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MATAMOROS, Tamps.— Vehículos de colección de los años 20, automóviles deportivos como Porsche, Jaguar, Mustang, BMW y Mercedes Benz, o camionetas clonadas de Pemex, pipas y tráileres fueron ahora parte del golpe que dieron infantes de Marina al cártel del Golfo, organización criminal que perdió a 17 de sus miembros —10 de ellos policías—, que fueron arrestados en las últimas 48 horas en operativos efectuados en la zona fronteriza de Tamaulipas.

Al grupo delictivo le fueron asegurados también 125 uniformes militares con pixelado para camuflarse en zonas con vegetación, cascos antibalas, cinco chalecos de blindaje de alta resistencia y unas 100 insignias, banderas y logotipos que usaban sus miembros para distinguirse de Los Zetas, sus ex aliados y con las que ahora se encuentran confrontados en busca de la supremacía por el control de las actividades criminales en la entidad.

El cártel del Golfo perdió también un arsenal que incluía más de 101 mil balas útiles para armas automáticas y dejará de contar con 51 rifles, la mayoría AR-15 y AK-47 cuerno de chivo y hasta una metralleta Barrett, mil 200 cargadores, seis granadas de mano, 20 radios, 16 paquetes de mariguana y ocho de cocaína.

Las cuantificación del daño causado es superior a los 100 millones de pesos, costos que se traducen en el “debilitamiento de su estructura logística” y de esta manera se daña a la organización delictiva en toda su estructura, consideró el contralmirante José Luis Vergara, vocero de la Secretaría de Marina, durante la presentación de los detenidos.

Los combatientes, en alerta

Silenciosos, situados en zonas estratégicas, decenas de infantes de Marina mostraban la alerta que se vive por las acciones que se desarrollan para enfrentar al cártel del Golfo y a Los Zetas, organizaciones que han provocado un clima de violencia como nunca se había visto en el estado.

Aquí, los primeros infantes de Marina que se observaron en el aeropuerto descargaban de vehículos y camiones de la Armada sus implementos de combate después de lo que parecía una larga jornada, mientras que quienes se preparaban para suplirlos iban y venían, revisaban el parque de sus armas, las condiciones de los vehículos, se contaban y pasaban revisión de todo y cada uno de los objetos que llevan consigo en sus mochilas.