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Cocaína, una droga al alza

Alberto Islas*| El Universal
Jueves 18 de septiembre de 2008

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¿Qué otro incentivo de traficar cocaína por México, cuando la frontera de EU está cada vez más controlada debido a los sucesos del 11 de septiembre del 2001? Será que en México se desarrolló un mercado, o se desarrolló un mecanismo para reducir el riesgo, debido a una creciente demanda en su consumo. En términos de negocio, es equivalente decir que los inventarios de cocaína que aguardan cruzar la frontera tienen un mercado paralelo que es el consumo local. Eso sin contar que el peso le gana terreno al dólar todos los días.

La cocaína (al igual que los demás estupefacientes) tiene una producción focalizada, sólo se produce en una región que abarca tres países —Colombia, Perú y Bolivia.

En los últimos 17 años la producción calculada por las Naciones Unidas ha oscilado entre las 770 y mil toneladas métricas. El promedio en los últimos cinco años es de 960 toneladas y la tendencia es a la alza. Por lo que no se puede afirmar que hay menos cocaína en el mundo o al menos grandes cambios en su producción.

Lo que ha variado son los mercados y por ende las rutas de acceso a ellos. Por eso, es relevante estudiar la estructura económica de las drogas, aun cuando este hecho sea desestimado por “analistas” del gobierno federal.

Según registros de la Office of National Drug Control Policy en 1999, 54% de la cocaína hacia EU pasaba por México y Centroamérica, y 43% se trasladaba por el corredor del Caribe. En 2006, la misma agencia estima que 90% del tráfico hacia los EU es por México y éste se distribuye de la siguiente manera: 66% por el Pacífico mexicano, menos de 1% por Centroamérica y 24% por la península de Yucatán.

La lógica de este cambio es económica, el final de la tregua con las FARC durante la década de los 90, y la mayor vigilancia en el Caribe aumentó el riesgo de esa ruta. Además, podemos afirmar que el riesgo de pasar por México era mínimo, ya que los resultados de los aseguramientos de cocaína en el sexenio pasado fueron incipientes. Tan incipientes, que los resultados obtenidos en 2007 son considerados un logro, cuando en realidad son los mismos niveles que se obtuvieron a principios de los 90, eso a pesar de la innovación tecnológica en materia de intercepciones y mayor cooperación internacional.

 

Plan Mérida, una negociación de quinta

Hoy, no sabemos de qué tamaño es la demanda por cocaína en México. Este es un dato importante para desarrollar una política pública coherente y estimar los recursos necesarios para intercepción y reducción de la demanda.

Un análisis elaborado con base en los datos públicos de las Naciones Unidas, la encuesta de consumo de drogas en EU, y reportes de aseguramiento de la PGR permiten establecer que en México existe una oferta de aproximadamente 102 toneladas de cocaína al año. Con esta información, podemos estimar que el gobierno mexicano interceptó 12% de la cocaína que pasa por el país. Este ejercicio se debería realizar cada año para conocer si el esfuerzo de intercepción aumentó o disminuyó (sobre todo dado el apetito de funcionarios públicos de utilizar tableros de control, etcétera.

El dato de 260 toneladas sobre la demanda de cocaína es un estimado público en EU (Interagency Assessment of Cocaine Movement). Se podría decir que el mercado mexicano es casi una tercera parte del mercado de EU y el aumento en el consumo en México. Los precios al mayoreo y menudeo son publicados regularmente por la DEA, el Departamento de Justicia, e incluso corporaciones de policía en EU para intercambiar información, así como la ONU en el World Drug Report (en Google poner cocaine prices y seleccionar el icono de enter), lo cual nos permite deducir que una cantidad de 260 toneladas de cocaína generan ventas anuales al mayoreo puestas en la frontera de EU de casi 4 mil millones de dólares y una utilidad de mil 853 millones de dólares.

En términos económicos podemos decir que el consumo de cocaína en México genera una externalidad negativa de 2 mil 565 millones de dólares cada año. Esto es la utilidad media del crimen organizado en México por abastecer el mercado de EU. En otras palabras, un estimado económico de lo que le cuesta a la sociedad mexicana el consumo de cocaína en EU.

Con el Plan Mérida, México recibe una compensación de 400 millones de dólares al año. Por lo que podemos afirmar que los funcionarios que nos representaron en dichas negociaciones sólo lograron una compensación de una quinta parte del daño o, en términos de indicadores de desempeño, obtuvimos una compensación de quinta (y sólo hablo de cocaína). Lo más grave es que no negociaron una compensación anual, sino un compromiso por tres años. Esto es irónico ya que hemos visto que la tendencia de mediano plazo (promedio móvil de cinco años) es a la alza y en México no hay un dato sobre consumo de cocaína en los últimos seis años o es lo se reporta a la ONU.

Desconozco cuál habrá sido el planteamiento o la lógica para que el gobierno de México estableciera una cifra objetivo. Lo que sí podemos afirmar es que el equipo negociador tenía un desconocimiento del mercado de cocaína, no tenía acceso a internet en su hotel de Washington, o no contaba con siete dólares de viáticos para usar el internet del Starbucks que está a una cuadra del Blair House.

 

*Director de Risk Evaluation. Texto elaborado con datos obtenidos a través de Google y YouTube

 



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