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Se le acabó su veinte al teléfono público

CINTHYA SÁNCHEZ| El Universal
Domingo 08 de octubre de 2006
Entraron en funcionamiento en 1960 y hoy agonizan ante la expansión de la telefonía celular. Quién no recuerda las frases: "¿le traigo un cafecito?" "¡es para emergencias!". Ninguna conversación era realmente privada. Casi cinco décadas después, la indiferencia de los potenciales usuarios los hace invisibles

A trás quedó "¿le traigo un cafecito?", "¡el teléfono es para emergencias!", "es público, ¿eh?". Frases atrapadas en las esquinas del México de los 80, en las eternas filas. Aquellas cabinas anaranjadas y letras blancas y redondas en las que se leía la frase "teléfono público" son recuerdo.

Mandarle besos al novio, recibir regaños del jefe o avisar que vas retrasado delante de una fila de desconocidos con cara de querer asesinar al que más tarde en colgar la bocina parece chiste para las nuevas generaciones, que incluso se sorprenden cuando los adultos contemporáneos narran que en los teléfonos públicos se podían hacer llamadas gratis.

Recibir llamadas con la portera del edificio, rentar por un minuto el teléfono de la señora de la farmacia e incluso bajar del automóvil para hablar por teléfono es cada vez más una rareza.

En las calles hay miles de teléfonos públicos. Pero la indiferencia los hace invisibles. Dejaron de ser los testigos involuntarios de las cosas importantes de la vida de los mexicanos. Hoy agonizan frente a la expansión de la telefonía celular.

En México hay una caseta telefónica de Telmex por cada 123 mexicanos, contra un celular por cada dos personas.

Las casetas sólo se utilizan porque de pronto el celular se quedó sin batería o crédito.

Los años cambiaron el panorama. Telmex reporta hasta julio de 2006 un promedio de 813 mil 426 teléfonos públicos. Están en las esquinas esperando ser ocupados.

Don Humberto recuerda que hace más de 20 años "podías caminar cuadras y cuadras para localizar el teléfono con el menor número de gente a la espera".

Ninguna conversación era realmente privada. Había que modular la voz para que nadie escuchara pues siempre se hablaba de un teléfono público y con público.

"Más de tres veces callabas a los de la fila que gritaban enrabietados que el teléfono era para emergencias, no para platicar", dice.

Hoy en casi todas las esquinas del país hay un teléfono público, funcionan con claves, tarjetas que guardan memoria en un chip o monedas, pero ninguno tiene una fila de personas esperando llamar. La gente los pasa de largo con un celular en la mano.

Panorama

El escenario es distinto, pues 50 millones de mexicanos traen un celular en la bolsa que además les presta el servicio de mensajería instantánea por un peso, situación que deja en desventaja a los teléfonos públicos pues para acceder a ellos es necesario portar una tarjeta o una clave y en el peor de los casos, rezar para que los teléfonos de monedas no se las traguen sin que se pueda hacer la llamada.

En el recuerdo están los días en donde para llamar un amigo sólo se necesitaba recordar el número. Ahora esta tarea implica tener en mente claves, números de tarjetas telefónicas, de llamadas con cargos transferidos, de tarjetas telefónicas prepagadas o personales gratis.

"Si necesito comunicarme es más cómodo y a la larga más barato comprar una tarjeta prepagada y cargar mi celular con tiempo aire, que comprar una tarjeta telefónica de 30 pesos, pues el celular siempre lo traigo a la mano y el teléfono público tengo que buscarlo", expresa Nuria, de 20 años.

La industria telecomunicativa va a pasos agigantados. Hoy es posible hablar gratis a cualquier parte del mundo o navegar en internet a través de un teléfono público en los países desarrollados por un euro.

Para hablar gratis a cualquier parte del mundo sólo se necesitan unos audífonos con auricular y una conexión a http://www.skype.com/intl/es/.

Mientras que en países como España basta depositar un euro para navegar por 15 minutos en internet, mandar mensajes a celulares, consultar planos de las ciudades, comprar entradas para espectáculos, realizar recargas de crédito para celulares y por supuesto llamar, todo en un teléfono público.

Realidad que en 1960, año en el que se instalaron las primeras diez casetas telefónicas públicas en México, parecía imposible.

Hoy existen más de 50 millones de líneas móviles contra casi 20 millones de líneas fijas y casi un millón de teléfonos públicos contando los tragamonedas y los que funcionan con tarjetas prepagadas.

Los teléfonos móviles superan en cifras a cualquier otro tipo de teléfono, pero además la penetración de los celulares llega hasta los segmentos de menor poder adquisitivo e incluso a los niños.



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