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Porros, la fuerza de campañas políticas

Nurit Martínez| El Universal
Martes 23 de junio de 2009
Como en la década de los 50, surge el llamado a la “banda” del nivel bachillerato para apoyar a candidatos ahora no sólo del PRI, también del PAN, PRD, PT y PSD

 

El Francki y El Vegeta fueron los primeros líderes de porros en aparecer a principios de este año en las escuelas de bachillerato y licenciatura en la ciudad de México para —al igual que Los Pistolos en la década de los 50— reclutar a jóvenes dispuestos a acarrear a otros estudiantes a mítines y debates, para “mostrar la fuerza” de los candidatos a delegados, legisladores locales y diputados federales en el actual proceso electoral.

Otros grupos de porros que manifiestan el descontento por la política y también porque no encontraron apoyo económico para sus seguidores han empezado a ser cooptados por la delincuencia organizada, asegura el investigador de la Facultad de Estudios Superiores de Aragón, Hugo Sánchez Gudiño y quien es autor de Génesis, desarrollo y consolidación de los grupos estudiantiles de choque en la UNAM (1930-1990).

Como en aquellos primeros años lo hicieron para apoyar al PRI, ahora también lo hacen para el PRD, el PAN, Partido Socialdemócrata y el del Trabajo, además de las tareas que pueden realizar al servicio de las autoridades de las propias instituciones de bachillerato en la UNAM, el IPN, Colegio de Bachilleres, Conalep, Cebetis o Cebetas de control interno en contra de acciones políticas o inconformidades ante sus gestiones.

Un ejemplo de ello ocurrió el 17 de junio. Eran las 11:30 horas de la mañana y un grupo de jóvenes del Colegio de Bachilleres 2 bloqueó la avenida Cien Metros, para manifestarse en contra de la Reforma Integral de Educación Media Superior. Pero media hora después, un grupo de 30 porros llegaron al lugar para amedrentar a los estudiantes, amenazando con la llegada de granaderos.

Porros, desde hace 60 años

La historia de los grupos porriles, que regularmente visten playeras distintivas, data desde hace más de 60 años. Entre las organizaciones que hoy sobreviven en la UNAM están la Federación de Estudiantes Universitarios, la Alianza Universitaria y las federaciones de Estudiantes de Naucalpan y de Acatlán.

También el 3 de Marzo, el Grupo Pedro de Alba, Bohemios, Santa Inquisición, el Grupo de Animación Femenil, entre una decena más que mantienen una actividad permanente en Ciudad Universitaria o han logrado el vínculo con los estudiantes de otros planteles de preparatorias, colegios de bachilleres y otros dependientes de autoridades del estado de México.

La Organización Democrática de Estudiantes Técnicos (ODET), la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET) y la Federación de Estudiantes Politécnicos (FEP) son las principales organizaciones de porros en el IPN y que ahora se han extendido a las escuelas de bachillerato dependientes de la SEP. Pero estos grupos, mejor conocidos como porros, están ligados cada vez más a otras actividades ilegales. Antes del arranque de las precampañas, los casi 50 grupos de porros no sólo sobrevivieron de su participación en las porras de los clubes de futbol como América y Pumas, sino también de la extorsión, el robo y hasta la venta de drogas al menudeo o la venta de los jersey obtenidos en las riñas entre estas bandas.

“El fenómeno es grave, porque en los grupos porriles se ven incluidos grupos de delincuentes comunes, de pandilleros y de individuos que están metidos en el narcomenudeo”, dice Rito Teherán, director del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM.

Según la primera Encuesta Nacional Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de Educación Media Superior, que dio a conocer —en noviembre— la SEP, 13% de los jóvenes de las escuelas bajo su administración pertenecen a una pandilla, es decir, 481 mil jóvenes de poco más de 3 millones de alumnos en ese nivel educativo.

