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Tecnología que da luz a invidentes

CRISTINA PÉREZ-STADELMANN| El Universal
Sábado 09 de febrero de 2008
Con la aparición de la Informática, se ha abierto un sinfín de posibilidades que facilitan la integración en el ámbito profesional de las personas con discapacidad visual, a través del uso de programas especiales

Son las cinco de la mañana, María Elena Castrejón despierta, enciende su MP3, quiere escuchar la voz de Octavio Paz en audiolibros; al rato, mientras se viste, practicará sus clases de idiomas. Estudia, inglés, francés y alemán. Le gusta ir al cine a “escuchar” películas. Calienta su café en un microondas con perilla Braille; desayuna; su hijo la maquilla; toma el elevador, llega a la calle, pasa por dinero al banco (aprendió a utilizar los cajeros automáticos), y camina sola con su bastón blanco hacia la estación del Metrobús. Baja en avenida Montevideo y pide que alguien la ayude a cruzar la calle. Licenciada en Economía, con posgrado en Mercados Financieros y estudios de maestría en Economía, María Elena es ciega, y es también la primera en llegar a su lugar de trabajo.

Enciende la computadora e inicia su día laboral como analista de crédito y monitoreo en Nextel con el apoyo del sistema Jaws, con el cual escucha, por intermedio de las bocinas o altavoces de la computadora cada paso que da sobre el teclado y las opciones para continuar. “Esta herramienta me permite realizar con éxito los procedimientos que normalmente ejecuta cualquier persona normovisual o con vista, frente a una computadora: procesar textos, guardar y abrir documentos, insertar imágenes, hacer presentaciones en PowerPoint, conectarme, enviar mensajes, navegar, solicitar información, comunicarme”, agrega en entrevista para EL UNIVERSAL, mientras caminamos y María Elena va preguntando: “¿Escuchas el viento correr?”.

Tiene un trabajo bien remunerado; perdió la vista en un accidente automovilístico. Tardó siete años en salir de su casa, en rehabilitarse, entre operaciones reconstructivas y cirugías estéticas; y cuando lo hizo, fue para dirigirse al Comité Internacional Pro Ciegos, donde aprendió a utilizar aquellas herramientas tecnológicas (tiflotecnología) que hoy le permiten desarrollar su trabajo de manera autónoma y acceder a las nuevas tecnologías a través de un ordenador personal, con una serie de adaptaciones en el software y hardware de acuerdo con sus objetivos y necesidades laborales.

Así, de lunes a viernes, hasta que el reloj gira y marca las siete de la tarde, y María Elena vuelve a recorrer el mismo camino hacia su casa donde viven su hijo Leonardo, y José Luis, su pareja, persona ciega y discapacitado motriz; un hombre por el cual María Elena dice sentir una “confianza ciega, resuelta e incondicional”.

Un trabajo bien remunerado

Si fueras discapacitado visual, ¿te emplearías en un trabajo bien remunerado? ¿Estarías dispuesto a renunciar a una vida normal? ¿Te aislarías? ¿Buscarías recursos? ¿Utilizarías una computadora? Estas y otras preguntas se ha planteado María Elena, una mujer a la que sus compañeros de trabajo consideran excepcional, no sólo por haber obtenido los mayores premios de productividad para la empresa en la cual labora, sino porque su discapacidad visual no ha sido un impedimento para desarrollarse laboralmente como lo haría una persona normovisual o con vista.

—El trabajo ha dignificado mi vida—, dice esta mujer con un piercing en la ceja y otro en el ombligo. “Pasar por una experiencia como esta me ha obligado a trascender a otro nivel de aprendizaje apoyada en la tiflotecnología”, continúa.

“Con la aparición de la Informática, se han abierto un sinfín de posibilidades que facilitan la integración en el ámbito profesional de las personas con discapacidad visual, a través de la utilización de programas de lectura de pantalla, magnificadores, impresoras Braille, teclados Braille parlantes, entre otras adaptaciones tecnológicas”, afirma a su vez la licenciada Luz del Carmen Luna García, directora del Comité Internacional Pro Ciegos, institución que tiene como objetivo rehabilitar integralmente al adulto ciego o de baja visión, infundiéndole confianza, autoestima y valor para que con la habilitación y capacitación que se le imparte pueda actuar con independencia y autonomía en su vida cotidiana.

