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En la masacre de los 72 migrantes latinoamericanos ocurrida la semana pasada en Tamaulipas, “todos somos responsables”, tanto en México como en cada uno de los países expulsores de indocumentados, reconoció Alden Rivera, vicecanciller de Honduras, por lo que urgió a que los países de la región tomen medidas conjuntas para evitar que la tragedia se repita.

En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que la primera reacción ante lo ocurrido es que ciudadanos hondureños se están entregando voluntariamente a las autoridades migratorias de México para ser repatriados, lo que habla del temor que ha propiciado la masacre entre los indocumentados.

Informó que su país iniciará una campaña a nivel nacional para alertar a los ciudadanos del peligro que corren los migrantes ilegales que llegan a México, ante las operaciones del crimen organizado que los ven como un blanco fácil para la extorsión, o para obligarlos a participar en el trasiego de droga hacia Estados Unidos.

El ministro consideró que esta estrategia debería ser adoptada por el resto de los países de la región, y será una de las propuestas que llevará su gobierno a la reunión de cancilleres y autoridades de seguridad.

Alden Rivera reconoció que además de las acciones que se puedan tomar para proteger a estos migrantes, también es cierto que cada país debe trabajar para generar las condiciones sociales y económicas que impidan el éxodo de sus ciudadanos que buscan una mejor vida en Estados Unidos.

Por otra parte, el canciller hondureño Mario Canahuati afirmó ayer que el gobierno de su país evalúa presentar una demanda contra México por la muerte de sus conacionales en la masacre de Tamaulipas; no precisó qué tipo de demanda o bajo qué cargos, ni informó si se presentaría ante un tribunal regional o internacional. (Con información de Reuters)