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El secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, admitió que la industria “ha detenido” la instrumentación de los lineamientos para regular la llamada comida chatarra en los centros escolares, y advirtió que la única solución para garantizar que los niños no consuman ni un solo producto alto en grasas saturadas es “de plano” cerrar las “tienditas” escolares.

“En un momento dado, si no se quiere tener ninguno de estos tipos de alimentos habrá que garantizar, por un lado que los niños puedan llegar desayunados y, por otro, cerrar las tienditas escolares, esa sería la solución”, advirtió el titular de Salud.

Explicó que 80% de los productos que consumen los niños en las cooperativas son preparados —pambazos, quesadillas, tortas, entre otros— y no industrializados. Por eso, la Secretaría de Salud repartió 16 millones de menús para que estos platillos se ajusten al nivel calórico.

Los senadores de todas las fuerzas políticas, incluido el PAN, criticaron los Lineamientos generales para el expendio o distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de educación básica para regular la alimentación de niños y jóvenes.

El funcionario aseguró que con los lineamientos se prohibieron 91% de las botanas, 50% de pastelitos y se eliminó por completo la venta de refrescos: “pues de plano mejor que no haya tiendas y sólo agua potable”.

Durante su comparecencia en el Senado, con motivo del cuarto Informe de Gobierno, Córdova Villalobos defendió la venta de algunos pastelillos y botanas, pues argumentó que lo importante es enseñar a los niños a sumar calorías permitidas por día.

Por ello, la industria tendrá que elaborar bolsitas donde todos los dulces contenidos o productos sumen 140 calorías.

“Creo que tampoco es solamente la función de modificar o restringir, que lo estamos haciendo, y que además las industrias lo han detenido, hay alimentos que están catalogados de ese tipo; satanizados, pero ahora ya cumplen con los requisitos de sodio, azúcar y sal, entonces tampoco hay argumento para sacarlo”, justificó el funcionario.

Ante las críticas, Córdova reviró: “No nos rasguemos las vestiduras” para explicar que la simple prohibición de alimentos chatarra en las escuelas no resolverá el problema de salud, pues se necesita que los padres de familia garanticen un plan nutricional en los hogares.

“No hay alimentos buenos o malos –excepto los contaminados-; hay costumbres o hábitos buenos o malo”, argumentó.

Contra el tabaco

Córdova Villalobos anunció que a partir del 24 de septiembre aparecerán en las cajetillas de cigarros imágenes de cáncer en lengua y pulmón para advertir sobre los riesgos de fumar.

“Es inaceptable que los cigarros se vendan en farmacias, pero así lo aprobaron nuestras autoridades. Ni qué hacer”, dijo.

El presidente de la Comisión de Salud, el panista Ernesto Saro, cuestionó la regulación de la venta de cajetillas.

Según una encuesta en poder del legislador, 73% de los hogares aprueba que a las cigarreras se les cobre un impuesto especial, que representaría un alza de 10 pesos en cada cajetilla.

Aumentar el precio de las cajetillas de cigarro sumaría una bolsa de 20 mil millones de pesos, que se destinaría —según un proyecto impulsado por Saro— a campañas para prevenir enfermedades causadas por fumar.

De acuerdo con el legislador Saro, el consumo de cigarro se reduciría en 14% con este incremento, que significaría 2% del Producto Interno Bruto.