francisco.gomez@eluniversal.com.mx

El rompimiento de Los Zetas con el cártel del Golfo tiene un antecedente poco claro ocurrido los primeros días del año: la ejecución de un hombre al que se identificó como Sergio Peña Mendoza, El Concorde, representante en Reynosa, Tamaulipas, del jefe de Los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca o El Verdugo, y hombre cercano a otro de los jefes del grupo de sicarios, Miguel Treviño Morales, El Z-40.

El integrante de Los Zetas asesinado y que provocaría el enfrentamiento de El Lazca con sus otrora cómplices, Eduardo Costilla, El Coss y Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, fue detenido desde marzo de 2009, pero inexplicablemente aparece ejecutado 10 meses después en la misma ciudad en que fuera capturado por elementos de la Policía Federal.

A Los Zetas se les reclama el quererse apropiar de rutas del tráfico de drogas y expandirse mediante el empleo de la violencia, el secuestro, la extorsión o cualquier otro método a su alcance. Incluso, el frente de cárteles de la droga pidió en las narcomantas que hace unos días aparecieron, que se hiciera a un lado el Ejército y los dejara enfrentarse al citado grupo criminal, “porque el veneno se combate con veneno”.

En medio de la escalada de violencia, la población civil de Tamaulipas y Nuevo León se mantiene en un estado de zozobra en las zonas de conflicto. Frente a este panorama, el procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez, dio a conocer que se integrarán Comités Técnicos en la zona noreste del país que contribuirán a diseñar y definir los mecanismos para combatir con mayor eficacia a la delincuencia.

La captura y arraigo

La captura de Peña Mendoza fue ampliamente difundida por la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) el 14 de marzo de 2009 cuando se le detuvo en el fraccionamiento Las Fuentes, en Reynosa, Tamaulipas. La PGR informó tres días después del arraigo decretado por 40 días en su contra por el Juez Segundo de Distrito Especializado en Arraigos, Cateos e Intervención de Comunicaciones.

Desde el viernes por la tarde se pidió a la Procuraduría General de la República un informe sobre la situación jurídica de Sergio Peña Mendoza, pero al cierre de edición se informó que no fue posible cruzar la información con el área de Procesos Penales de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). Fuentes de la dependencia explicaron que se tenía conocimiento de una “versión” sobre la muerte de El Concorde.