ISLAS MARÍAS MUROS DE AGUA
Semilibertad en el ?paraíso?

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?Las noches de la isla son palpitantes y llenas de misterio. Nadie puede resistir el influjo y se experimenta la necesidad de ir hacia el mar, desde la playa, como hacia un viejo dios... para no oír nada, y quedarse en la oscuridad, donde cielo y agua se adivinan y, se adivinan también, todos los recuerdos, el amor ausente, la vida infructuosa, los anhelos sin utilidad y los esfuerzos sin gloria? José Revueltas ARCHIPIÉLAGO DE LAS MARÍAS, Nay.? Un lunar en el Pacífico en el que majestuosas, envueltas de vegetación, adornadas de aves y rodeadas de mar azul casi transparente que permite asomarse a ese mundo acuático multicolor, se encuentran a 160 kilómetros de la civilización las islas María Madre, María Magdalena, María Cleofas y el islote San Juanico. Paradisiaco lugar casi desconocido que en sus entrañas alberga historias, recuerdos, nostalgias, esperanzas, fe y arrepentimientos. También odios, rencores, venganzas y dolor. Fue Porfirio Díaz quien decidió convertir estas islas en colonia penal, y hasta 1905 se destinaron a condición de penitenciaría, siendo el periodo más crudo para el sistema penitenciario hasta dos décadas antes de este siglo. Ahí, entre esos ?muros de agua? ?como intitulara su novela José Revueltas?, donde confluían los asesinos más peligrosos, los rateros más temidos, las prostitutas reincidentes y los comunistas que criticaban al sistema, presos políticos como este escritor que en dos ocasiones (1932 y 1934) pisara esas tierras de hombres cabizbajos y alicaídos, que nunca volvían a pisar continente. De los 27 mil kilómetros cuadrados que conforman este lunar terrestre, sólo la isla mayor está habitada por 3 mil 400 personas y mide 14 mil hectáreas. Ahí se edificaron 18 campamentos donde habitan los internos, hasta hoy mil 688 reos, los que son custodiados por sólo 30 elementos, mientras que la administración de la isla que depende de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social, de la Secretaría de Gobernación, cuenta con 112 elementos. También se cuenta con personal de la Armada de México que custodia sobre todo el área perimetral, para evitar fugas y capturar pescadores furtivos que atrapan especies marinas que sólo se producen en esa zona. Un parteaguas en la historia de este penal, según la Secretaría de Gobernación, lo marcó el presidente Plutarco Elías Calles, que abre una nueva etapa en la vida del centro de reclusión, pues se introdujeron cambios con principios humanistas, los cuales comenzaron por el trato a los prisioneros. Esta Colonia Penal Federal Islas Marías la dirige Juan Manuel Herrara Marín, desde mayo de 1999. El funcionario se desempeñó como director de Seguridad Pública del estado de Veracruz, cuando Miguel Ángel Yunes, actual director General de Prevención y Readaptación Social, fungiera como secretario de Gobierno del estado de Veracruz, en la administración de Patricio Chirinos. Aquí se contempla este concepto ?único en el mundo?, en el que se otorga una ?libertad reglamentada" a los reos para obtener la libertad. Un interno recluido en cualquier otro penal dentro de la República Mexicana puede solicitar su traslado a las islas Marías en la que presente una partida jurídica actualizada y unos estudios de personalidad. Habrá de contar con estos otros requisitos: que no haya cumplido su sentencia condenatoria; que el sentenciado no esté a disposición de una autoridad judicial distinta a la que al efecto se practiquen, que se estime que pueda proceder su envío a la colonia penal de acuerdo con lo impuesto por el sentenciado. De igual forma, no deben estar considerados con un alto nivel de peligrosidad ni debieron haber pertenecido a grupos delictivos organizados. Su edad debe oscilar entre los 20 y 50 años, ser sanos física y mentalmente y no presentar ningún grado de minusvalía. Las restricciones que remarca el Reglamento de la