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Educación, talón de Aquiles en AL

El Universal
Domingo 28 de agosto de 2011
Educacin, taln de Aquiles en AL

TERMÓMETRO. Las mediciones que reflejan mejoras o diagnostican problemas en la enseñanza son hoy un contenido habitual del debate educativo. (Foto: ESPECIAL )

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En el nivel secundaria se presentan los mayores problemas, con alta reprobación y deserción; 11 periódicos de la región ofrecen una radiografía del déficit y logros

La escuela media encabeza las urgencias que hoy tienen los sistemas educativos latinoamericanos, en una agenda que integran, además, la formación y carrera de los docentes y la difusión y el uso de las evaluaciones nacionales e internacionales de los aprendizajes de los alumnos. Once periódicos líderes de la región, reunidos en el Grupo de Diarios América (GDA), ofrecen esta radiografía del déficit y los logros que América Latina está dando en la educación de las generaciones que vienen.

Si hubiera que señalar una urgencia común para la educación latinoamericana sería, sin duda, la escuela secundaria. El nivel educativo que completa la formación básica y prepara a adolescentes y jóvenes de 12 a 17 años para los estudios superiores y el trabajo concentra las mayores tasas de abandono y reprobación, muestra los resultados más preocupantes en los aprendizajes y recibe la mayor cantidad de críticas por estar desactualizado y alejado de las realidades sociales y culturales de los jóvenes que recibe.

Con distinto ímpetu, velocidad y eficacia, durante la primera década de este siglo, los gobiernos de la región han empezado a intentar reformas y mejoras en la escuela media, pero en la mayoría de los países los resultados son parciales, o aún poco visibles, en un escenario que pone de manifiesto las desigualdades sociales, económicas y regionales que los caracterizan.

Una agenda educativa regional debería colocar en segundo lugar a la formación y la profesión docente, que ha estado en el centro de las disputas políticas recientes en varios países, en particular por el creciente interés de varios gobiernos por establecer evaluaciones de desempeño, cuyos resultados inciden en los salarios de maestros y profesores. Ser docente sigue estando, en general, mal pagado y ha dejado de ser en nuestros países una profesión atractiva.

Aunque es verdad que cada vez más jóvenes asisten a las escuelas en América Latina, también lo es que los resultados de los aprendizajes distan de ser los mejores. Por eso van ganando atención las distintas pruebas, nacionales e internacionales (como PISA), en las que la mayoría de los países participa, con resultados muy dispares. Lo hacen con miradas diferentes: algunos países difunden públicamente sus resultados y los toman como referencia para sus propias evaluaciones, como Brasil o Chile, pero otros critican los procedimientos, como Argentina.

Escuela media

Las dificultades que enfrenta el nivel medio en la región no responden solamente a razones escolares, sino que reflejan las crecientes desigualdades sociales y económicas de los países.

En México, por ejemplo, aunque la cobertura de la educación media superior pasó de 48% a 66% en la última década, sólo 45% de jóvenes de entre 19 y 24 años concluyó ese nivel educativo, lo que coloca al país por debajo de Chile (donde 80% terminó el bachillerato); Venezuela, con 62%, y Brasil, con 57%. “Hace falta un rescate social de la juventud. Hay más de 7 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan; siete de cada 10 no tienen opciones educativas para cursar estudios superiores y hay más de 550 mil jóvenes analfabetos”, dijo el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.

Pero estar en la escuela no siempre asegura aprender: en ese país, luego de permanecer 12 años en el sistema educativo, ocho de cada 10 jóvenes sólo saben hacer operaciones matemáticas básicas y uno de cada dos tiene niveles bajos de lectura, según un informe oficial.

En Colombia, en tanto, también la matrícula de la educación media ha crecido en la última década (20%), pero aún hay 428 mil 302 jóvenes que están fuera del sistema, particularmente en las zonas rurales. Y las razones para dejar las aulas demuestran que el aspecto pedagógico es sólo una parte del problema. En ese país, según la Encuesta Nacional de Deserción, quienes abandonaron la escuela media en zonas urbanas lo atribuyen a dificultades académicas, maestros que enseñan en forma aburrida y situaciones de conflicto y violencia en el colegio, mientras quienes lo hicieron en zonas rurales culpan a la necesidad de trabajar, la distancia y las dificultades académicas.

Razones similares se dan en Costa Rica para dejar la escuela media: desinterés en estudiar, falta de dinero, dificultad para aprender y la elección por trabajar. En ese país, la mitad de los jóvenes desiste de cursar los dos últimos niveles de la secundaria, que por ahora no son obligatorios.

“Es una de las carencias de nuestra política educativa no estar preocupados por los jóvenes que van quedando atrás. Hay iniciativas privadas, pero el Estado está en el debe”, afirmó el subdirector del Centro de Estudios Públicos de Chile, Harald Beyer. Allí, las tasas de abandono en secundaria son siete veces superiores a las de la primaria.

Desde Venezuela se enumeran críticas al nivel medio: falta de profesores, contenidos desactualizados —en ese país, es el único nivel que no ha tenido cambios curriculares en más de 20 años—, y escasez de vacantes.

