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PORFIRIO MUÑOZ LEDO LA TRANSICIÓN
"Consenso para nueva Costitución"

Ismael Romero| El Universal
Lunes 17 de julio de 2000
<font size=1 color=red>PORFIRIO MUOZ LEDO</font> <font size=1>LA TRANSICIN</font><br>

Porfirio Muñoz Ledo. (Foto: JORGE CARBALLO/El Universal )

Entre De la Madrid, Salinas y Zedillo se han hecho más de la mitad de las reformas constitucionales de los últimos 80 años. La adulteraron , la saquearon, pero la usaron

En las palabras de Porfirio Muñoz Ledo hay convicción: "Existe el consenso, que no se tenía hace algunos años, para darnos una nueva Constitución". La propuesta de agenda, dice, se podría entregará a Vicente Fox en noviembre próximo, para que éste valore si el proyecto de nuevo texto será llevado a un congreso constituyente, lo cual implicaría convocar a nuevas elecciones legislativas, o al congreso ordinario, que se instalará en septiembre.

"Fox ha hablado de congreso constituyente? Mi propuesta ha sido de congreso ordinario? Ese será otro momento", precisa el ex candidato a la Presidencia.

La oportunidad que se tiene -evalúa- es hacer la primera carta magna del siglo XXI, en el mundo, tan avanzada como en su momento fue la de 1917.

En dos semanas, una veintena de personalidades, principalmente de la academia, se reunirán -en una reedición similar a la del llamado Seminario de Chapultepec-, para elaborar la propuesta, a partir de todas las aportaciones que ya se tienen, en la materia, y de las formuladas por los candidatos a la Presidencia de la República en sus campañas, en particular, las del abanderado de la Alianza por el Cambio.

Los llamados a los personajes los está haciendo Muñoz Ledo, quien la semana pasada convino con Fox en que él se hará cargo de una de las mesas de la transición, la de la reforma del Estado.

El dirigente de la agrupación Nueva República estima que México podría tener su nueva Constitución en uno o dos años, de acuerdo como se vayan dando los consensos, y menciona algunos de los grandes temas de esta reforma: "La ciudadanización de la administración pública, la autogestión de los servicios públicos, la democratización de los medios de comunicación y de información, la nueva relación del Estado y la globalización de la economía".

Esta tarea se ha prestado para hacer creer que Muñoz Ledo es la "cabeza de la transición". El es sólo el encargado de una mesa de ese vasto proceso. "La transición somos todos", ha dicho cuando se ha pretendido hacer escarnio de él, por no figurar en el círculo próximo de Vicente Fox.

El mismo explica que la parte de la transición en la que está trabajando es la "institucional", es decir, el "reacomodo de las instituciones a la nueva realidad, la nueva constitucionalidad".

- ¿Con quién va en esta mesa?

- No. Yo la voy a organizar. Tengo nombres de los participantes, pero todavía no los veo. Platiqué con Fox mi plan y voy a empezar a invitar. Tengo una idea muy clara, de 15, 17 ó 20 personalidades, no más. Tengo la idea de académicos -a algunos ya los llamé-, de gente que ha trabajado en la materia. Hay muchas plumas: militantes del PAN, gente de la Alianza por el Cambio, gentes que representen el sentir o el punto de vista de otros partidos.

- ¿Cómo va a ir amarrando esta reforma?

- Mira, lo que yo estoy pensando es que el primer ejercicio debe ser muy parecido al del Seminario de Chapultepec. ¿Qué fue? Se discutió una primera agenda de la reforma electoral, es decir, ir consensuando acuerdos. - ¿Es un poco retomar esa experiencia?

- No. Es parte de, porque no llegó a hacerse. Aquél fue un ejercicio que se inició en la solemnidad del Castillo. Hicimos la primera agenda y luego entraron los representantes de los partidos.

- Y luego en Gobernación se para todo.

