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“No sabíamos que íbamos a la guerra”

Doris Gómora| El Universal
Domingo 10 de febrero de 2013
No sabamos que bamos a la guerra

. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )


doris.gomora@eluniversal.com.mx  

“No sabíamos que íbamos a la guerra”, recuerda uno de los miembros del Escuadrón 201. Así empieza parte de la historia de quienes formaron la Fuerza Aérea Expedicionaria, el Escuadrón 201, con los únicos 300 soldados mexicanos que han participado en una guerra mundial y que fue publicada en el libro Puertos del Aire, que en 1997 editó Martha León para la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

El entonces presidente de México, Manuel Ávila Camacho, se indica, los felicitó porque habían sido elegidos para hacer un curso en los Estados Unidos y si era necesario partirían a un frente de guerra “a representar a México ante las Naciones Unidas”.

“Si alguno de ustedes tiene algún problema —dijo Ávila Camacho al despedirlos— o quiere hacer alguna petición, que venga conmigo para atenderlo”.

El cabo Angel Bocanegra levantó la mano: “señor presidente, yo quiero que se nos construya una escuela allá en mi pueblo”.

—¿Dónde es tu pueblo?, preguntó el presidente.

—Allá en Tepoztlán, Morelos, respondió el cabo.

El presidente Ávila Camacho mandó llamar a un oficial y le dijo: “quiero que desde éste momento se empiece a mandar material para Tepoztlán, Morelos, porque se va a construir una escuela”.

Así los 300 miembros de la Fuerza Aérea Expedicionaria, conocidos como Escuadrón 201, partieron a la guerra desde San Francisco, California, el 27 de marzo de 1945 en el U.S. Fair Island.

“A bordo de caza-bombarderos P-47 Thunderbolt 27 pilotos mexicanos, al mando del capitán Radamés Gaxiola, ametrallaban y bombardeaban posiciones y tropas japonesas: 42 misiones de combate sobre la isla de Luzón. Una de ellas, la número I-39, de reconocimiento sobre Tokio y la isla de Formosa, Hiroshima; los salvó de las duras batallas de Okinawa”, se explica.

El emblema de combate del Escuadrón 201 era Pancho Pistolas, un gallo muy bravucón que pintaba a Jorge Negrete cantando Ay Jalisco no te rajes, mientras que sus bombas llevaban frase tales como: “Para que dejes de comer tortillas” o “ahí te va éste taquito Hiroito”.

Un golpe de suerte

El piloto mexicano, Jacobo Estrada Luna, quien se llamaba así mismo Coca Cola sobrevolaba una posición cuando las bombas que transportaba sufrieron un desperfecto y al quitar el seguro las tiró.

“Ya ni modo, me van a regañar. Blanco equivocado”, expresó. Tras ello, algo estalló violentamente en la selva. El Estado Mayor Norteamericano reportó que el piloto le había acertado a un arsenal japonés oculto en la maleza.

En su despliegue, el Escuadrón 201 registró el deceso en combate de Fausto Vega Santander, Héctor Espinosa Galván, Pablo Rivas Martínez, José Espinosa Fuentes y Mario López Portillo.

Finalmente, el Escuadrón 201 regresó el 23 de octubre. “Treinta mil personas les arrojaron flores y confeti. Hubo vitores al paso del tren que los llevaba a la estación de Buenavista. El 18 la catedral tañía las campanas, desfile militar, el zócalo estaba de gala. Manuel Ávila Camacho los condecoró. La medalla decía: Servicios en el lejano oriente”, refiere. “Era una cosa que no esperábamos”, recordó un miembro del Escuadrón 201.

Pasó el tiempo, dejaron de ser noticia, pero al final se convirtieron en héroes de la II Guerra Mundial.



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