Colonia Penal Federal de Islas Marías destacan que no serán aceptados aquellos que hayan incurrido en delitos como traición a la patria, espionaje, sedición, motín, rebelión, terrorismo, sabotaje, conspiración, delitos sexuales y contra la salud. No obstante, algunos de estos reos gozan del beneficio de poder cohabitar con sus familias, siempre y cuando hayan tenido buen comportamiento y que sus familiares acepten el traslado al penal. En la actualidad, esta colonia cuenta con 400 familias. Este régimen llamado de ?semilibertad? tiene como objetivo una mejor readaptación social de los internos, apoyándose en personal especializado, en disciplinas laborales, de capacitación, culturales y recreativas, así como actividades deportivas, culturales y de servicio, de acuerdo con su edad y nivel escolar. La manutención de las familias corre por su cuenta y se le apoya al recluso, mediante aportaciones de sus ?melgas? o labores penitenciarias, ya que existen fuentes de empleo a través de talleres de carpintería, mecánica automotriz, computación, torno, apicultura, crianza de ganado porcino, bovino, equino y cultivo de hortalizas, etcétera. Fue hasta 1986 cuando dejó de trabajar la salinera, localizada en el campamento Morelos, debido a la obsolescencia de la planta. Entre los servicios que ofrece este centro penitenciario se encuentran los de agua potable, vivienda, drenaje, alumbrado, jardín de niños, primaria y telesecundaria, así como preparatoria abierta. Cuentan con una biblioteca que tiene 25 mil ejemplares y que lleva por nombre ?José Revueltas?. También se localiza una oficina de telégrafos, telefonía y de correos. Existe un campamento destinado para prestaciones de servicios de salud, a cargo del Instituto Mexicano del Seguro Social. La población de internos está conformada por mil 635 hombres y 53 mujeres. El 71 por ciento de los sentenciados se debe a delitos del fuero federal y sólo 29 por ciento por delitos de fuero común. Presentan mayor incidencia los delitos contra la salud, contra la vida e integridad personal, robos y finalmente la portación de armas prohibidas. Campeche, Colima, Querétaro, Tlaxcala, Yucatán e Hidalgo son los únicos estados que no han realizado traslados a esta colonia penal, mientras que el mayor número de reos son originarios de Sonora, Michoacán Coahuila, Durango, Chihuahua y Baja California Sur. Existen 12 reos con nacionalidad extranjera y 39 que provienen de comunidades indígenas. Los viernes son los días en que llega la visita de una de las dos embarcaciones de la Armada de México, el ?Nautla? o el ?Tehuantepec?. Lleva las provisiones a la isla, a los amigos y familiares de reos. Este hecho que alegra a muchos, fue inspiración para el interno Ramiro del Río, quien lleva en este lugar cuatro años y medio pagando una sentencia de nueve años y escribió el corrido de las islas Marías: ?Se acerca una embarcación al penal de islas Marías, es el buque de la Amada que nos traerá una alegría... es antesala? Los rostros de esos hombres, con tatuajes de vírgenes, de diablos, de cuerpos sinuosos de féminas por todas partes de sus cuerpos, que pagan con tiempo sus culpas en este espacio ?en el que para algunos es más triste tener a su familia que ?nada debe? y paga por su falta?, mostraban un semblante de descontento, de desconfianza, de indignación. Sus miradas hablaban pidiendo estar a solas, platicar, denunciar, pero la presencia de los custodios los intimidaba y sólo agachaban la cabeza, cuando los administrativos explicaban lo ?maravilloso y excelente de este único programa penitenciario en el mundo?. De 58 reos que se encontraban en la llamada ?Borracha? o bien, ?Hotel Hilton?, como llaman los reos a la zona de restricciones, solamente quedaban 23, habían sacado 25. ?Fueron los más golpeados y los sacaron antes de que llegaran los periodistas?, nos alertaban. ?Nos tratan muy mal? , ?abren nuestro correo?, ?no podemos quejarnos ante Derechos Humanos, nos cortan las llamadas?. ?Me amenazaron de muerte si les decía que me rompieron anteayer las costillas, me pidieron que dijera que me había caído de una camioneta?, ?acosan a mi novia, ya me dijo que el tal ?Boni?, le agarró las piernas?. ?