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Ven a cártel de Sinaloa tras muerte del mando

Jorge Alejandro Medellín, Icela Lagunasy María de la Luz González| El Universal
Viernes 09 de mayo de 2008
Pocos sabían de su agenda; concentran a escoltas

sociedadyjusticia@eluniversal.com.mx

Los sicarios que ejecutaron al mando de la Policía Federal, Édgar Eusebio Millán Gómez, —presuntamente por encargo del cártel de Sinaloa, encabezado por los hermanos Beltrán Leyva y Joaquín El Chapo Guzmán— dieron con él debido a una filtración que les indicó que llegaría la madrugada del jueves a Camelia 132, colonia Guerrero, donde vivían él y sus padres.

Los datos sobre el trayecto, el punto de destino y la hora estimada de arribo estaban en su agenda de actividades, a la cual tenían acceso un puñado de personas, indicaron fuentes de la Policía Federal a EL UNIVERSAL.

Señalaron que tras el atentado que le costó la vida a Édgar Millán, la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) ordenó concentrar a todos los escoltas que trabajaron con el mando policiaco en el Distrito Federal y en provincia para tomarles declaración y realizarles la prueba del polígrafo.

Édgar Eusebio Millán llegó alrededor de las 2:30 de la madrugada al lugar, programado como parte de la ruta a seguir, después de coordinar una operación en el estado de Morelos donde fueron detenidos nueve presuntos integrantes del cártel de Sinaloa, vinculados a Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, operador de Joaquín El Chapo Guzmán.

Es un conjunto de 24 departamentos en una de las colonias más populosas de la ciudad, enclavada a unas calles del barrio de Tepito, donde Millán Gómez creció.

El sitio estaba en la ruta comunicada por Édgar Millán a los principales mandos de la SSP, y era conocida sólo por un grupo pequeño de funcionarios.

Los asesinos —entre dos y cuatro personas— esperaban a Millán en el interior, detrás de la puerta principal. Vecinos y amigos del mando policiaco dijeron a EL UNIVERSAL que tras los disparos el coordinador de Seguridad Regional, herido gravemente, intentó llamarle por celular a alguien, pero no lo logró.

“Todavía duró un ratito caminando, y luego se lo llevaron al hospital”, indicaron algunos testigos que viven en el sitio.

Los mismos vecinos aseguraron que Édgar Millán tenía otro domicilio en la ciudad y que ocasionalmente visitaba a sus padres y hermanos en Camelia 132.

El ataque

Millán, tercer mando en jerarquía de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), fue ejecutado con ocho impactos de bala en el tórax, que le disparó a quemarropa su presunto asesino, Alejandro Ramírez Báez, alias El Chicote, quien ya lo esperaba en interior del inmueble donde se encuentra la casa del jefe policiaco.

El supuesto homicida alcanzó a herir a los escoltas del funcionario policial, quienes, sin embargo, lograron detenerlo y someterlo.

Ramírez Báez es interrogado en la delegación metropolitana de la Procuraduría General de la República (PGR), que atrajo de inmediato el caso para dar inicio a la averiguación por los delitos de homicidio y lesión.

Horas después de la ejecución del mando, autoridades federales detuvieron a un segundo hombre implicado en el crimen, en un operativo efectuado en la casa de Alejandro Martínez Baez, alias El Chicote.

Según las investigaciones del gobierno capitalino, el jefe policiaco fue ejecutado por una banda de asesinos a sueldo, que operan a nivel local, cuyos miembros habrían sido contratados por el cártel de Sinaloa.

Se considera que e ste grupo delictivo podría estar involucrado también en el crimen del pasado 1 de mayo en contra de otro alto mando de la Policía Federal, Roberto Velasco Bravo.



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