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Ni me han comprado, ni me van a doblar

Eduardo Cruz Vázquez| El Universal
Lunes 06 de marzo de 2000
Cuando termine con lo que tiene, Amalia Dolores García Medina va para gobernadora de Zacatecas, dice Laura su hermana, alcaldesa de Guadalupe, que le cede el paso en esta aspiración. Y su papá, imagínese qué de brincos daría

Pero...¿y por qué no jefe de gobierno del Distrito Federal?... O la presidencia municipal de Zacatecas, ?o seguir en el partido. Hay muchas opciones. No me obsesiono por candidaturas. No lo he hecho nunca. Lo he dicho: he declinado?, expresa entre suave y categórica en la minúscula oficina que habita.

Sonríe como diciendo todo lo tengo controlado a mis 49 años, aunque sus últimas aventuras partidistas la pongan a bailar entre tiros y troyanos perredistas y de qué manera. Y habla de su actitud de cariño hacia la vida, aun en las condiciones más adversas. De que tiene como norma que en los momentos más difíciles es cuando uno debe mantener más la sangre fría... En las situaciones políticas (o en las votaciones, corrige alguien). En el ámbito personal evidentemente que preferiría estar acompañada, estar casada.

?No me lo imagino no por mí, sino porque no creo, porque vivimos todavía una cultura atrasada? No creo que alguien tolere vivir con una mujer que tiene presencia pública. Me encantaría poder tener un esposo, marido o pareja, una compañía que fuera muy solidaria, inteligente, que tuviera una gran cultura... Es decir, quiero mucho. Ahora tampoco esto es algo absoluto. Hay mujeres muy destacadas que tienen una relación muy estable, muy sólida, lo puedo decir en el caso de Rosario Robles (que me da mucho gusto), porque quiere decir que sí se puede...?



Mujer muy ?grilla?

Estos días transcurren para Amalia García Medina como presidenta del Partido de la Revolución Democrática, a donde llegó producto de una elección compleja, muy impugnada, de la cual no se repone del todo. ?Pero cada voto que hubo a favor, fue un voto que me dio autoridad. A mí no me designaron, a mí me votó la gente. Esto hace una relación buena, de respeto con Cuauhtémoc Cárdenas?.

El escritor y antiguo militante comunista René Avilés Fabila advierte sobre los ?enemigos? que enfrenta esta mujer que, a los ojos del crítico Cristopher Domínguez es ?muy grilla, en el sentido mexicano de la palabra: Por ejemplo su insistencia en atraer priístas distinguidos o desempleados, lo cual le atrajo muchos problemas. Antes ella estimuló a funcionarios priístas para darles tareas en el PRD?.

Antes de sostener una lucha por la dirigencia del PRD en la que ?muchísimos trataron de cerrarle el puesto?, según advierte su maestro Enrique Semo, cumplía sus funciones como senadora, cargo que fue en su momento ?muy difícil conseguir?, añade su también amigo.

De su paso por la Asamblea Legislativa entre 1991 y 1994, Amalia recuerda con especial cariño a su compañera de fórmula, Benita Galeana: ?Era una mujer extraordinaria, que sin tener un conocimiento y una cultura, decide emprender una lucha en contra de los abusos en Guerrero. Ella es una gran figura para mí?.

Tras ?ratificar? una apreciación ?extendida? a la luchadora desde ?su juventud más tierna?, Gustavo Hirales, coordinador de la división de ideología de la Fundación Colosio, la define por su congruencia y persistencia, por haber asumido una posición de género ?no rabioso. Amalia pertenece a una generación siguiente a la mía. A ella le tocó de refilón lo que me tocó a mí, se conjuntó con gente que no asumió la lucha armada?.

Demetrio Sodi de la Tijera la conoció en 1988, año de elecciones presidenciales. La recuerda el entonces legislador priísta indignada por las calificaciones del Colegio Electoral.

Refiere la zacatecana que tal vez uno de los momentos más dolorosos que ha vivido ha sido la semana después del 6 de julio de 1988. Tenían la certeza de que Cuauhtémoc había ganado. La caída del sistema, todo les hablaba de ese triunfo. No tenían las actas para poder verificarlo. Y empezaron en el Colegio Electoral, del cual era miembro, ya que había sido electa diputada por el distrito uno, que abarcaba entonces las colonias Roma y Condesa, a tratar de obtener toda esta información y la resistencia fue ?brutal?.

