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El eslabón más débil de la ley

Francisco Gómez| El Universal
Martes 27 de octubre de 2009
El eslabn ms dbil de la ley

PROTEGER Y SERVIR. Miembros del Ejército detuvieron ayer a 13 sicarios que mantenían secuestradas a dos personas en una casa del municipio de Guadalupe, Nuevo León. La Sedena asegura que los policías municipales Carlos Espinoza y Néstor Ramos (en la imagen), “brindaban protección y seguridad” al grupo criminal. (Foto: TOMAS BRAVO REUTERS )

Las policías municipales son las de mayor proximidad a la gente, pero también las peor preparadas y pagadas. En la mayoría de estas corporaciones, el crimen organizado halló a un aliado más que un enemigo. Autoridades proponen su desaparición, pero especialistas advierten que esa no es la salida

 

francisco.gomez@eluniversal.com.mx

Desvaloradas, sin “mística” ni liderazgos, vulnerables, con carencias en armamento y equipo, mal preparadas y peor pagadas, la mayor parte de las 2 mil 22 policías municipales del país sufren la infiltración y acecho del crimen organizado. La debilidad institucional y estructural es prácticamente el común denominador de estas corporaciones que agrupan a casi 170 mil elementos, señalan investigadores y expertos en seguridad pública.

 

Ejecuciones casi a diario de policías municipales, lo mismo que detenciones de oficiales presuntamente reclutados por el narcotráfico —cuyas capturas, según cifras del gobierno federal, ascendieron a más de 200 hombres en el último año—, entre ellos, altos mandos policiales de al menos seis entidades: Baja California, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León y Tabasco, integran otra parte del escenario de crisis que vive la mayoría de las policías municipales.

 

Con marcadas diferencias de municipio a municipio, y de estado a estado, las corporaciones municipales son consideradas por los especialistas como las de primer y mayor contacto ciudadano, pero también el eslabón más débil frente al poderío del crimen organizado. La infiltración del cuerpo de seguridad pública ocasionó que el Ejército ocupara sus cuarteles en las seis entidades mencionadas, además de Chihuahua, Tamaulipas, Quintana Roo y Jalisco.

 

Frente a este panorama, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), el Instituto de Seguridad y Democracia (Insyde), del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y del organismo México Evalúa rechazaron que sea una solución desaparecer estos cuerpos policiales.

 

Proponen generar indicadores y elaborar un diagnóstico técnico sobre el estado de cada corporación municipal, transparentar su mecanismos de gestión y organización policial, adoptar estándares y procesos de evaluación homogéneos, diseñar programas de carrera y profesionalización de largo plazo que trasciendan gobiernos y partidos, revalorar socialmente el servicio de estos cuerpos, aumentar salarios y prestaciones sociales a policías, entre otros rubros más.

 

Para los expertos, las corporaciones municipales juegan un papel de primer nivel, incluso como parte de la estabilidad social en cada municipio, porque a partir de estos cuerpos se promueve la garantía de seguridad y libertad. De ahí, dicen, lo indispensable de iniciar de inmediato acciones para revertir tendencias negativas y que programas como el Subsidio para la Seguridad Pública en los Municipios (Subsemun), que opera la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSPF), en 150 municipios no resulten suficientes ni la mejor estrategia.

 

El Subsemun empezó en 2008 y establece que la SSPF debe designar 150 municipios donde ejercer recursos para mejorar la seguridad, a partir de criterios de cantidad de población e incidencia delictiva a nivel local. Bajo la forma de coparticipación presupuestal de los ayuntamientos, este plan requiere que los municipios se sujeten a una serie de reglas, como homologación de procedimientos, coordinación y evaluación de las corporaciones por la SSPF, participación en operativos conjuntos, interconexión con la Plataforma México, entre otros requisitos.

 

La Cámara de Diputados prepara la revisión del subsidio, que desde que opera reporta un subejercicio de entre 60 y 78% en los recursos asignados por los legisladores, sin que hasta el momento se explique esta circunstancia. Diputados de PRI, PAN, PRD, PT y PVEM preparan un informe sobre este programa que no ha logrado ni revertir el desastre, ni rescatar a las policías municipales.