De igual modo, el Comité Internacional Pro Ciegos cuenta con la biblioteca Braille más grande de América Latina, con 6 mil volúmenes en Braille, todos en español, y con 2 mil cintas grabadas.

“En muchas ocasiones se ofrecen maquilas a la persona ciega o débil visual, las cuales se pagan a muy bajo precio, no contando con un sueldo decoroso, ni jornada laboral ni prestaciones económicas dignas. En México las personas con discapacidad visual han procurado ejercer su derecho a un trabajo digno; sin embargo, son pocas las instituciones y empresas que han implementado programas de capacitación laboral ellos; de ahí la importancia de fomentar la participación de las empresas en la generación de oportunidades de empleo para las personas con discapacidad visual”, continúa Luna García.

A su vez, informes del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) indican que en México las personas con discapacidad visual enfrentan múltiples formas de discriminación, como son escasos esfuerzos para emplearlos y valorarlos como trabajadores competentes; barreras físicas para su desplazamiento y acceso a diversos lugares públicos; conmiseración de personas que son incapaces de verlas como diferentes, pero iguales en derechos y oportunidades; falta de acceso a espacios educativos regulares; exclusión social y marginación de las actividades recreativas; trato despectivo y atención deficiente en las instituciones de salud; establecimiento de políticas y medidas que ignoran y desdeñan sus necesidades y condiciones, así como dificultades para ejercer derechos políticos y sociales, entre otros.

“La convivencia con el diferente todavía nos resulta ajena, comenta a su vez Alejandro Juárez Gamero, director de Educación, Divulgación y Comunicación Social del Conapred. Se han dado algunos pasos en esa dirección, pero frente al tamaño del problema los resultados son limitados. Las conductas discriminatorias continúan muy arraigadas y aún quedan pendientes muchos cambios en las prácticas sociales y en las normas y el funcionamiento de las instituciones”, puntualiza.

A decir de expertos, son pocas las instituciones que han implementado programas de capacitación laboral para personas ciegas y de baja visión; al respecto, en México es más fácil ubicar a un discapacitado visual pidiendo limosna que ubicarlo en el ámbito laboral, a pesar de que la discapacidad visual ocupa el segundo lugar dentro de las discapacidades en nuestro país.

Asimismo, en México existen cinco personas con discapacidad visual por cada mil habitantes; esto significa un total de alrededor de 467 mil personas, de las cuales 50.6% son mujeres.

Esta discapacidad se concentra en la población adulta y anciana; las personas menores de 30 años concentran 17.2%; de 30 a 59 años, 33%; y los mayores de 60 años, 48.8%. Es decir, que a medida que aumenta la edad, lo hace la proporción de personas con este tipo de discapacidad. Entre las causas que la originan, 33.7% de los afectados declara la edad avanzada como la principal, seguida de la diabetes, glaucoma, retinosis pigmentaria, accidentes, cataratas, tumores y síndromes, especifica el INEGI en el documento Las personas con discapacidad en México: una visión censal.

El reto de contratar a personas con discapacidad visual

Ahora bien, ¿en qué consiste la capacitación laboral para personas ciegas y de baja visión? Según explica la licenciada Luna García, se refiere a establecer contacto con empresas interesadas en contratar personas con discapacidad visual; presentar experiencias exitosas a los futuros empleadores para crear confianza y sensibilización en la contratación de personas con discapacidad visual.

A su vez, brindar cursos de sensibilización a empresarios para iniciar la inserción laboral y facilitar la integración del empleado con discapacidad a través del programa Empresa Incluyente, está dando lugar a que éstas se sumen al compromiso de dar oportunidad a las personas con discapacidad de un trabajo digno y bien remunerado. Al respecto, Nextel, Wal-Mart, Zermat y Seguros Qualitas son empresas que han empleado personas ciegas del Comité Internacional Pro Ciegos, afirma.

“También hay que decir —concluye Luna García— que una gran parte de las personas con discapacidad visual en nuestro país carecen de una capacitación que cubra el perfil requerido por la empresa (tomando en cuenta que el trabajador debe tener hábitos de disciplina como lo son: puntualidad, responsabilidad arreglo e higiene personal, ser ordenado, aprender a escuchar órdenes, así como adaptarse al desarrollo de las nuevas técnicas y herramientas computacionales para personas con discapacidad visual), que sin duda facilitamos en el Comité Internacional Pro Ciegos.”



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