- No. Hicimos una reforma electoral, pero ya no quiso el gobierno ni el PRI hacer la reforma del Estado, porque ya no había la voluntad de hacerlo. Cambió el panorama. Se agotó la voluntad política. Quizá nunca lo pensó el gobierno seriamente. El caso es que... Yo salí del PRD y se rompió la mesa, además, por la insistencia del gobierno y del PRI de duplicar el presupuesto, el PRD se levantó de la mesa. Dijo que el dinero lo usaría para libros de texto, pero luego se lo embolsó. El PAN también protestó. Se rompió la mesa, porque hubo un desacuerdo al final del proceso y luego ya no hubo voluntad, ni del gobierno ni de los partidos. A esto (al nuevo esfuerzo) hay que añadirle algo importante: la agenda de los candidatos, fundamentalmente la agenda de la Alianza para el Cambio. Hay que tomar en cuenta la encuesta que hicieron especialistas por encargo de la Comisión de Estudios Legislativos de la Cámara de Diputados, que organizó 730 foros, en los que se recogieron proyectos para reformar, ¡inverosímil!, 124 de los 136 artículos de la Constitución. Así de profunda y amplia es la conciencia de que la reforma debe ser vasta. Hay que tomar también los proyectos de reformas constitucionales que han llevado los partidos a las cámaras y que no se han procesado. Y con todo eso y con los temas que han surgido, hay que hacer una agenda nueva. Por ejemplo, en el discurso de Fox es muy importante el tema de la ciudadanización y los órganos del poder público. Tenemos la posibilidad de hacer la primera constitución del siglo XXI, que puede ser la más moderna de todas, con la mejor sistematización, con la mejor redacción y que vea más hacia el futuro. Así como lo fue la constitución de 1917, de un enorme avance, la del año 2002 ó 2003 puede ser la más avanzada del mundo, puede dar respuesta a las grandes interrogantes, como la autogestión de los servicios públicos, la ciudadanización de la administración, la democratización de los medios de comunicación, las nuevas relaciones entre el Estado y la economía en un mundo globalizado.

- Esto necesitaría un esfuerzo enorme de consensos.

- Sí, pero ahí la metodología es la clave. ¿Por qué todas las transiciones -y muchas de ellas han tenido el mismo problema que nosotros- han hecho una nueva Constitución? Porque han encontrado el método. Si tú simplemente la metes al proceso congresional ordinario, no sale. Nosotros estamos pensando -pero no está aprobado, va a ser nuestra propuesta- en organizar, primero, un Seminario del Castillo. Lo instalaremos con un máximo de 20 personalidades, quienes nos dedicaremos temáticamente a explorar los temas, a rehacer la agenda, a actualizarla y a promover una mayoría. El segundo paso: hay dos grandes maneras de hacerlo: con un nuevo Constituyente, que tiene muchos problemas, pero que puede ser, porque en el proceso electoral se dan los consensos y las mayorías, y las gentes hacen campaña por "x" o "y" tendencia reformadora, o con el congreso ordinario.

- ¿Esto podría ser en el 2003?

- No. Es en un tiempo, es decir, es el máximo. Hay un rango de dos o tres años, lo que se lleva el proceso. Si se hiciera en un año, mejor, pero no es fácil. Yo no he recomendado el Constituyente nunca. Vicente ha hablado de un nuevo Constituyente. Yo digo que sólo en caso necesario. Yo prefiero el Constituyente Ordinario: el Congreso, los congresos de los estados, más el referéndum, que habría que introducirlo. Si es el Congreso Constituyente, el Congreso puede hacer el proyecto, pero claro con una comisión avanzada; si es el Constituyente Ordinario, que es lo que se hizo en Brasil, Francia, en su época, y en varios países de América Latina, el jefe del Ejecutivo hace una propuesta, que le entrega una comisión. Y eso no quiere decir que no se modifique en el proceso parlamentario. Entonces yo pienso que el trabajo de aquí hasta que termine el presente gobierno, en noviembre, elaborar la agenda. Hace dos años no había consensos para una Constitución. Hoy existe consenso para hacer una reforma profunda, sea por cualquiera de las dos vías. Una vez que se planteen las grandes cuestiones, que se simplifiquen y se sinteticen, se pasa a la segunda parte y esta es, obviamente, entregársela al Presidente y que él, con ese material, tome una decisión. Se le va a proponer un método. El presidente, al tomar posesión, haría una propuesta concreta, sea de un nuevo Constituyente, sea de una comisión redactora, sea de una mesa de partidos. Ya será otro momento. El trabajo nuestro será reunir el material, armonizarlo, actualizar las propuestas y presentar un proyecto de método.

- ¿El gobierno ya no será un problema, por lo que se refiere a la falta de voluntad política para hacer la reforma?