¡Estos cabrones nos dan vida de perro!? , eran las quejas de los reclusos, de los que quedaban ese día. Más de 10 reos se manifestaron inconformes por el trato que da la actual administración, encabezada por Juan Manuel Herrera Marín. Éstos también se quejaron de los golpes que se les dan con tubos en el cuerpo, acusaron al comandante de custodios y subdirector de Seguridad, Patricio Ruiz Méndez, así como al custodio Bonifacio Huerta, que con la mirada fija y profunda intimidaba a los reos y evitaba que éstos siguieran denunciando. Tres habitaciones en las que había varios catres y dos literas, cobijas sucias que sus visitas les llevaban, dos baños. En la parte posterior, un círculo en el suelo, donde con leña preparaban la comida que les llegaba. Junto, una pileta llena de agua. Cuatro cubetas amarillas en el suelo, con restos de comida y moscas rondandolas. ?¡Ahí comemos! ¡Nos tratan como marranos!?, decía un recluso con tono norteño y con la mirada húmeda envuelta en unos párpados amoratados. Otro más se unía a las voces de descontento y acusaba al contador Esteban de ser el distribuidor de ?palomas de mariguana? que se consiguen en los puestos de comida, dulces y helados en el centro del campamento Ballenato. Las quejas: mayores intentos de fugas, acoso sexual a las mujeres por parte de custodios y administrativos; maltrato de reos; incendios provocados por inconformidad; y finalmente, tráfico de drogas. Estos cuatro reos se encontraban en la playa, apresurados, nerviosos, pero esperanzados, del lado de la salinera, abordando una rústica balsa que les había llevado tres meses construir, con varillas, bidones y tablas. El pase de lista de las 6:30 horas del 12 de diciembre despertaría la sospecha de los custodios y finalmente la de mediodía les hizo anunciar estado de alerta a la Armada, a la procuraduría del estado de Nayarit para iniciar la búsqueda de los cuatro reos que se habían fugado. Dos días después fueron encontrados sólo los provenientes de Durango, Teodolo Jiménez y José Barrios, éste último, el líder. Ambos fueron encontrados en estado de insolación, en las playas de Villaunión, donde confluyen el río y el mar, cerca de Mazatlán. De los otros dos, no se supo nada, fueron declarados desaparecidos. De oficio jardinero, asegura que le gusta leer entre dos o tres libros a la semana. Sus autores preferidos: Irving Wallace, Luis Spota y Mario Benedetti. Su visita lo visita cada tres o cuatro años.
Intimidación y golpes, su vida
ISLAS MARÍAS, Nay.? Un misterio se respiraba en la Isla María Madre. Los programas, los talleres, la readaptación, se escuchaban como parte de un buen sistema pero las caras de los reos decían algo más.
Se incrementan las fugas
Los colonos y sus familias preparaban los festejos para el día siguiente que se festejaría a la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre de 1999). Gran algarabía entre ellos. En la Iglesia se organizaban ?Las Mañanitas? a la Patrona de los mexicanos, encabezados por el sacerdote jesuita José Camarena, quien en ésta, su segunda etapa, lleva cuatro años habitando la isla, ya hace 23 años había hecho lo mismo. Había muchos colaboradores en el Templo de Guadalupe. Era el tercer pase de lista del día, a las 21:00 horas y estaban ausentes: Teodoro Jiménez, José Barrios Guerrero, Lorenzo Hernández y Martín Rodríguez.
?El Wama?
Condenado a una sentencia de 99 años, José Hernández alias ?El Wama?, lleva en la isla 14 años. Se le culpa de dos homicidios. Éste asegura que fue por cobardía por que es inocente. Señala que nunca le ha llamado la atención fugarse, por el contrario, el se siente ?educado? en este sistema penitenciario y sostiene: ?El que se porta bien, le va bien. El que quiere tolete se le da?.





