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La sociedad civil se convirtió en los últimos meses en víctima recurrente, y en ocasiones en blanco de la violencia generada por los enfrentamientos entre cárteles de la droga, así como por los operativos conjuntos del Ejército mexicano y cuerpos policiacos contra el crimen organizado.

Producto de estos choques, los ciudadanos han sido testigos fortuitos de persecuciones y tiroteos a cualquier hora del día. No obstante, confusiones y balas perdidas también cobraron la vida de al menos 152 personas inocentes este año.

Un recuento de EL UNIVERSAL, a partir del número de bajas por el crimen organizado en 2008 —que este domingo alcanzó 3 mil 391— revela que las acciones contra ciudadanos y los hechos indirectos de violencia que atemorizan a la población se incrementaron en los últimos dos meses.

En lo que va del año, los ejemplos de este tipo de atentados se cuentan por decenas, principalmente en estados que reportan los índices más altos de inseguridad, como Chihuahua, Sinaloa, Baja California, Durango y Guerrero.

De forma alarmante, los eventos más recientes y significativos se registraron en Yucatán, estado de México, Michoacán y Guanajuato.

La elevada incidencia delictiva se evidenció al cierre de la primera semana del año, cuando el narco cobró una víctima cada tres horas con 11 minutos, es decir 54 asesinatos.

Civiles aterrorizados en Tijuana

A inicios de año, policías y delincuentes protagonizaron una balacera frente a una casa de seguridad en Tijuana, Baja California, donde había seis cadáveres de personas presumiblemente secuestradas. Durante los hechos, militares desalojaron a más de 30 menores del vecino jardín de niños Alegría, para ser trasladados al auditorio municipal.

El ambiente de psicosis se incrementó en mayo con el reporte de las autoridades de EU y México, sobre el hallazgo en Sinaloa de cuatro autos-bomba que narcos utilizarían para sembrar temor entre la población. El método de ataque fue comparado con el de organizaciones terroristas.

El 5 de julio, con motivo del homicidio 2 mil en el año, este diario informó que la narcoguerra había arrancado la vida a 39 niños, principalmente en Sinaloa, con 15; otros nueve en Baja California, y cuatro en Zacatecas.

El 28 de agosto, días antes de la marcha contra la inseguridad, se reportó el descubrimiento de 12 cuerpos decapitados en Yucatán.

El hecho que desató mayor consternación fue el atentado en el centro de Morelia, Michoacán, donde hasta el momento perdieron la vida ocho personas.