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La jerarquía de la iglesia católica en México calificó de “ridículos”, “disparatados” y “mal intencionados” los señalamientos de que el Papa Benedicto XVI visitará México para apoyar a “gobiernos o partidos políticos”, en marzo, cuando inicia el proceso electoral; más bien, dijo, viene por “razones pastorales y religiosas”, y a colaborar a “la paz y a la reconciliación” de los creyentes mexicanos.

Consideró también “absurdo” que los analistas del escenario político y religioso señalen que el Papa viene a nuestro país con el propósito de buscar la “reivindicación por la persecución religiosa del siglo pasado”.

“Menos merecen nuestra atención quienes piensan que detrás de la visita hay motivos económicos”, reprochó la Arquidiócesis de México, a través de la editorial La visita del Papa Benedicto XVI, difundida en el semanario Desde la Fe.

Por el contrario, la jerarquía católica describió que la visita del Papa Benedicto XVI, programada para los días 23, 24 y 25 de marzo, será en un “lugar muy significativo para la vida católica: el Bajío, conformado por un amplio territorio que comprende los estados de Guanajuato, Querétaro, parte de Michoacán y Jalisco”.

Explicó que se eligió ese lugar debido a que el llamado “Papa Peregrino, el Beato Juan Pablo II no pudo recorrerlo en sus cinco visitas”.

El Papa llegará al “centro del movimiento independentista, al corazón del México posrevolucionario que expresó su fidelidad religiosa con la generosa y emotiva devoción a Cristo Rey”.

Como Jefe del Estado Vaticano, reiteró, sostendrá un encuentro con el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, además será recibido por las autoridades del gobierno mexicano, fieles y obispos de nuestro país y Latinoamérica.

En la misa dominical en la Catedral Metropolitana, el cardenal Norberto Rivera lamentó que en México exista “una crisis de autoridad” y que tantas cosas importantes queden “a la deriva por falta” de esa autoridad.

Dijo que al interior de la iglesia y de la sociedad se señala una crisis, y que se quiere justificar como consecuencia de una falta de mando.