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BANQUERO SOCIALDEMÓCRATA
Legorreta, inicio de una nueva empresa

Alejandro Olmos| El Universal
Domingo 30 de abril de 2000

Cuando Agustín F. Legorreta llegó a Washington a estudiar en la Universidad de Georgetown parecía tener su futuro asegurado. Quienes lo conocieron en aquel entonces lo recuerdan como un joven muy maduro para su edad, responsable, serio, sociable pero de carácter fuerte. Sabía que su familia lo estaba preparando para algo grande.

Justamente 16 años después, a los 34 de edad, se convertiría en uno de los más jóvenes directores de Banamex. Tenía todo para superar los logros de su abuelo, de su tío abuelo y de su padre, quienes presidieron esta institución bancaria desde 1912. Pero una decisión presidencial ?la expropiación bancaria de 1982? acabaría con sus proyectos.

Accionista de innumerables empresas entre ellas Celanese, Kimberly Clark, y por supuesto Banamex e Inverlat, Legorreta pasó de los años de bonanza bancaria a los de crisis económica. Como banquero exitoso que fue parte de su vida, nunca tuvo empacho en reconocer sus ligas con el PRI.

Sin embargo hoy, maltratado por un sistema al que sirvió, pero que lo despojó de Banamex, que le impidió recomprarlo; que lo orilló a adquirir Comermex que no tenía la importancia del primero y que resultó un ?fatal? negocio, Legorreta le da la espalda al PRI y se afilia a un partido socialdemócrata.

Adherido a los postulados, programa y plataforma del Partido Democracia Social es desde hace unos días el candidato por la vía uninominal y plurinominal al Senado, porque quiere impulsar una nueva fuerza que fomente la ?concertación entre los mexicanos?. Pero aún se recuerda que durante la presidencia de Luis Echeverría, Legorreta se autodefinía como un banquero ?deseoso? de ayudar en la lucha a ?grupúsculos? de la izquierda ?delirante?, que buscaban el poder.

Estos eran otros tiempos, hoy un hombre de derecha ?como Legorreta se define? acaba de vincular su suerte a un partido socialdemócrata, y desde ahí pretende transformar un país que ya no es el mismo que le tocó vivir en los 70, sus años dorados en Banamex.



Los orígenes

Hijo de Agustín Legorreta y de Cecilia Chauvet, Agustín Francisco Esteban Legorreta y Chauvet nació el 20 de septiembre de 1935. Sus estudios de primaria, secundaria y licenciatura los realizó en Francia y en Estados Unidos. Sólo en temporadas muy cortas estuvo en México. En la Universidad de Georgetown llevó a cabo un Curso en Administración de Empresas, Economía y Diplomacia, en 1953. Ahí tomó la materia de Instituciones Jurídicas Hispanoamericanas, impartida por el padre jesuita, historiador de origen nicaragüense, Manuel Pérez Alonso.

La influencia de Pérez Alonso sería tan importante en la vida de Legorreta que cuando al religioso le ofrecen regresar a México para hacerse cargo de la rectoría de la Universidad Iberoamericana (UIA), Legorreta no lo piensa dos veces y también decide continuar sus estudios en México. Le revalidaron sus materias, se aficionó a la historia de México, al colonialismo y al indigenismo, y cursó en 1957 el último año de la licenciatura en Relaciones Industriales. Pérez Alonso presidió su examen final ?cuyo tema estaba relacionado con problemas de ética profesional. Le exigió tanto, recuerda, que su padre, Agustín Legorreta López Guerrero, le diría tiempo después, bromeando: ?Padrecito, por lo visto usted quería ?tronar? a mi hijo?. A partir de ese momento, Legorreta adoptaría a Pérez Alonso como su consejero espiritual. Lo casó en su primer matrimonio, bautizó a todos sus hijos y a todos sus nietos, y sobre todo le ayudó ?precisa Pérez Alonso? a salir adelante de los problemas que enfrentara en su juventud.



La familia Legorreta

Los Legorreta ?apellido de origen vasco? prácticamente y de manera sucesiva llevaron las riendas de Banamex durante casi un siglo. El primero, Agustín Legorreta García ?abuelo del hoy candidato? ingresó al banco en 1902, y llegó a su dirección general 1912, en plena Revolución. No sería sino hasta 1934 que ocuparía la presidencia del Consejo de Administración.

Uno de los momentos más difíciles que enfrentó fue el negociar con Alberto Pani, Secretario de Hacienda en 1926, los adeudos que el gobierno tenía con ese banco. Mientras Banamex presentó cuentas por 77 millones de pesos, el gobierno sólo reconoció 40 millones de deuda, cantidad finalmente pactada entre ambas partes.

