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Julio César Godoy Toscano pasó 48 horas resguardado en una de las oficinas de la coordinación del PRD, en el sótano del edificio B de la Cámara de Diputados.

El michoacano, perseguido por la Procuraduría General de la República por supuestos vínculos con el crimen organizado, entró a San Lázaro el martes en el auto del diputado del PRD José Narro, acompañado por la diputada Mary Thelma Guajardo.

Ingresó sentado del lado de copiloto y pasó los retenes que la Policía Federal instaló alrededor de la Cámara para detenerlo e impedir que rindiera protesta.

Informes de la Mesa Directiva, que incluyen videos y reportes de bitácoras, revelan que Godoy ingresó a las instalaciones tranquilo y sin necesidad de meterse a una cajuela o agacharse en el asiento trasero. Tampoco se disfrazó; ese día ya no tenía bigote y su cabello, con muchas más canas, tenía un corte distinto, lo que le hacía verse diferente.

El diputado Narro negó que Godoy hubiese entrado con él. Legisladores perredistas que estuvieron con Godoy, haciendo guardias de vigilancia las dos noches que pasó en San Lázaro, comentaron que en la madrugada de ayer, alrededor de las tres, se activó la alerta sísmica.

La supuesta emergencia hizo que saliera corriendo Guajardo para preguntar si estaba temblando, a lo que personal de San Lázaro respondió que era una prueba, relataron los diputados.

La presencia de la legisladora a tan altas horas de la madrugada evidenció movimientos irregulares, pero no pasó a mayores.

En la coordinación del PRD, Toscano recibió visitas, comió y se bañó. Ahí mismo se puso traje y corbata azul para rendir protesta —un año después— como diputado federal, cargo que ganó en las urnas de Michoacán.

Algunas versiones coinciden en que fue introducido al salón de sesiones por Narro, que abrió la puerta con su clave y huella dactilar; adentro lo recibieron Alejandro Encinas y Guadalupe Acosta, que hicieron una seña a la Mesa Directiva para que de inmediato Godoy rindiera protesta.