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Arturo Sarukhán Casamitjana, Gourmet de la diplomacia

NATALIA GÓMEZ QUINTERO Y SERGIO JAVIER JIMÉNEZ| El Universal
Domingo 08 de octubre de 2006
La historia de asilo político de su familia lo motivó a dedicarse a las relaciones internacionales. Hay quienes objetan la ´juventud´ del posible próximo canciller. La muerte de Allende lo marcó para siempre. "Negociador nato", pero "soberbio"

Aquella noche de 1973 significó un parteaguas en la vida de Arturo Sarukhán Casamitjana. La noticia que su padre le dio a su mamá lo marcó de por vida y él la recuerda como el primer evento en el que tuvo conciencia política, se trataba de la muerte del presidente chileno Salvador Allende.

Sarukhán piensa en esa noche en que las palabras que su padre pronunció lo estremecieron. "¿Ya sabes que mataron a Allende?".

De ahí se derivó un cuestionario que el hoy responsable del equipo de transición de Felipe Calderón le hiciera a su papá sobre quién era aquel personaje y qué representaba un golpe de Estado.

Arturo Sarukhán hace memoria, sin pensarlo, sostiene que uno de los motivos por los cuales él decidió dedicarse a las relaciones internacionales fue la historia de asilo político que vivió su familia paterna, víctima del genocidio de armenios en Turquía, y la materna, refugiados del exilio español. Es por ello que ahora, dice, busca entregarle a México algo de lo que él recibió en su familia, una ayuda internacional.

Considerado como un hombre pragmático, el día que presentó su examen profesional, Arturo Sarukhán tenía la convicción de que era un acto académico y no un evento social; por ello, decidió asistir solo. Ni sus amigos ni sus familiares cercanos, tampoco sus padres, ni siquiera su hermana, estuvieron presentes.

Llegó a una sala de El Colegio de México (Colmex) y se sentó frente a sus sinodales, quienes consideraron que su exposición era una de las más brillantes de su generación (1984-1988), así obtuvo el grado como licenciado en Relaciones Internacionales.

Los argumentos que defendió, recuerdan sus maestros, provenían de una persona inteligente, cualidad que hoy se mantiene y se reafirma en círculos políticos, académicos y del Servicio Exterior Mexicano (SEM).

Además de ser buen expositor, se le identifica por ser un negociador nato, disciplinado, reflexivo, sensato, condescendiente pero también soberbio, ambicioso y arrogante.

Su trabajo más reciente es la gira por Centro y Sudamérica que realizó con el presidente electo como Coordinador de Asuntos Internacionales. En este viaje justificó la pérdida de espacios de interlocución política y diplomática de México con América Latina, porque la mirada del país se enfocó hacia el norte a raíz de la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.

Sarukhán Casamitjana tiene la calidad moral para emitir juicios acerca del tema y lo puede hacer con argumentos sólidos, pues en 1993, sólo un año después de que se incorporó al SEM, fue enviado a la embajada de México en Estados Unidos, donde fungió como secretario particular del embajador mexicano en ese país, Jorge Montaño, quien impulsó la negociación del TLC.

Al término de su misión en Washington, en 1998, Sarukhán Casamitjana ya había sido responsable de manejar en Estados Unidos el proceso electoral mexicano de 1994, así como los temas de narcotráfico y procuración de justicia.

Ese ascenso relativamente rápido en su carrera diplomática a la cual entró tardíamente, a los 29 años -el rango de edades promedio de ingreso es de cuatro a seis años menos-, lo atribuyen algunos miembros del SEM a su impecable formación académica, que propició una cercanía con personajes como Rosario Green y Bernardo Sepúlveda, ambos ex cancilleres de México.

En 1991 fue invitado a colaborar con el canciller Fernando Solana Morales como asesor en los temas de seguridad nacional e internacional.