Murió en 1937 en Nueva York, a los 56 años, de una pulmonía que le provocó la utilización de éter en una operación.

Lo reemplazó Luis Gonzaga Legorreta ?tío abuelo del candidato?, quien fue nombrado director general de Banamex en 1934 y vicepresidente en 1952. No fue sino hasta 1958 que se convertiría en presidente del Consejo de Administración, puesto que detentaría hasta marzo de 1970. Le tocó sortear el vendaval producto de la impugnación que un grupo de accionistas como José Antonio Escandón y Miguel Macedo, entre otros ?refiere Humberto Musacchio en ?Milenios de México?? hicieron con respecto a su nominación como director general. Pese a que fue demandado penalmente, la querella nunca prosperó. A Luis Gonzaga se le reconocía por sus actos solidarios. En una ocasión, el general Lázaro Cárdenas ?recuerda Agustín F. Legorreta? le llegó a decir que jamás olvidaría el gesto que tuvo Luis Gonzaga para con la Universidad Nacional, a la que hasta le llegó a prestar dinero para pagar la nómina, cuando en una ocasión ésta a raíz de una huelga no tenía liquidez.

Lo sustituyó Luis Legorreta López Guerrero ?padre del candidato?, quien toma la dirección general en 1952 y la presidencia del Consejo de Administración de 1970 a 1972. Fue uno de los fundadores en 1962 del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.

Quintino, como se le conocía, explica Pérez Alonso, era un hombre muy conocido en México, con mucho carácter. Ayudó de manera económica a la UIA, y hasta donó 50 mil pesos para que en 1956 se pudiera crear la Carrera de Administrador de Empresas.

López Guerrero se jubiló por iniciativa propia, junto con otros funcionarios del Banco en 1970. Ante esto se transfirió la responsabilidad a un nuevo grupo de seis personas más jóvenes y se nombró director general a Agustín F. Legorreta, quien en 1981 llegaría también a la presidencia del Consejo de Administración.

Así, más por herencia que por gusto, Agustín F. Legorreta probaba las mieles del triunfo desde muy temprana edad.



Los años en Banamex

El primer problema que afrontó Agustín F. Legorreta fue que llegó a la dirección general por lo menos 10 años antes de lo usual, a los 34, y aunque en esto influyó el haber sido hijo de uno de los funcionarios más importantes del banco, le significó también una desventaja en términos de imagen.

Por ello, de entrada autorizó una campaña publicitaria, a fin de tener una mayor presencia en la institución. Contrató con este propósito los servicios del publicista Luis Gutiérrez Muñoz, relata un viejo periodista que cubrió al sector privado en los años de Legorreta hijo al frente de Banamex.

Pronto se sobrepuso a esta situación y siguiendo el ejemplo de su padre apoyó financieramente a la UIA ?luego del terremoto de 1979? y formó parte de diversas organizaciones empresariales. En 1975 fundó el Consejo Coordinador Empresarial y tres años después, presidiendo éste, Legorreta llegó a decir, en relación con el Pacto de Solidaridad Económica, que era ?según cuenta en sus memorias Juan Sánchez Navarro? una ?pantomima?, puesto que las decisiones sólo las tomaban los 300 empresarios más importantes del país. Con ese gesto de arrogancia, Legorreta ?arropado por el poder político? mostraba su distancia con respecto a las clases más necesitadas, las que ahora al parecer forman parte de sus preocupaciones. El liderazgo que tuvo dentro del sector le valió no sólo presencia dentro de los órganos empresariales sino representatividad entre los accionistas de su propia institución. A pesar de tener un paquete minoritario dentro de Banamex que no llegaba a 5 por ciento ?dice el banquero Manuel Somoza? Agustín, al igual que su familia, siempre estuvo en la cúspide.

Esos eran los años en que, como dice el investigador Clemente Ruiz, Legorreta era el prototipo del banquero ?aristócrata? de un México que hoy ya no existe. Legorreta, junto con otros banqueros como Manuel Espinosa Yglesias, agrega, construyeron un sistema financiero muy limitado y se convirtieron en los verdaderos ?inductores? de la especulación que tanto dañó al país.



Expropiación

Pero la suerte de Agustín Legorreta decayó cuando el presidente José López Portillo decidió expropiar la banca, en respuesta a que como se dijo los empresarios de la banca habían ?obtenido con creces ganancias de la explotación del servicio creando fenómenos monopólicos?, y a que no habían ofrecido crédito oportuno y barato a la mayoría de la población.

Casi 20 años después, todavía indignado, Legorreta confiesa que al día siguiente de esta determinación, cuatro banqueros se reunieron con el presidente y según su versión, López Portillo les habría dicho que reconocía que se trataba de una ?expropiación anticonstitucional?, pero que iba a hacer todo lo posible por ?legalizarla?.

