Más de 7 millones de llaves usaron en escultura de Juan Pablo II
El rostro fue el que costó más trabajo al escultor Francisco Pancho Cárdenas Martínez, oriundo del barrio de San Miguel, Iztapalapa, quien tuvo la encomienda de realizar una escultura en homenaje al papa Juan Pablo II, tras su muerte hace casi dos años. A iniciativa del Grupo Salinas, La Fundación Azteca y Fomento Cultural Grupo Salinas, fue realizada la obra que mide tres metros con 10 centímetros y pesa cinco toneladas. Para su realización, el grupo que encabeza el empresario Ricardo Salinas Pliego, se dio a la tarea de convocar a los mexicanos para que donaran sus llaves viejas y realizar la escultura. Este sábado fue develada la placa alusiva a este homenaje y en el acto participaron el cardenal Norberto Rivera Carrera, el empresario Ricardo Salinas, así como el padre Armando Ruiz, presidente de la comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis Primada de México; además del escultor Francisco Cárdenas y el fundidor de la escultura, Alejandro Velasco. En su intervención, Salinas Pliego agradeció a los mexicanos que aportaron más de siete millones de llaves para la realización de la obra que fue esculpida en un modesto taller del barrio de San Miguel, en la populosa delegación de Iztapalapa. Salinas indicó que con este homenaje queda al descubierto el espíritu de unión que logró crear el papa Juan Pablo II y externó su satisfacción por haber participado en esta iniciativa. La efigie que ha sido titulada Llaves de fe, fue colocada en el atrio poniente de la Catedral Metropolitana, frente al Nacional Monte de Piedad. De acuerdo con el escultor Cárdenas Martínez, la ubicación y el tamaño de la obra se definieron tomando en cuenta la vulnerabilidad del suelo en la Catedral Metropolitana dado que se trata de una zona de hundimiento.