?Y puedo contar un hecho que me indigna enormemente y me parece infame. Estaba yo en unas sesiones maratónicas, toda la noche trabajábamos, salíamos en la mañana y regresábamos a las dos o tres horas nuevamente al Colegio Electoral, fue una etapa muy dura, sobre todo por la impotencia para poder revertir un proceso de imposición que se veía venir. Un día me llamó mi hija Claudia y me pidió que la buscara, que tenía urgencia. Voy a buscarla y me dijo que no me lo había querido comentar, pero que la había estado siguiendo un coche con unos hombres en varias ocasiones... ya no aguantaba.

?Y lograron decirle que me transmitiera que o me portaba bien en el Colegio Electoral o ya vería, vería yo con mi hija. Estaba ella muy asustada, porque habían sido tres días aproximadamente de esta presión. Decidí ir a la casa, le hice una maleta, la llevé a Zacatecas con mis padres y me regresé. Y dije, si ahí no está segura, entonces no está segura en ningún lado: mi padre es del PRI, fue gobernador, fue embajador, sería el colmo que a mi hija le hicieran algo... aunque no lo descartaba.

?Por supuesto yo creo que hubieran hecho cualquier cosa si hubieran visto que no podían imponer a Carlos Salinas. Fue parte de lo que acostumbraba hacer el gobierno, el viejo sistema político mexicano que ha tenido la tradición o de comprar o intentar quebrar. Conmigo, afortunadamente, lo digo con mucho orgullo, ni me han comprado ni me van a comprar ni me van a doblar, hagan lo que hagan. Y han habido otros momentos, puedo decir, en los que ha habido tensión, algunas amenazas. Espero que no regresen esas épocas y lo digo con preocupación, porque siento una especie de ambiente autoritario que se quiere desatar en el país, sería muy grave que hubiera un retroceso.?



Origen plural

Hija, nieta, de tigre, pintita.

Don Ursulo A. García Arizmendi, abuelo paterno, fue profesor en el medio rural. Vinculado también a la educación de hijos de militares, se ligó al anarcosindicalismo en su natal Zacatecas, estado al que representó como diputado federal y casi al final de su vida se desempeñó como alcalde de la ciudad capital.

Precursor de la masonería ?moderna? en la entidad, incluso conformó una logia (del rito escocés) que llevó su nombre.

El aspirante perredista a la senaduría por Zacatecas, el abogado Luis Medina, recuerda que en la casa del tío Rafael Medina Ordaz, ?santón de los masones?, Amalia solía planear en compañía de sus amigos y seguidores lo que iban a hacer en la Universidad, ?reforma que se produjo en el 71 y que le dio una nueva orientación ya que incluyó el marxismo?.

Concepción Medina y Francisco García dieron vida a tres mujeres y cuatro hombres. Leobardo, Amalia, Francisco, Laura, Cuauhtémoc (que falleció), Concepción y Cuitláhuac. Y les dieron desde temprana edad las peripecias de la vida pública, tanto en el país como en el extranjero.

Desde el escritorio de su notaría en Guadalupe, municipio que gobierna su hija Laura, el otrora mandatario estatal (1956-1962) y varias veces embajador se califica de ?desmemoriado?.

Se enorgullece de su ser de izquierda, aunque sea priísta. Tan es así, que militó en el Partido Comunista y sus adversarios le llamaron ?célula roja?.

Un hombre que respetó a su primera hija cuando llegó a decirle que había leído los estatutos del Partido Comunista y le habían convencido: ?Te felicito, tienes el derecho a actuar?, le respondió.



Los viajes ilustran

No se acuerda del hospital donde nació, ?seguramente en el único que había en Zacatecas?. En esa época vivió en una casa que antes había sido de la abuela y que todavía es de la familia, con un patio, con árboles al centro. Está ubicada en la calle de La loma.

Su bautizo, así como la primera comunión, vienen a su memoria como parte de las tradiciones, ?las creencias de la familia y creo que era algo que nadie en general ponía en cuestión. Era nuestra madre la que en este terreno era el vínculo con la iglesia, la que marca este acercamiento?.

?La primera comunión la hicimos de manera muy austera, invitando algunos amigos; la hicimos juntos mi hermano mayor y yo. La recuerdo sobre todo como parte de un rito familiar y de una fiesta. Nunca me interesó la vida religiosa, me interesó andar los caminos, como dice la canción. Recuerdo mi niñez con una enorme libertad y como hija del gobernador.?