 

Desaliento por abusos

 

La investigadora del CIESAS Elena Azaola asegura que fundamentalmente las policías municipales no son instituciones respetadas y reconocidas, ni por las autoridades, ni por la sociedad; al contrario, es una profesión poco valorada. Hay entre sus integrantes un gran desaliento, una gran apatía y para una gran parte de ellos sólo es un trabajo transitorio y no una opción profesional. “Por eso el crimen organizado tiene penetradas a las policías municipales dada la situación en que están”.

 

“En la mayoría de los casos los elementos reciben salarios absolutamente indignos e insuficientes, enfrentan el maltrato y la discrecionalidad de sus jefes, cumplen jornadas de trabajo absolutamente violatorias de los derechos laborales y padecen la incertidumbre laboral a diario, para lograr ascensos y desarrollar una carrera pesan más el amiguismo o las recomendaciones que los méritos”, dice la especialista.

 

Hacen falta “liderazgos positivos” dentro de las corporaciones, señala, que incentiven a otros a desarrollar una carrera dentro de las policías, con respeto a las normas, de servicio y respeto a los derechos ciudadanos. “Es realmente alarmante que cada año renuncie una tercera parte de los policías en México, lo que significa que cada tres años se renueve prácticamente el personal policial”.

 

Azaola llama a autoridades y ciudadanos a hacer suyos los programas de largo aliento en las policías. Asegura que hay experiencias en corporaciones municipales como las de la capital de Chihuahua, Querétaro, Naucalpan y Nezahualcóyotl que demuestran que si se pueden lograr cambios positivos, pero desafortunadamente esas experiencias se pierden por cambios de mandos, de partido gobernante o de recortes presupuestales. “Es imposible que en unos meses lograr resultados, pero las experiencias demuestran que si podemos”.

 

“Los programas para mejorar a las policías deben trascender gobiernos y partidos, así como a jefes policiacos, deben estar diseñados bajo bases metodológicas sólidas y contar con el personal apropiado”, opina.

 

Hay de policías a policías

 

Para Ernesto López Portillo, director del Insyde, lo primero que debe hacerse es un diagnóstico técnico de todas la corporación en México: “Hay policías municipales muy avanzadas, como la de Chihuahua, que tiene tecnología y certificación internacional. Pero hay policías municipales como la de La Montaña de Guerrero que no tienen recursos, ni siquiera para instalaciones adecuadas. El margen de diferencia es enorme”.

 

“Mucha información de las policías municipales llega a los medios, pero eso no significa que tengamos el diagnóstico. Necesitamos diagnósticos técnicos para saber cómo está la calidad de mecanismos de gestión, organización, evaluación, rendición de cuentas y transparencia. Necesitamos todo ello —agrega— para saber no sólo como operan sus elementos, sino también si cada uno de ellos acudió al curso básico, si consumen drogas, si son aptos físicamente, si fueron instruidos en el uso de armas y del empleo de la fuerza”.

 

Opina que muchas veces sólo vemos lo malo que tienen esas policías y sus elementos, pero hasta ahora no hay un diagnóstico técnico de Estado ni evaluaciones a todas las policías, pero si lo hay debe hacerse público. “Sólo si después de ello se concluye que la inmensa mayoría de las policías tienen problemas severos, entonces se deben tomar medidas estructurales, pues de nada sirve hacer cambios si no generó mecanismos de evaluación”.

 

“Debemos superar la fórmula de les pido, pero no les doy. Conozco casos de policías municipales que fueron baleados y quedaron heridos, al traer chalecos sin las placas internas necesarias para detener las balas. Cómo es posible que le pidamos a una persona que arriesgue su vida sin darle la protección mínima, es decir, entrenamiento, seguro médico, seguro de vida, vivienda, educación para sus hijos”. López Portillo sostiene que esta reforma estructural debe discutirse públicamente y no superficialmente, porque incluso “si se quiere desaparecer a las policías municipales debe reformarse hasta la Constitución”.

 

Altamente vulnerables

 

Martín Barrón, investigador del Inacipe, dice que las corporaciones municipales son las que agrupan al mayor número de elementos en el país y, curiosamente, las que menos capacitación reciben; son las que enfrentan el mayor número de deficiencias, pero las que tienen el mayor contacto con la ciudadanía cada día. “Es una policía altamente visible para la sociedad y consecuentemente altamente visible para la delincuencia por su alto grado de vulnerabilidad”, explica.

