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José Antonio Meade, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), sostuvo que las bardas no son la solución al fenómeno migratorio, cuando entre México y Estados Unidos se requiere una frontera moderna, pues América del Norte tiene los elementos para ser una región más dinámica y competitiva, y ambos países lo están impulsando, un contexto en el que la reforma migratoria resultaría un elemento a favor del desarrollo bilateral.

El mensaje del canciller se dio después de que el Senado de Estados Unidos anunció la aprobación de medidas para endurecer el control en la frontera, como la construcción de mil 126 kilómetros más de muro divisorio, ampliar a 40 mil el número de agentes de la Patrulla Fronteriza y más de 46 mil millones de dólares para militarizar la franja, entre otras.

Meade enfatizó que “en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto tenemos la firme convicción de que América del Norte tiene todos los elementos para ser una región aún más dinámica y competitiva”, por lo que se trabaja para impulsar una agenda multitemática.

Recordó que durante la visita del presidente de EU, Barack Obama, a México, en mayo pasado, se acordó “trabajar de manera integral, coordinada, en nuestra frontera común, de modo que sea una región próspera, segura, sustentable y promotora del desarrollo”.

Para el canciller, “resulta por ello indispensable impulsar la modernización de los puertos de tránsito fronterizo. Es fundamental mejorar su infraestructura y administración. Este es el tipo de prioridades a las que es más importante destinar recursos”

Dijo que “México está convencido de que nuestras políticas públicas deben ser coordinadas y deben reconocer la importancia de la frontera para la competitividad, la creación de empleos y el bienestar social de los dos países”.

A lo largo del proceso legislativo que se inició en Estados Unidos en torno a dicha reforma, expuso Meade, “nuestro país ha hecho saber al gobierno de Estados Unidos que medidas que puedan afectar los vínculos entre las comunidades se alejan de los principios de responsabilidad compartida y buena vecindad que ambas naciones hemos decidido impulsar”.

Destacó que “estamos convencidos de que las bardas no unen. Las bardas no son la solución al fenómeno migratorio y no son congruentes con una frontera moderna y segura, no contribuyen al desarrollo de la región competitiva que ambos países buscamos impulsar”.

Dejó en claro que la frontera es un área de prosperidad, pues, dijo, “la población de los municipios y condados fronterizos de ambos países suman alrededor de 14 millones de habitantes, y los 10 estados fronterizos constituirían la cuarta economía del mundo”.