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Narcoguerra en Tamaulipas desde varios frentes

FRANCISCO GÓMEZ / ENVIADO| El Universal
Viernes 19 de octubre de 2007
La detención del jefe operativo del cártel del Golfo en el DF fue el inicio de una embestida contra las tácticas del grupo delictivo, sus finanzas y redes de protección

francisco.gomez@eluniversal.com.mx

TAMPICO, Tamps.— La guerra que libra actualmente el Ejército contra el cártel del Golfo y que dura ya casi 50 días, no comenzó aquí en Tamaulipas, sino en un restaurante de la ciudad de México con la captura del principal operador de esa organización criminal, Juan Carlos Cruz Reyna el JC, sostienen autoridades federales y locales.

Fuentes del gobierno federal que participan en las operaciones antidrogas en este estado de la República aseguran que desde que el pasado martes 28 de agosto un grupo de militares de élite arrestó —“sin disparar un solo tiro”— al JC en el restaurante El Rincón Argentino, ubicado en Polanco —una exclusiva colonia capitalina de Polanco—, se ha podido golpear al cártel del Golfo no sólo con detenciones importantes, “sino mermado seriamente sus ganancias”.

Durante los últimos 10 meses el Ejército enfrentó en por lo menos 15 ocasiones a narcotraficantes en esta entidad. Pero desde la captura del JC, jefe operativo del cártel del Golfo, los militares iniciaron una de las mayores embestidas contra esa organización criminal, que apenas hace seis días permitió otro golpe con el aseguramiento de un poderoso arsenal, que incluye un lanzacohetes Rocket He. 60 mm., considerada un arma de la mayor sofisticación que se ha asegurado al citado cártel.

La lucha de los últimos meses entre soldados y la organización fundada en sus inicios por el cacique tamaulipeco Juan N. Guerra, y consolidada por su sobrino Juan García Ábrego, la han ganado hasta ahora las fuerzas castrenses. Los resultados están no sólo en las capturas de varios de los fundadores de Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo, sino en los aseguramientos de droga, dinero y armas a ese grupo delictivo.

Estas, según documentos oficiales, son las cifras: tan sólo del 1 de septiembre a la fecha, el Ejército logró en nueve municipios de Tamaulipas —Miguel Alemán, Camargo, Reynosa, Soto La Marina, Ciudad Mier, Díaz Ordaz, Abasolo, Jaumave y Tampico— los mayores aseguramientos de drogas y armas al narcotráfico en todo el país.

En cocaína se obtuvo la incautación de la cifra récord de más de 11 toneladas 720 kilos de cocaína —alrededor de 70% de lo logrado en todo el país por todas las autoridades— y más de 24 toneladas 220 kilos de mariguana, que significan cerca de 15% de lo alcanzado a nivel nacional. En armas y vehículos, el Ejército también golpeó a los narcotraficantes.

A la captura del JC se deben agregar las de Nabor Vargas García, el Débora, en Campeche, y la de Luis Reyes Enríquez, EL Z-12 o El Rex, en Hidalgo. Sin, embargo, Los Zetas siguen presentes en cada rincón de Tamaulipas. Lo sabe el Ejército. Por ello, la ofensiva militar se nota en las convoyes militares en carreteras, puntos de revisión en las principales vías de acceso al estado, en los aeropuertos y en la frontera y la zona de litorales que hay en esta entidad.

Desde la captura del extraditado líder del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, no se tenía registro en Tamaulipas de acciones militares de tal magnitud, que además han incluido, según las fuentes, cateos y labores de inteligencia, sobre todo a partir de la captura de Juan Carlos Cruz Reyna, quien además era uno de los hombres más cercanos a Jorge Eduardo Costilla, El Coss, uno de los más importantes jefes de la organización delictiva.

Además de los golpes dados por las Fuerzas Armadas, el pasado viernes 13 la Policía Federal Preventiva también logró desmantelar una red de policías que entregaban información al cártel del Golfo, y que en especial trabajaban para El JC.

El viernes de la semana pasada fueron presentados 25 elementos de la PFP que presuntamente figuraban en la nómina del cártel del Golfo, con sueldos entre 5 mil y 12 mil pesos, ya que reportaban sobre operativos o acciones que emprenderían las autoridades contra la organización.

Los agentes, que pertenecían a la extinta Policía Federal de Caminos y laboraban en la Coordinación de Seguridad Regional de Tampico, según la propia corporación trabajaban para El JC.

Actualmente, 16 de los oficiales detenidos están arraigados y nueve de ellos fueron puestos en libertad.



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