Sin embargo, la situación no es pareja dentro de los países. En la mayoría de los casos, las escuelas privadas suelen tener mejores tasas de rendimiento y menos abandono, porque en general atienden a una población de mayor nivel socioeconómico y cultural.

Muchos países comenzaron, en los últimos años, a proponer reformas para sus escuelas medias.

En Argentina, por ejemplo, está en marcha el plan “Secundaria para todos” —el nivel es obligatorio desde que lo estableció una ley nacional en 2006—, que busca reformular los contenidos de las materias, con más horas de asignaturas básicas como Lengua, Matemáticas e Inglés; incorpora tutorías y acompañamiento para rendir materias reprobadas e integra actividades deportivas, artísticas y comunitarias, entre otros cambios.

En Ecuador, en tanto, desde septiembre se aplicará un programa de reformas que busca disminuir el número de materias, aumentar la carga horaria y capacitar a los profesores.

Carrera docente

Si la mayoría de los conflictos entre gremios docentes y gobiernos solían darse a causa de los tradicionalmente bajos salarios, en los últimos años los problemas se han dado a raíz de muchas iniciativas gubernamentales de evaluar a los docentes y atar sus salarios y movilidad profesional a esos resultados. En Perú se instaló en 2008 la Carrera Pública Magisterial, que define contratos y sueldos con base en criterios meritocráticos. Los resultados de las primeras evaluaciones mostraron que la mitad de los maestros no pudo hacer cálculos aritméticos simples; en la última evaluación, de marzo de este año, sólo 11% aprobó.

En Ecuador existe desde 2009 una evaluación obligatoria a docentes en servicio, que fue también muy resistida. En Brasil hay pruebas de desempeño docente en Río de Janeiro o Pernambuco, pero en 2012 el gobierno central implementará una prueba nacional para los docentes de niveles iniciales. En Argentina, donde el salario docente se define principalmente por antigüedad en el cargo, el gobierno nacional no parece tener planes de crear estas formas de evaluación, que ya cuentan con el rechazo público de gremios.

En cualquier caso, la docencia sigue siendo una profesión con un bajo nivel de valoración social en la mayoría de países de la región. En Uruguay la mitad de los maestros que ingresan en los institutos de formación fracasaron antes en carreras universitarias. La matrícula se ha reducido 30% en tres años y en 2010 se recibieron 100 maestros menos que en 2009. En Puerto Rico un estudio reveló que sólo 24.9% está satisfecho con su remuneración y apenas 11.1% cree que se valora su trabajo.

Para compensar estas situaciones, en Chile el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet creó en 2009 la prueba Inicia, como diagnóstico voluntario del nivel de preparación de los egresados en Pedagogía, que se espera instalar como obligatoria para que sus resultados determinen el nivel de salario inicial de los docentes de escuelas públicas. Además cuenta con la beca Vocación de Profesor, que costea 100% la carrera a alumnos destacados.

Evaluaciones de calidad

Desde hace algunos años, la “calidad educativa” se ha convertido en la noción más repetida por los expertos y funcionarios de educación en la región, al explicar la meta que ahora debería ponerse por delante. Por eso, las mediciones que reflejan mejoras o diagnostican problemas son hoy un contenido habitual del debate educativo, no sólo de los expertos. Sin embargo, los usos de los resultados de esas evaluaciones varían, país por país.

Brasil, por ejemplo, creó un Índice de Desarrollo de la Educación Básica (IDEB) propio, que tiene una escala de uno a 10 y se calcula así: la mitad de la nota proviene de las pruebas nacionales de evaluación de Lectura y Matemáticas, y la otra, del índice de aprobación de los alumnos al final del ciclo lectivo. El Ministerio de Educación estableció como meta para 2021 que el IDEB nacional sea de seis, que es el nivel de conocimiento que demostraron los países de la OCDE en la prueba PISA de 2003. En 2009, el índice para los primeros años de la enseñanza básica fue de 4.6.

La mayoría de los países tienen sus pruebas de rendimiento. En Ecuador existe desde 1996 el Sistema de Medición de Logros Académicos en tercero, séptimo y décimo año de educación básica; en Perú, cada año se realiza la Evaluación Censal de Estudiantes (los últimos resultados mostraron que 17% de alumnos de escuelas públicas comprende lo que lee, mientras lo hace el 43% en las privadas), y en Costa Rica existe un examen nacional obligatorio que tiene un valor de 60% para aprobar el bachillerato.

En Puerto Rico estas pruebas han sido particularmente controvertidas. Allí, según la ley estadounidense No child left behind, se toma una prueba estandarizada de progreso académico a los alumnos. Cada escuela que no cumple con sus objetivos pasa a un Plan de Mejoramiento, mediante el cual se reciben más fondos, que finalmente se utilizan para contratar empresas privadas que brindan tutorías a los estudiantes. En Venezuela, la última evaluación de aprendizajes fue hace siete años, y no difundieron resultados.

Chile, en tanto, aparece como uno de los pocos países donde los resultados de las pruebas internacionales más recientes fueron un alivio para las críticas que se suelen hacer a los sistemas educativos de la región. Allí, el país subió 40 puntos en lectura en 2009 respecto de la evaluación de 2000. Además, en 2010, el examen de cuarto grado de primaria mejoró nueve puntos en lenguaje sobre el año anterior.



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