Las escuelas “son un campo de batalla. Si eres líder tienes tus soldados y tienes que tener la estrategia para repeler la agresión”, define Rodolfo —ex estudiante de la voca 6— ex dirigentes de la Organización Democrática de Estudiantes Técnicos (ODET), en el cortometraje “1973” la historia de los porros que bajo la dirección de Antonino Osordia Llamazares recibió el premio “JVC” en el XX Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

Trofeos del robo y extorsión

Las principales víctimas de robo y extorsión son maestros, estudiantes, transeúntes, comerciantes y camioneros que distribuyen refrescos, cervezas, panes, galletas o frituras en torno a esas escuelas, quienes son “renteados”, es decir, obligados a pagar cuotas a cambio de seguridad ante la violencia que generan otros grupos o sus propias bandas.

Los vecinos de las preparatorias también sufren los ritos de iniciación de los integrantes más jóvenes de las bandas de porros: la “salida de compras”. Se trata de caravanas de jóvenes que se organizan para asaltar comercios y camiones repartidores de víveres.

“Soy un porro de voca 2 y queremos saber, yo y toda la banda, si les gustaría juntarse con nosotros (sic)”, dice uno de los mensajes que se difunden en La Jaula, la página de internet donde los grupos porriles se amenazan, retan, citan o reclutan jóvenes para empezar su reorganización.

“Qué pasó banda ps aki andamos solo esperamos ese parle chido para despertar como antes, como en akellos tiempos antaño (sic)”.

Como esas hay cientos de “invitaciones” pero también amenazas como la escribió El Vegeta: “a partir del 9 de febrero estoy para despacharlo komo se merecen (sic)”.

Esos son las decenas de mensajes por internet que se difundieron desde el inicio de las campañas electorales para “juntarse con la banda”, tener una “hermanda (sic)”, “armar algo” y empezar el “parle chido” para despertar como hace 12 años cuando los porros se disputaron cada uno de los más de 280 planteles de bachillerato y licenciatura en el valle de México.

La forma de reclutar jóvenes por parte de los grupos porriles sigue siendo la misma que instituyó el PRI desde hace más de cinco décadas, a través del Frente Juvenil Revolucionario, en las escuelas de bachillerato vinculadas a la UNAM y al IPN con fiestas gratuitas y la amenaza para pertenecer a las agrupaciones a cambio de respeto a la integridad de los jóvenes y también de los estudiantes.

La diferencia es que ahora los porros lo mismo apoyan al PRI, que al PAN, el PRD, el PT y el Partido Socialdemócrata.

En las porras o barras de los clubes de futbol como América y Pumas se les ha convocado a nutrir a la “incha” (la afición) en los estadios a cambio de dinero y cervezas.

Otros más obtienen de 400 a mil 500 pesos por la venta de jersey o jercos, que son el trofeo que alcanzan al despojar al líder de cada célula porril, y como en la época de las cavernas, intentan despojar a su adversario de su playera distintiva. La garantía de que se pueda vender a altos costos depende de la destreza que se haya tenido durante el enfrentamiento para que el jerco quede intacto.

“De mi casa a la escuela me digo ¿voy a ser el mejor porro? Eso implica tu primera chela, amistades, viejas, fajes y relaciones”, relata Rodolfo en el cortometraje “1973”.

Además de robos y asaltos, en los últimos años “empezaron a forman parte de las agrupaciones de secuestro en la ciudad de México”, asegura el investigador de la FES Aragón, Hugo Sánchez Gudiño. Pero El Vegeta lo niega, dice que se trata de “bandas, raterillos y vagos que se quieren aprovechar de nuestro trabajo, pero nosotros no hacemos eso”.

El investigador afirman que entre las autoridades de la UNAM y de instituciones como el IPN, el Colegio de Bachilleres y Conalep existe una estrecha cercanía con los grupos porriles que sirven de choque para el control de las escuelas. Pero ante el retiro de los recursos los grupos porriles empiezan a ser cooptados por la delincuencia organizada.

Reorganización desde la cárcel

El Foka en su mensaje de regreso al Colegio de Bachilleres plantel 10, o como lo llaman los jóvenes, el Bacho 10, así lo deja entrever: “estuve enserrado, pues les aviso k ya salí carnales… pronto les caigo para cotorrerar (sic)”, escribió él mismo en la página La Jaula.

