TORREÓN, Coah.- Joven, guapa, esbelta, siempre con una sonrisa a flor de labio, la expresión que distingue a la mujer bonita y triunfadora, así es Astrid Casale Frausto, prometida del presidente de la Cámara de Diputados federal, Jorge Zermeño Infante.

La feliz pareja, de 57 y 31 años de edad, respectivamente, planea casarse el 9 de febrero de 2007 en una ceremonia íntima, únicamente por lo civil, a la que sólo han invitado a familiares y amigos cercanos.

"Hasta ahora, la relación ha sido un secreto a voces, porque el diputado cuida mucho su imagen y no quiere que se sepa nada, ni siquiera se les ve juntos en público", sostiene un reportero local.

Ese noviazgo, agrega, es casi un amor secreto, porque él siempre cuida mucho las apariencias, no le gusta que hablen sobre sus asuntos personales o sentimentales. Es muy recto.

"No sé si es por desconfiado (porque es divorciado desde hace muchos años), o porque cuida su imagen ante sus hijos y la opinión pública, el caso es que no sale a pasear con su prometida, al menos nunca lo hemos visto en la calle con ella", apunta el informante.

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Jorge Zermeño fue presidente municipal de Torreón y, en ese entonces, se le atribuyó un romance con una de sus colaboradoras de su mismo partido, Acción Nacional. Pero es el único supuesto idilio que se le conoce.

De tez blanca, con buen porte y su cabello entrecano que le hace más atractivo, el hombre ya entrado en años todavía arranca suspiros de las mujeres y le sobran admiradoras.

"Todavía se puede dar el lujo de escoger a la que quiera", subraya un panista que no se arriesga a dar su identidad, por temor a que el diputado se enoje y le retire su amistad.

La actual novia, y futura esposa, que en algún tiempo fue maestra de ceremonias y modelo desde los 16 años de edad, se encarga de los preparativos del matrimonio, y espera con ansia el día de la boda, cuya fecha aún no es definitiva.

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Ella, que "atrapó" a uno de los solteros más codiciados de la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango, está muy enamorada de Zermeño, lo entrevistaba muy seguido en la tele y era su amor platónico.

"Por eso le ayudó mucho en su campaña cuando fue candidato a la gubernatura, estaba segura que iba a ganar, y lloró de coraje cuando él perdió la elección contra el profesor Humberto Moreira del PRI", reveló un conocido de los novios.

De profesión técnica comercial, hace ocho años que incursiona en los medios informativos.

Casale Frausto obtuvo el Premio Estatal de Periodismo 2004, que otorga el gobierno de Coahuila al mejor noticiario de televisión, Hechos de la Comarca, que conducía en TV-Azteca.

"Junto a su reconocimiento, Astrid se ha logrado posicionar como la líder de opinión más respetada de la Comarca Lagunera", afirma la televisora en su portal de internet.

Después de trabajar cinco años en Azteca, hace poco más de un año que ella labora en el canal 9, de Multimedios Televisión, como titular del noticiario del mediodía y coordinadora del departamento de Noticias.

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Astrid, de ojos cafés claros, pelo castaño y 1.67 metros de estatura, aproximadamente, es una mujer atractiva y amable, su adoración son su pequeña hija Nayla Camila, su prometido, su familia y su trabajo.

De su madre, Consuelo Frausto Espinoza, dice que es el más grande apoyo que ha tenido en su vida: "Es mi amiga, mi confidente y mi todo", declara.

Afirma que admira, respeta y ama a Jorge Zermeño, porque es humano, sencillo, respetuoso, correcto y honesto. Considera que su amor es como un cuento de hadas y que serán felices por siempre.

La mujer que le robó el corazón al político del Partido Acción Nacional (PAN) es la mayor de tres hermanos, Druzzo y Pólux; fue muy inquieta desde niña y jugaba con ellos a las canicas, el trompo, el bebeleche, la liga. pero lo que más le gustaba era treparse a los árboles.

A los siete años quedó huérfana de padre, Rafael Casale Domínguez, por eso desde muchacha, empezó a trabajar para ayudar a su familia económicamente. Su mamá va con ella a todos lados, por ello algunos de sus compañeros la llamaron La Lucerito de La Laguna.

De pequeña incursionó en el teatro infantil y realizó junto con sus hermanos una gira por toda la República Mexicana, intercalando su trabajo como modelo.

Astrid cuenta los días que faltan para casarse con el hombre que idolatra, el que es el amor de su vida, con quien, está convencida, nada le faltará a su lado, pues como en las películas románticas, están convencidos de que nacieron el uno para el otro.