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Cuba “silenció” brote de dengue en 1997

José Meléndez Corresponsal| El Universal
Miércoles 13 de mayo de 2009
Aumentoen el número de víctimas obligó a hacerlo público

politica@eluniversal.com.mx

SAN JOSÉ.— En una “operación silencio” dirigida por el médico Carlos Lage, quien era vicepresidente de Cuba, el régimen comunista de La Habana desplegó una intensa maniobra política para acallar y encarcelar, en junio de 1997, al galeno cubano Desi Mendoza Rivero, por atreverse a denunciar que un mortal brote de dengue hemorrágico había emergido en el oriente de la isla.

Como un personaje en ascenso en la estructura cubana de poder —en 1997 era la tercera figura política más importante del régimen, luego de los hermanos Fidel y Raúl Castro—, el vicepresidente justificó el arresto con el alegato de que la denuncia tenía una meta: desestabilizar al país con la difusión de propaganda enemiga y poner en peligro la industria turística cubana, catalogada entonces como locomotora económica de la isla.

La situación resurgió luego de que Fidel Castro —alejado en 2006 del poder por enfermedad, y sustituido en febrero de 2008 por su hermano— acusó ayer a México de ocultar información sobre la epidemia de influenza A para no perjudicar la visita del presidente de EU, Barack Obama, a la capital mexicana, a mediados de abril pasado.

Lage —defenestrado por los Castro en marzo anterior, ante un supuesto acto indigno, y reubicado en un puesto de bajo rango— colocó el tema económico sobre el sanitario. Pero poco tiempo después, y ante el creciente número de víctimas que el dengue provocaba en la zona oriental, Cuba debió salir del silencio y admitir ante la comunidad internacional que era golpeada por la enfermedad.

El dengue, en sus variedades clásico y hemorrágico, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, había surgido desde enero de 1997 en Santiago y, según registros de organismos foráneos, hubo 17 mil 114 casos clínicos. De 205 hemorrágicos, 12 perecieron por la epidemia, que se prolongó hasta noviembre de 1997, al detectarse el último caso.

Pero el médico que lanzó la primera alerta siguió encarcelado en Santiago. Mientras su familia era sometida a un intenso acoso político, Mendoza fue condenado, en noviembre de 1997.

En noviembre de 1998, España gestionó su libertad y le otorgó asilo político. En Madrid, Mendoza escribió un libro al que bautizó Dengue.

“Mendoza fue encarcelado como una represalia del gobierno cubano, por poner en términos de la opinión pública el hecho de que el dengue estaba provocando muertes en Santiago de Cuba”, recordó ayer el disidente cubano Elizardo Sánchez, presidente de la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional. “Fue un injusto encarcelamiento”, agregó en entrevista telefónica con EL UNIVERSAL desde La Habana.

Cuba “no dio ningún informe” sobre la epidemia, sino hasta después, rememoró.

Un informe de Amnistía Internacional (AI) —organización que acogió a Mendoza como “preso de conciencia”— reveló que el médico recuperó su libertad por “motivos humanitarios”, ante su “precario estado de salud”.

“Durante el juicio, que se celebró en noviembre de 1997, (a Mendoza) lo acusaron de haberse comportado de un modo que era políticamente opuesto al sistema social”, agregó AI.

 

 



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