, colonia Americana, en Guadalajara) trabaja la matriz de la Alianza de Capital Social, una caja popular que ofrece los intereses más altos que se hayan visto: 49 por ciento anual. Ninguna autoridad repara en ella, no obstante que es una potencial fuente de fraudes.



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