Para su hermana Laura, Amalia fue una niña ?tranquila?, siempre arreglada y peinada. Eso sí, la más amiguera. Devota de las tortillas con manteca de cerdo. De buenas calificaciones, a quien la mamá ponía de ?modelo?. Mujer tranquila en las situaciones más difíciles, ?de un gran control?.

Vinieron entonces los viajes, principalmente por Europa, donde su padre se desempeñó como embajador en diversas naciones: ?La vida diplomática me impactó mucho. En primer lugar me encontré con otras tradiciones, otra manera de ver el mundo, otras culturas, otra comida, otro lenguaje. Y yo creo que el ir de un país a otro encontrando esta diversidad fue lo que me marcó en un tema que para mí es sustancial: el de la tolerancia. El de no tener la idea de que uno tiene que imponer su punto de vista a todos los demás?.

?Los viajes me dieron lenguas. Estudié la secundaria en inglés. lo tuve que aprender en ocho días porque cuando llegamos a Filipinas, empezaban las clases. Entonces inmediatamente al día siguiente de llegar nos inscribieron en la escuela, pasaba el autobús por mis hermanos y por mí a las seis de la mañana. En el recreo seguía tomando clases de inglés, a la hora de la comida seguía estudiando y regresaba a la casa a las siete de la noche y a esa hora con una maestra respondía mis tareas.

?Eso fue un ejercicio importante. Y después, cuando nos fuimos a vivir a Polonia, aunque entré a una escuela de habla inglesa, me inscribí para estudiar francés. Pero a mí me andaba por regresar al país.?



?Grilla? zacatecana y poblana

Tiempos de preparatoria. La número 1. Tiempos ?en los que teníamos círculos de lectura, estudiábamos el marxismo con Noé Beltrán Baena, llegado de la UNAM junto con Sergio Corichi y Jesús Pérez Cuevas, impulsores en la universidad del pensamiento de izquierda?, cuenta Luis Medina.

?Se casó jovencita, a los 18 o 19 años y se fue de Zacatecas. Se formó lejos de la influencia de la familia?, agrega Laura.

?Cuadro del Partido Comunista, muy analítico, con una gran disciplina, de gran solidez teórica? era Sergio Corichi. E hizo de Amalia una ?discípula? y su esposa. De ahí viene Claudia Sofía, única hija e hija única por siempre: el segundo matrimonio, con el hoy senador Cuauhtémoc Sandoval, no dejó hijos.

?Fue una escuela invaluable mi matrimonio con Sergio?, confirma Amalia. Unión que terminó pocos años después, acaso cinco. Corichi ?diabético y fumador compulsivo?, moriría sin ver crecer a su hija en la política.

Años intensos. De Zacatecas, ya casada se trasladó a la ciudad de México, donde ingresó a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en Sociología. Inició la carrera con mucho entusiasmo, escogiendo a sus maestros, gente como Enrique Semo y Arnaldo Córdova. Hizo ahí algunas de las mejores amistades que ha tenido.

?En la universidad hice una participación política: decidí entrar a la juventud comunista, no lo comenté con mi marido, fue una decisión que yo había tomado. Sin embargo, estando muy contenta con mi carrera, a Sergio lo invitaron a dar clases a la Universidad Autónoma de Puebla, en la escuela de economía. Y como no existía sociología, opté por la historia.

?Puebla fue un aprendizaje extraordinario: aprendí lo brutal que puede ser la intolerancia y la violencia. Porque los miembros del Partido Comunista eran víctimas de la violencia más brutal.?

?Era una estudiante de historia muy aventajada ?relata Enrique Semo?, más por sus ideas brillantes que por la investigación científica. Fue un líder natural. Muy frecuentemente se metía en situaciones sumamente peligrosas. Fue objeto de persecución.?



El tránsito

René Avilés Fabila, como muchos otros, la recuerdan desempeñando ?tareas significativas? dentro del Partido Comunista: ?Era una militante ejemplar, decidida, dedicada, de vocación muy clara; de gran tacto, de mando suave para conducir las cosas y polemizar?, apunta. ?Fue figura representativa de Los Renos? (Los Renovadores al interior del PC), añade Gustavo Hirales.

?Mientras en el PC las discusiones eran muy apasionadas, muy encendidas, contrastaba la mesura y capacidad de tolerancia de Amalia, que desde entonces fue marcando su forma de ser y poco a poco la fue convirtiendo en un líder?, testimonia a su vez Hortensia Aragón, integrante del CEN perredista.

