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Atentados en Morelia El narco rompe otro límite

Alejandro Jiménez| El Universal
Jueves 18 de septiembre de 2008

alejandro.jimenez@eluniversal.com.mx

La saña en las ejecuciones perpetradas por grupos de narcotraficantes es ascendente y no parece tener límite. En menos de siete años, se pasó de ejecuciones callejeras a plena luz del día —lo que parecía inconcebible— a la costumbre de ver cadáveres encobijados; de ahí, se pasó a las videoejecuciones y a las decapitaciones. El lunes se llegó ya al atentado con granadas contra personas inocentes en una reunión pública y multitudinaria.

Su fin era intimidar a grupos rivales, atemorizar a la población civil y mandar mensajes de su poderío a los tres niveles de gobierno.

 

La tendencia comenzó a finales de la década de los 90, con ejecuciones callejeras de mandos policiales en el norte del país, que escandalizaron a la opinión pública.

 

Después siguieron los múltiples casos de personas encajueladas en autos. Se siguió con el encobijamiento de cadáveres.

 

Las víctimas eran, por lo general, miembros de cárteles rivales.

 

En 2001, la suma de ejecuciones ligadas al crimen organizado fue de mil 800. Para 2004, el número ascendió a mil 304. Fue entonces que la violencia y saña se volvieron imparables.

 

El 1 de diciembre de 2005, la delincuencia cruzó sus propios límites de violencia mediante las videoejecuciones. Ese día, el periódico The Dallas Morning News difundió en su portal un video, en el que se veía la ejecución de cuatro integrantes de Los Zetas, torturados y asesinados ante las cámaras.

 

En2006 se rompió otra marca: aparecieron las cabezas de dos policías municipales clavadas frente a la representación de la Secretaría de Finanzas.

 

Puesto el ejemplo de las decapitaciones, La Familia de Michoacán arrojó cinco cabezas dentro de un bar de Uruapan, en septiembre de 2006. Desde entonces no han dejado de aparecer cuerpos mutilados.

 

El peor de los videos fue uno llamado “Haz patria, mata a un zeta”, difundido en YouTube durante los primeros días de abril de 2007, en el que se ve la decapitación, con un alambre, de otro presunto integrante de Los Zetas.

 

En 2008 se han rebasado nuevos límites. El 16 de agosto, en Chihuahua, un comando del cártel de Juárez acribilló a 14 personas —entre ellas un bebé—. Sin más, entraron a masacrar a todos los presentes en un bautizo.

 

 

El 28 de agosto fueron hallados una docena de cuerpos decapitados en Yucatán.

 

 

El viernes pasado fueron halladas en La Marquesa los cadáveres de 24 personas.

El lunes pasado, dos granadas de fragmentación fueron arrojadas en Morelia, durante la ceremonia del grito de Independencia, con saldo de siete personas muertas y 132 de heridos. Ya no sólo se atentó contra elementos de bandas rivales, sino contra la población civil. Rompieron un límite más.

 

En lo que va del año se han registrado 3 mil 227 ejecuciones, cuando aún faltan tres meses y medio para que termine 2008.

 



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