Más que preocuparme por mí y mi familia ?recuerda Legorreta? me dolió que se cometiera este ?crimen? en contra del país.

No obstante ?según Carlos Tello en ?La nacionalización de la Banca en México?? la indemnización se dio en situación muy ventajosa para los afectados. En lugar de pagar el gobierno federal por Banamex 20 millones de pesos, se terminó pagando, capitalizando intereses, 47 millones de pesos.

A pesar de que Legorreta quiso ?luego del proceso de privatización de la Banca que concluyó en 1992? recomprar Banamex, el presidente Salinas se lo impidió. Y es que hay que recordar que fue durante ese gobierno cuando se desató la más fuerte embestida contra la familia Legorreta al encarcelar a Eduardo, su hermano, por haber estado involucrado en el más grande fraude fiscal de la historia, el ?crack? de la Bolsa de 1987. Agustín Legorreta se tuvo que conformar con adquirir con el aval del grupo de accionistas de la Casa de Bolsa Inverlat, Banco Comermex, que después se llamaría también Inverlat, transacción que terminaría en bancarrota como resultado de la crisis económica de 1994.

Antes, Legorreta había tenido que sortear una importante ruptura interna en la Casa de Bolsa Inverlat, cuando un grupo de accionistas encabezados por Manuel Somoza ?quien trabajó en Banamex de 1966 a 1982? se separó por diferencias "irreconciliables".

Agustín Legorreta, pensando en repetir el viejo esquema de sucesión de la familia en Banamex, quería que uno de sus hijos lo sucediera en la Casa de Bolsa, a lo que el propio Somoza se opuso.

Socialdemócrata

Aunque todavía hay quienes lo recuerdan formando parte en 1997 del exclusivo grupo de los ?snuffers?, que una vez al mes se reunían para tomar ?snuff?, mejor conocido como rapé (tabaco molido que se introduce por las fosas nasales), ahora Legorreta está cambiando de hábitos. Sus viejas compañías como Manuel Arango, Miguel de la Madrid, Rómulo O?Farrill Jr., Carlos Abedrop y Carlos Hank González han sido renovadas por lo que llama sus amigos ?socialistas?. Fui yo el que buscó al Partido Democracia Social, no al revés, confía Legorreta, quien tiene un largo tiempo de conocer a Gilberto Rincón Gallardo, el presidente del PDS. Rincón estudió con primos de Legorreta en el Instituto Patria, además de que está casado con una hermana de la esposa de un primo suyo, Federico Legorreta. Su relación data de por lo menos 20 años. Aunque Rincón Gallardo aseguró en una entrevista colectiva en EL UNIVERSAL, que su liga con Legorreta se remonta a hace apenas unos seis años, la relación entre ambos se intensificó en los últimos meses al participar junto con un grupo de intelectuales en un foro titulado Agenda 2000.

Desde diciembre pasado inició negociaciones para contender por el PDS al Senado de la República, instituto político con el que a pesar de todo tiene discrepancias en temas como el aborto y el control de la natalidad.

Legorreta considera que el permitir el aborto o el propugnar porque los homosexuales tengan reconocimiento oficial, se contrapone con su catolicismo.

Pese a estas diferencias y a que llegó a un ?tren que ya estaba caminando?, asegura que decidió a sus 65 años de edad incursionar por vez primera en la política, porque le preocupa el futuro de México y porque ya no quería seguir siendo un ?empleado más?, ya que en los últimos años se dedicó a brindar asesoría empresarial desde que dejó Inverlat en 1996.

Los mejores amigos de Legorreta en la política son del PRI, como el ex presidente Miguel de la Madrid, Jesús Silva Herzog y por años Fidel Velázquez, el líder obrero, a quien Legorreta identifica como un personaje de ?izquierda? por su marcado perfil ?social?. Y aunque públicamente ha calificado al candidato a la Presidencia de la República por el PAN, Vicente Fox, como un ?chivo en cristalería?, tiene una larga relación con él. Incluso en 1994 lo invitó a incorporarse al Consejo de Administración de Inverlat, pero a la semana siguiente el panista se declaró candidato a la gubernatura de Guanajuato, y Legorreta le tuvo que decir que no lo podía recibir porque el Consejo era totalmente ?apolítico?. Y es que en tantos años de ?andar moviendo el abanico?, se justifica Legorreta, se conoce a mucha gente de la política, actividad a la que hoy profesa su fe, luego de que durante años la desdeñó privilegiando la Banca, por ello quizá, ahora quiere pintar su raya y dice: sería un ?mal empresario si quisiera intentar comprar un partido?.



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