Una vorágine de actividades rodearían la vida política de la admiradora del ?Che? Guevara y Nelson Mandela: de los derechos humanos al feminismo, a la lucha por la democracia y la ?modernización? en los diferentes partidos de izquierda en que militó: Partido Comunista, Partido Socialista Unificado de México, Partido Mexicano Socialista. Hasta que llegarían los tiempos del Frente Democrático Nacional y del Partido de la Revolución Democrática: en todo ello participaría prácticamente sin raspón alguno, al decir de propios y extraños.



Prietitos en el arroz

Además de la estela de inconformidades que dejó su elección al frente del PRD, que rompieron su tabla de equilibrios políticos e incluso le han costado chistes y bromas crueles, además de teorías como aquella del ?ocaso del sol?, sucumbir ante el caudillismo que domina el partido es el peligro constante para quien lleva una trayectoria casi ?limpia?.

?Yo creo que esto del caudillismo y lo comentaba en alguna ocasión con Enrique Semo, es parte de una cultura, es un mito en gran medida. Decía que si Cuauhtémoc no existiera, la gente lo habría creado, aunque se llamara distinto, si fuera otra persona.

?La gente crea estas figuras, especialmente en algunas tradiciones, en algunos países; esto forma parte de su manera de ejercer la política. Y yo tratando a Cuauhtémoc, lo que puedo decir es que hay una idea de él que no corresponde con su conducta cotidiana.

?Entonces se genera en esta cultura una mecánica de funcionamiento en la cual pareciera que esta personalidad está imponiendo en todos lados su punto de vista, cuando en realidad es un hombre extremadamente prudente para dar opiniones.?

Y cuenta Hortensia Aragón que la política es un espacio de fidelidades... y entre mujeres amigas más.

Y por eso también dice que Amalia no es regañona en el trabajo; que tiene buena memoria, ortografía y gramática. Que no fuma. Que le encanta la poesía y la novela. Que junta sus millas (o kilómetros) para sacarse un viaje a su adorado París. Que a veces se cambia de ropa dos veces al día. Que no gasta en ropa, no usa maquillaje, no es ostentosa. Que se batalla para llevarla al salón de belleza cuando la cita así lo pide. Que es muy ?asediada?... por los hombres (empezando por los del Comité Ejecutivo). De los pretendientes luego hablamos.

Y que Claudia, su hija, es Claudia. Otro prietito en el arroz.

?Digo con mucha franqueza ?habla la mamá de Claudia?. Para mí ha sido una situación difícil la participación política de mi hija. A mí me hubiera gustado que no participara en política, se lo he dicho muchas veces. Pero es inevitable, está más allá de mi voluntad. Incluso se ha llegado a casos en que ella ha preferido ocultar que soy su mamá.?

?Y cuando se hace la propuesta de integrantes del Consejo Nacional de mi planilla, un grupo de jóvenes se reunieron y me plantearon que habían decidido proponer a Claudia. Y yo me negué, les dije que no y hablé con ella, fue un tema muy difícil de tratar, le dije que seguramente la iban a querer golpear los medios de comunicación y los compañeros, que no le iban a perdonar que quisiera ser política y que fuera mi hija y en el mismo partido siendo yo presidenta y como yo tenía la última palabra, autoritariamente decidí no inscribirla.

?Ella de todos modos es muy activa. Acaba de ganar la vicepresidencia de las juventudes de la Internacional Socialista. El reto para ella es poder desarrollarse sin que consideren que yo he hecho algo... las listas. Me enteré que se inscribió como precandidata. ¿Quién va a decidir? Pues el voto.

?No puedo imponerle a mi hija que no haga política, porque yo lo hice sabiendo que a lo mejor no era lo que más les gustaba a mis padres; fue en condiciones más difíciles y fueron muy respetuosos conmigo.

?¿Cuál es la línea divisoria que tiene que haber? Una cosa son las designaciones, pero cuando se trata de cargos de elección que decida la gente. El secreto está en que uno no participe y que se actúe con prudencia.

?Cuando me dijo que se había inscrito, contesté que respetaba su decisión y que tendría que hacerse cargo de las consecuencias de eso. Y yo también, yo lo sé. Amalia es una gente de lo práctico. Busca cosas posibles? ?concluye la priísta Silvia Hernández.



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