 

No es solamente que la delincuencia organizada los corrompa, incluso la misma población promueve una serie de vicios que se han arraigado en estos cuerpos, dice el experto, como las dádivas por violaciones de tránsito, servicios de vigilancia, la falta de respeto hacia su labor, entre otros. “No basta decir que son corruptas, están infiltradas y por lo tanto hay que desaparecerlas, hay que analizar aspectos como la falta de presupuesto, herramientas, organización, carencia de capacitación ni profesionalización, son las peor pagadas, el asunto es más complejo y complicado”.

 

“Sí, hay fallas en estas corporaciones y tenemos que entrar a resolverlas desde la raíz, desde la selección del personal y su preparación. He dado cursos en diferentes policías municipales y muchos elementos me han dicho que ingresaron porque no tenían ninguna otra opción de trabajo, pero después, al encontrar sentido a su labor, igual se decepcionan por la forma en que se maneja la institución y son candidatos a desertar”, comenta.

 

Hay corporaciones municipales que han comenzado a operar con mejores niveles de calidad desde la selección de personal hasta de prestaciones para sus integrantes, pero la inmensa mayoría de estos cuerpos enfrenta deficiencias. Podemos decir, añadió, que son más las debilidades que las fortalezas en la mayoría de las policías municipales.

 

“Pero si ahora desde la propia Secretaría de Seguridad Pública se plantea la desaparición de estas policías, entonces —dice Barrón— qué pasará con los recursos y con las acciones que se están llevando a cabo. Cuáles son los programas que se quedan, cuáles son las reformas constitucionales que deben hacer, cuál sería la razón de mantener el citado programa. Parecería que no dio los resultados que se esperaban, eso no se sabe y quizá Seguridad Pública deberá informar de ello”.

 

Crecimiento sin mejor servicio

 

El especialista en materia de seguridad pública y profesor de la UNAM Carlos Mendoza precisa que las policías municipales en México tuvieron un crecimiento muy importante en los últimos 10 años, por lo que hoy hay registrados casi 170 mil elementos. “Prácticamente se triplicó en ese lapso su estado de fuerza, sin que ello se tradujera en una mejoría en el servicio”.

 

“Estamos ante un gran desafío de gestión policial, pues si de por si tenemos a nivel federal y estatal policías que no reúnen algunos de los requisitos básicos, es decir, su selección no fue adecuada, no tienen el perfil policial, cuentan con bajo nivel escolar, bajos salarios, no cuentan con equipamiento fueron capacitados ni equipados. A nivel municipal todo ello debe ser multiplicado por la deficiencia institucional y el número de elementos de esas corporaciones”, comenta.

 

Mendoza considera que “hay un gran riesgo, porque se está dando facultad y capacidad a corporaciones mal preparadas y que no se pueden controlar, pues crecen desmesuradamente. De ahí la importancia de aplicar los criterios del Plan Nacional de Seguridad Pública para su regulación y profesionalización, más que plantear su desaparición, que sería ir en contra de la tendencia de una cada vez mayor autonomía municipal”.

 

“La solución fácil es desaparecerlas y el reto mayor es profesionalizar a las policías municipales, cuyos integrantes deben pasar exámenes de confianza, ser equipados adecuadamente, evaluados constantemente y remunerados debidamente. La debilidad institucional y estructural de las corporaciones municipales las hacen porosas para la delincuencia, comenzando desde su salario que permite que criminales les ofrezcan hasta el doble de ingresos y los corrompan, además a ello se suma la falta de mística, principios, vocación y preparación de los elementos”, explica.

 

Debate antes que suprimir policías

 

Edna Jaime, presidenta del organismo México Evalúa, considera que las policías municipales son estructuras muy vulnerables e instituciones muy expuestas al poderío del crimen organizado, debido a la mala preparación y formación de sus integrantes, además de los bajos salarios que perciben. “Debemos repensar las policías que queremos y más si éstas son el eslabón fundamental y de contacto directo con el ciudadano”.

 

“Antes de reformarlas o suprimirlas hay que iniciar un debate en todo el país, con el fin de ver los pros y contras de los esquemas policiacos alternos que se pudieran proponer”, opina.

 



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