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Benito Pablo Juárez García, el zapoteco que pasó a la historia de México como prócer de la patria, ha sido mostrado en los libros como un personaje pétreo, visto desde una perspectiva político-histórica, que tomó decisiones que cambiaron a México.

Ahora, el periodista Eduardo Antonio Parra, en su más reciente novela: Juárez, el rostro de piedra, muestra a un Juárez humano, que tuvo aciertos, pero también errores.

Ayer, en Palacio Nacional y ante el propio Juárez, pero en pintura, se llevó a cabo la presentación del libro a cargo del politólogo Ricardo Raphael, el escritor Pedro Ángel Palou y el periodista Jairo Calixto Albarrán.

El texto biográfico, publicado por Grijalbo, busca “humanizar al Juárez que ha sido mostrado en la historia oficial y describirlo en su vida cotidiana, con sus amigos, su esposa”, dijo el autor.

Palou subrayó que Parra se cuidó “de no repetir el mito del niño zapoteca que toca la flauta mientras pastorea, para mostrar a un hombre que se define y contradice mientras ve emerger a su país dentro de los escombros de las facciones políticas y las guerras extranjeras”.

El texto “en realidad, no habla de Juárez, sino de Pablo, que deja de ser un referente pétreo para volverse uno ético en una época contradictoria y sin horizontes”, apuntó Ricardo Raphael.