Rodolfo también cuenta que estuvo encarcelado en el Reclusorio Oriente no por las movilizaciones que encabezó hace 11 años al frente de la ODET, durante las que secuestraron camiones y más de una decena de jóvenes resultaron muertos y heridos por los enfrentamientos con petardos y otros explosivos, sino por el delito de robo.

El Tripa, otro de los jóvenes que prefiere escudarse bajo su seudónimo, como otros jóvenes que por haber robado, han sido encarcelados, ahora empiezan a mandar mensajes sobre su pronta excarcelación y regreso a la vida del “jaleo”. Son El Vegeta, El Franky, El He-Man, El Nana, C, RBG y grupos como La Nueva Sangre y la Asociación de Estudiantes Técnicos Independientes, entre otros, los que bajo nombres supuestos o reales, o apodos, lanzaron su convocatoria para nutrir los grupos porriles que surgieron a partir de la década de los sesenta en la ciudad de México.

A Alfonso Torres Saavedra, El Johny, y Efrén Sánchez Jiménez, El Nana, fundadores de la FEP, es a quienes se atribuye el primer enfrentamiento estudiantil del 22 de julio de 1968 en La Ciudadela, que desembocó en la ocupación militar del IPN y la UNAM.

Hugo Sánchez Gudiño señala que el “santuario” de los grupos porriles son también conocidas como “zonas rojas” que se encuentran en la delegación Gustavo A. Madero y áreas colindantes del estado de México, en Ecatepec, Aragón y Ciudad Azteca. Funcionarios de la UNAM, suman también la zona sur de la ciudad, además de Naucalpan y Cuautitlán.

Por cuenta del candidato

En medio del ruido de juegos mecánicos y los puestos de antojitos de la kermés en torno a la iglesia de Tlatilco —en su fiesta anual a mediados de enero—, caminan presurosos los jóvenes con un boleto que, regalado en su escuela, les permitirá disfrutar de música y barra libre, invitados por los precandidatos del PRD a ser jefes delegacionales en la Gustavo A. Madero.

Nadie se presenta como tal, sólo saben que todo corre por cuenta del candidato. Al final del “toquín” los invitan a formar parte del grupo de porros 2 de Octubre. Los dirigentes como El Francki reciben de entre 4 mil y 5 mil pesos por este trabajo, además de ser funcionario en la delegación Gustavo A. Madero. Todo para que “siga el PRD aquí en la delegación”, dice El Vegeta. Lo mismo hacen otros grupos o partidos políticos con otras organizaciones porriles, revela.

Sólo en 2006, la ODET, la FEP, el Grupo 5 de Mayo y el Grupo de Animación Politécnica (GAP), entre otros, lograron 24 mil votos para los precandidatos del PRD capitalino, reconoció entonces Bruno Espejel, dirigente de la Fraternidad Estudiantil Metropolitana.

Cuando es tiempo de elecciones a diputaciones locales, federales, del jefe de Gobierno capitalino y “la grande” de la Presidencia, los partidos se acercan a los grupos estudiantiles o porros para acarrear gente a mítines, desayunos, debates y mover a otra gente para “mostrar la fuerza” del candidato.

Rito Teherán, director de los CCH define: “Es una actitud mercenaria agresiva y que sólo busca desestabilizar nuestro trabajo, más allá de las siglas, de nombres de grupos, lo cierto es que son prácticamente lo mismo, agrupados en organizaciones de mayor amplitud y que no han cambiado”. Él mismo presentó una denuncia penal ante la PGR, por respaldar acciones violentas de jóvenes que han sido expulsados. Sergio Ávila quien actualmente es asambleísta por el PRD y “tiene pretensiones de contender por Milpa Alta”, mantiene nexos con grupos porriles, lo que “está causando una preocupación importantes” en planteles de la UNAM.

 

 

 

 

 

 



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