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Dedicación y disciplina, clave del éxito de la “Voca 9”

Nurit Martínez| El Universal
Domingo 09 de septiembre de 2012
Dedicacin y disciplina, clave del xito de la Voca 9

ORGULLO. El director Juan Antonio Cortés Pérez, director de la CECYT número 9, perteneciente al Instituto Politécnico Nacional , dice que no hay fórmulas mágicas para lograr buenos resultados académicos. (Foto: ESPERANZA OREA )

El plantel del IPN es el mejor bachillerato del país; “su fuerte”, las matemáticas

nurit.martinez@eluniversal.com.mx

Por quinto año consecutivo la vocacional Juan de Dios Bátiz —Cecyt 9— del Instituto Politécnico Nacional (IPN) es el mejor bachillerato del país, al hacer que nueve de cada 10 estudiantes obtenga niveles de excelencia en matemáticas y poco más de la mitad de los alumnos se coloquen entre los de más alto desempeño en lectura y expresión.

Entre sus pasillos y salones se respira disciplina y competencia. Los jóvenes buscan participar en olimpiadas del conocimiento, particularmente de matemáticas.

Todo marcha con cronómetro. Domingo y Diana, los prefectos de ambos turnos, son los encargados de que los estudiantes tomen los 50 minutos reglamentarios de clase. Que todos permanezcan en las aulas es la tarea de ambos.

Para el director Juan Antonio Cortés Pérez, “no hay fórmula mágica” en la consecución de buenos resultados que se obtiene, sólo “dedicación y disciplina”.

Lo más importante son los estudiantes. A esa escuela —que tiene como antecedentes un convento, una escuela de talleres de artes y oficios como la herrería y carpintería—, hoy se le dota de la “mejor materia prima” que son estudiantes del más alto desempeño y gusto por las matemáticas, por lo que el reto es “explotar y potencializar sus capacidades”.

Jóvenes como Anayeli —hija de un policía auxiliar con estudios de preparatoria y madres con estudios de primaria— sueña convertirse en una experta de la robótica industrial.

Su alto desempeño en matemáticas hizo que de los 3 mil 53 alumnos que presentaron su examen de ingreso a ese bachillerato, ella fuera incluida como una de los 844 estudiantes de primer ingreso.

Cuestión de razonamiento

Mientras trabajan en los “esmeriles”, Diego Ulises Hernández Flores y Ricardo Ordaz comentan que uno quiere estudiar mecatrónica y actuaría. Desde antes de que ingresaran, los jóvenes que hoy cursan el tercer semestre, sabían que la exigencia, en particular con las materias de matemáticas y física, era mayor a la de otras escuelas, pero “no son difíciles, sólo es cuestión de razonamiento”, comenta Diego.

“Nunca tienes que pensar que las matemáticas son malas, sólo hay que practicar, analizar y razonar”, explica. El joven dedica, por día, ocho horas a la escuela y en su casa un por medio de tres a cuatro horas adicionales a estudiar y repasar problemas matemáticos.

En cambio, Ricardo manifiesta que la clave para enfrentarse a una escuela en donde todo es exigencia es la “organización”.

Félix Almendrá y Atziri Naomi Ponce, quienes cursan el primero de los seis semestres, coinciden en que fueron atraídos por ese plantel por su alto nivel de exigencia en matemáticas. Ellos se consideran “buenos estudiantes”, pero el maestro Hermenegildo Barrera, presidente de la Academia de Matemáticas, los reta.

Sabe que muchos jóvenes que se consideran “buenos” terminan el primer semestre con bajos resultados, pero el propósito de la escuela es el de apoyarlos para hacer que continúen sus estudios con mejores niveles educativos.

Se les brinda apoyo a través de asesorías y cursos sabatinos para seguir con esa tendencia en donde 92% de los jóvenes se colocan en nivel de excelencia, nadie en insuficiente y elemental y en el 8% restante en el nivel de bueno.

Alicia García Téllez, presidenta de la Academia de Expresión Oral y Escrita, advierte que, sobre todo entre los seis profesores de esa materia, hay “pasión por la lectura” que se transmite a los alumnos.

El mayor reto es que cuando ingresan los jóvenes saben que su prioridad son las matemáticas y “me han llegado a decir que ellos no va a necesitar leer, porque para eso van a tener a su secretaria, que es una materia de relleno, pero mi respuesta es que cómo van a saber si la secretaria hizo o no bien su trabajo”.

De la mano de sus profesores, los jóvenes estudiantes avanzan con antologías breves hasta tener que leer por semestre una novela, 20 cuentos, 15 poemas, cuatro obras de teatro, una novela corta y algún otro libro que les guste.

En ese plantel en donde las especialidades de formación son la programación de máquinas, sistemas automatizados, sistemas digitales y tecnologías de desarrollo de software, se ha iniciado el nuevo programa para retener a los jóvenes.

Con la reforma al reglamento del IPN se ha captado a los primeros 33 estudiantes que estaban en riesgo de abandono escolar ocasionado por la reprobación de materias.



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