El consejero Rodrigo Morales acepta retirarse de su encargo en el Instituto Federal Electoral si hay un gran acuerdo político y que sea parte de una reforma electoral de fondo. “No recurriré a ninguna instancia legal, acataré la reforma”, dice.

En entrevista, pide ver la reforma electoral en su conjunto antes de descalificarla, pero aclara que no se podrá hablar de una modificación de andamiaje legal en la materia, si solamente se centra en la remoción de los consejeros del IFE.

Comenta que lo que vivió México en 2006 detecta una serie de carencias que tiene el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe). Dice que el rumbo de la reforma está diagnosticado desde hace tiempo y que “no creo que se resuelva solamente removiendo a los consejeros”.

Considera como “normal” el pasado proceso de negociación entre las fuerzas políticas nacionales. Dice que así se han procesado las reformas, “se juntan los que se tienen que juntar y acuerdan”.

Hace notar que los integrantes de la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos no entraron en contacto con el IFE para elaborar el proyecto de reforma que se presentó ayer.

“Hay un mapa de navegación trazado al que hay que adicionarle los nuevos temas que vivimos en 2006 y que tiene que ver con cómo resolvemos el asunto del dinero y la política, el asunto del acceso a medios, para no generar ventajas indebidas en ninguno de los contendientes. Que tiene que ver con cómo resolvemos la intervención de terceros en las contiendas”, explica.

Recuerda que en las dos últimas reformas electorales los legisladores atendieron la necesidad de tener instrumentos electorales confiables, crearon el padrón base cero y el IFE, resolvieron el financiamiento público de los partidos, la ciudadanización total del IFE y la fiscalización.

“Lo que sigue es ver qué tipo de democracia y de qué calidad la queremos, regular precampañas, campañas negras, esa es la reforma pendiente”.

Descalifica las versiones que apuntan a la remoción de los consejeros del IFE como parte fundamental de la reforma electoral. Dice que ello ha impedido ver cuál es el alcance real de la propuesta de reforma al sistema comicial del país.

“Es una reforma que se ha llenado de adjetivos sin que la conozcamos”, comenta.

—¿Concretar la remoción escalonada del Consejo General del Instituto Federal Electoral sería un golpe al Estado mexicano?

—Eso es un asunto que aún no ocurre, no sabemos si va a ocurrir ni en qué términos. No me quiero anticipar a calificar lo que aún no conozco. Hay un diseño constitucional de una serie de órganos del Estado que justamente pretenden garantizar la autonomía, pero todas las cosas no son de una vez ni para siempre.

Para Morales, este tipo de órganos deben gozar de toda la confianza y eso sí es un asunto que hay que revisar.

“Quizá no se concrete la remoción”, confió.

Sobre la remoción escalonada acordada por los partidos explica:

—Es muy buena señal que los partidos se pongan de acuerdo, sobre todo viniendo de una sensación de conflicto, de una polarización, de una confrontación que parecía permanente, es una buena noticia que se pongan de acuerdo.