Fue director en el Área de Organismos Regionales Americanos (julio de 1992 a marzo de 1993). Años después se incorporó al equipo de Rosario Green como asesor de sus oficinas (junio de 1998 a diciembre de 2000).

Otros miembros del SEM, sin embargo, señalan que su ascenso en el escalafón diplomático que lo ha llevado hoy a ser ministro, se lo debe al apoyo de Jorge Castañeda Gutman, quien al asumir el cargo de canciller de México, lo hizo su coordinador de asesores en diciembre de 2000.

Ese puesto lo ocupó hasta enero de 2003 -cuando Castañeda dejó la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores a Luis Ernesto Derbez- no sin antes haber impulsado a Sarukhán para que se convirtiera en cónsul general en Nueva York.

Luego, de acuerdo con el comentario de personas cercanas a Sarukhán Casamitjana tendría que tomar una de las decisiones más importantes de su vida al pedir licencia sin goce de sueldo para incorporarse a la campaña del entonces candidato a la Presidencia de México, Felipe Calderón Hinojosa.

Fue así que desde el 16 de febrero pasado, sin ser militante del Partido Acción Nacional (PAN) se convirtió en el responsable del diseño de las líneas de acción y de llevar la voz de la plataforma internacional de Felipe Calderón.

Desde esa fecha y con mayor frecuencia después del triunfo de Calderón, Sarukhán ha sido uno de los nombres de los colaboradores del presidente electo, junto con Andrés Rozental y Josefina Vázquez Mota que han sido mencionados para convertirse en secretarios de Relaciones Exteriores.

El rumor de que Sarukhán tiene amplias posibilidades de llegar a ser el titular de Relaciones Exteriores a decir de analistas colaboradores de esta casa editorial como Salvador García Soto, se están confirmando con el pasado viaje a Latinoamérica.

Quien fuera su profesor de las materias de Historia de las Ideas Políticas y de Introducción a la Ciencia Política en el Colmex, Francisco Gil Villegas, lo recuerda como un estudiante magnífico y lo reconoce hoy como la mejor opción para dirigir la política exterior de México. "Está muchísimo más preparado que los dos desastrosos secretarios de la administración de Vicente Fox", señala el académico.

Pero otros integrantes del SEM, pese a reconocer su inteligencia y capacidad, objetan su "juventud", 43 años de edad.

El argumento, dicen, no está en el número de años, sino de su escasa experiencia, porque su carrera inició hace muy poco y "siempre desde arriba"; por ende, señalan, no tuvo la oportunidad de ver aspectos importantes del oficio, de conocer los pequeños detalles y las formas, que para esta carrera resultan ser el fondo.

Hay quienes, como el embajador Gustavo Iruegas, ni siquiera desean emitir algún comentario de Sarukhán Casamitjana.

La cercanía de Sarukhán con la visión exterior del mundo se trazó desde su infancia. En 1968, después de cinco años de su nacimiento -14 de septiembre de 1963-, su padre José Sarukhán Kermez, de ascendencia armenia y ex rector de la UNAM (1989-1986), inició un doctorado en Ecología en la Universidad de Gales, Reino Unido, una de las primeras experiencias internacionales para Arturo.

Esta estancia afianzaría su preferencia por las relaciones exteriores y sin duda le haría hablar un inglés británico con acentuación perfecta, pese a haber estudiado la maestría en Política Exterior de Estados Unidos en la School of Advanced International Studies, de la Universidad Johns Hopkins en Washington DC, en el periodo de 1989 a 1991.

Pero Sarukhán Casamitjana, casado y con una hija, ha demostrado otras cualidades reconocidas por sus allegados: es un amante de la buena comida; por tanto, buen cocinero y excelente catador de vinos.

Sin duda, la cereza del pastel en su carrera sería su nombramiento como canciller. Pero hoy, cuando lo señalan así, sólo se limita a sonreír y a esperar... porque nadie tiene nada asegurado y la última palabra la tendrá Felipe Calderón.



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