- Parte de la mitología del PRI era el culto a la Constitución, aunque la parcharan, la remendaran, la adulteraran; pero había un culto. Parte de la mitología del partido dominante era la identificación de Estado, Gobierno, Partido, Nación y Constitución. Entonces había un culto por la Constitución. El lema de campaña de Luis Echeverría era "Con la Constitución de 1917, ¡arriba y adelante!", hasta que llegaron los neoliberales. Y aunque la siguieron usando, adulteraron la Constitución. Entre Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo se han hecho más de la mitad de las reformas constitucionales de los últimos 80 años. La adulteraron, la saquearon, pero la usaron. En el PRI o con el PRI en el gobierno era muy difícil la reforma, porque entre ellos mismos no se ponían de acuerdo. El ala más avanzada quería cambiarla y la más conservadora también, pero en otro sentido, que son los mismos problemas que ahora tienen. Por eso hay que dejar que las fuerzas políticas se asienten. El PRI tiene que definirse: ¿Va a seguir con las medidas tecnocráticas? ¿Va a volver al nacionalismo revolucionario? ¿O va a ir en busca de la tercera vía, que es un fenómeno interesante? ¿El PRD se va a quedar en el caudillismo en un clientelismo disfrazado de propuesta social? ¿O va a volver a sus orígenes, a su gran proyecto de transformación? Las fuerzas de cambio, las avanzadas, van a ganar en esos dos partidos. El equilibrio político en el país no lo va a dar sólo la pluralidad en el gobierno de Fox, sino la orientación de los partidos y de las fuerzas sociales. Mientras el PRI estaba en el gobierno, no era partidario de las reformas, porque ni creía en ellas, y menos de hacer una nueva Constitución, porque lo pondría en una redefinición ideológica que no quería. Yo aspiro a que el PRI se redefina hacia la izquierda, México ganaría mucho, pero no hacia una izquierda antidiluviana, sino a una izquierda moderna. Y a que el PRD se redefina como un partido moderno, como un partido transformador, capaz de convertir las demandas sociales en políticas públicas y en instituciones y eso nos daría un equilibrio muy apropiado para un cambio.

- MAYRA2 / 65 LÍNEAS MAYRA NIDIA AGUIRRE (exclusiva) Este lunes, Porfirio Muñoz Ledo presentará a Vicente Fox su proyecto para la transición democrática del país, que se fundamentará en reformas a la Constitución que permitan la rendición de cuentas al Ejecutivo Federal y de funcionarios de su gabinete, así como el acotamiento al Presidente de la República, entre los aspectos más importantes. Muñoz Ledo indicó que entre otros puntos de este proyecto destacan la ciudadanización del poder público, el federalismo auténtico, así como la reforma en el Sistema de Justicia y el servicio civil de carrera. De igual forma, en la mesa para la Transición Democrática y la Reforma del Estado, que encabeza Porfirio Muñoz Ledo, se estudiaron incluso las propuestas del resto de los ex candidatos presidenciales, incluyendo las que realizara el Partido Revolucionario Institucional. Sostuvo que de acuerdo a las ofertas de campaña que llevó a cabo Vicente Fox se están retomando aquellas que tendrán que ver con la reforma a instituciones en el país y de igual forma, fueron analizadas la tesis de la plataforma del Partido Acción Nacional, las 122 propuestas que recibió la Comisión de Estudios Legislativos de la Cámara de Diputados y las conclusiones del seminario que realizó el Instituto de Investigaciones Jurídicas sobre la Nueva Constitucionalidad que preside Diego Valadez, al igual que las sugerencias por parte de organizaciones ciudadanas, entre otras. Indicó que serán dos comités, el de Coordinación y el Jurídico quienes encabezarán la comisión de la transición, estos contarán con unos 25 miembros y se tratará de personalidades del mundo intelectual, profesores de derecho constitucional,, especialistas, etcétera. El documento que entregará públicamente Porfirio Muñoz Ledo al Presidente electo, Vicente Fox, señala que esta transición política toma en cuenta las circunstancias del México actual, la pluralidad que existe en su sociedad y éstas demandan cambios constitucionales y también en las instituciones, pues dijo que "existe voluntad política de Vicente Fox para llevarla a cabo, pues es una asignatura pendiente".



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