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El ´fajador´ Kahwagi, un "junior" venido a más con sus escándalos

ALEJANDRO SUVERZA| El Universal
Domingo 21 de mayo de 2006
Ha incursionado en el mundo de la política, el boxeo y la farándula de forma tropezada, y en ninguno ha destacado. Y aunque se le ve como un personaje sin rumbo, respaldado por su familia y amistades, va a todas...

Q uizás sin proponérselo abiertamente, sino simplemente por las directrices de la inercia del México del compadrazgo y el amiguismo en la política y el poder, Jorge Antonio Kahwagi Macari ha enarbolado en la actualidad a un personaje burdo del que nadie quiere saber nada, porque precisamente representa esa faceta que se pretende ocultar en el país:

La de los hombres venidos a más, así como así y porque sí.

Hace unos días, el legislador revolcó la investidura en una alfombra roja de entrega de premios. Un personaje sin rumbo, pero que respaldado por su familia y amistades va a todas de una forma que pareciera hasta cierto punto torpe. Quizás la figura de Kahwagi se definiría más o menos como la de un mazacote de Chicontepec, mote que el doctor Ernesto Lammoglia esculpiría en su desaparecido programa de Radio Red Parejas disparejas para referirse a un sujeto pesado, sin gracia, sin consistencia, como un mal arroz.

Un junior -como lo definen los que lo conocen- venido a más por su tropezada incursión en el mundo de la política, el boxeo y la farándula. En ninguno de los ámbitos ha destacado. Como diputado federal, como boxeador profesional a partir de los 33 años y como estrella de un canal televisivo en un reality show llamado Big Brother, ha ido de mata en mata con sus escándalos.

El coordinador de la fracción de diputados del Partido Verde Ecologista de México es más conocido porque se lió a golpes en un programa de televisión con un luchador llamado El Cibernético. Pero no es un asunto aislado; de hecho, Kahwagi se ha dado más a conocer por sus deslices que por su trabajo en la Cámara de Diputados. A principios de 2003, durante su campaña por la candidatura a la diputación federal, en un programa de radio se atrevió a declarar que el político que más admiraba era a Carlos Salinas de Gortari. Meses después, ya como diputado electo, se dio a conocer la noticia de que había golpeado al gerente del restaurante El Cambalache de Polanco. También ahí se ventiló que iba acompañado por el actor Jaime Camil, el cantante Alejandro Fernández y Ernesto Zedillo, hijo del ex presidente.

Nadie supo de Jorge Antonio Kahwagi Macari hasta que apareció en las listas a diputados federales. Se sabía de él por su padre, Jorge Kahwagi Gastine, propietario del diario La Crónica de Hoy. Pero Jorge Antonio se presentaba como vicepresidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), y cómo presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en la delegación Álvaro Obregón, que fue fundada por su propio padre.

Pero fueron muy pocos los que lo vieron por las oficinas de la Concanaco en Balderas 144. "Era más bien un cargo honorífico, de presunción. Nunca asistía a las sesiones de presidentes, nunca presentó algún reporte de actividades", dijo un funcionario de ese organismo. La historia que se cuenta es que en 2001, cuando el entonces presidente de la Concanaco, Arturo González Cruz, puso orden y restableció una confederación dividida y separada, incluso del Consejo Coordinador Empresarial, se acercó al padre del boxeador y al poco tiempo éste, que había heredado la presidencia de la Canaco en la delegación Álvaro Obregón, ocuparía un cargo como vicepresidente de enlace con el Gobierno del Distrito Federal. "Era un puesto que no existía y que fue creado para él", contó un empresario cercano al organismo.

Hijo de padres libaneses. Su madre es artista, su padre un tipo duro, estricto, empresario. Hermano de Laila y Sonja. Su infancia la pasó en Narvarte. Hoy vive en Bosques de las Lomas. Estudió Administración de Empresas y Derecho. La preparatoria, con los Legionarios de Cristo.

Él mismo dijo que ha sido militante del PVEM desde 2001, pero su entrada a la Cámara fue por la vía plurinominal. En los pasillos legislativos ni siquiera es un secreto a voces que quien se encargó de introducirlo e incluso convertirlo en legislador fue su compañero de prepa Jorge Emilio González, El Niño Verde, hijo del Viejo Verde, Jorge Emilio González Torres, que también le heredó el lugar a su hijo. Algunos dicen que fue una elección interna legal; lo más raro es que precisamente su primogénito fue el elegido. La evidencia más clara de una amistad incondicional fue cuando Kahwagi salió en la defensa de su amigo, cuando éste fue grabado al momento de negociar un soborno de 2 millones de pesos. Sin embargo, hay algo que los diferencia: El Niño Verde va en su camino como legislador, mientras Jorge Kahwagi mete un solo pie en los escenarios y no lo hace con el otro para pisar firme.

Ni empresario, ni político, quizá sí apasionado del box. Incluso en su hoja de presentación en la Cámara le dan más peso a sus "otras actividades": lo presentan como boxeador profesional, dicen que en la UNAM sostuvo 43 combates con una marca invicta, "lo que ratifica su gran potencia de puños", y que tiene el cetro por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), y una "impresionante" marca de 218 peleas, 118 de éstas ganadas por knock out.

El promotor boxístico Fausto Daniel García Navarro estima que Kahwagi ha tenido actuaciones desafortunadas. Se refiere al boxeo, no a la vida cotidiana, donde tampoco da una. "Jorge no ha querido aprehender a boxear realmente y pues el boxeo es una disciplina muy estricta y severa que pide tiempo completo y él no puede dárselo porque tiene múltiples actividades en la política y en la farándula. A mí me resulta atractivo como invitado especial, como centro de atracción por el tipo de amistades que tiene, pero como peleador no, porque no se preparara y así no se puede".

Víctor Cota León, director de Comunicación, Historia y Estadística del CMB, dice que es un joven entusiasta -cumplirá 38 años el próximo 28 de mayo-, que no tiene necesidad de boxear y que pelea dentro de una categoría que no exige mucho porque sus rivales son domésticos, que no son "de primera fila". En 2003 ingresó como el número 28 de la lista de los campeones mundiales de peso crucero (límite 90 kilos 719 gramos). "Es un hombre bien vestido, educado, acostumbrado a la buena vida. No tiene técnica y él sería algo que en otros tiempos le llamaban fajador, un peleador de choque", dice Cota.

Quizás así se lo toma en la vida: le entra a lo que se le pone enfrente, y arrastra por doquier su figura de diputado y coordinador de los legisladores del Verde Ecologista.

Por eso ha sido criticado. Cuando entró al reality show televisivo, un columnista de un diario capitalino escribió con saña: "Si usted ama a México, bien puede tirar 20 pesos a la basura para llamar en favor de que Kahwagi se mantenga dentro de la popular casa por lo menos hasta el 2006". Decía que encerrado, el legislador hacía menos daño al país, al boxeo profesional y a la ecología.

Su partido dijo que el diputado Jorge Kahwagi, como era su derecho, había decidido invertir su semana de vacaciones participando en el programa Big Brother y aprovechar de ese modo la oportunidad de comunicarse y convivir con los jóvenes mexicanos. Su padre Kahwagi Gastine dio su opinión en una entrevista: "Lo único que busca es mostrar su verdadera personalidad, enseñar que es un hombre sano, que no fuma ni bebe, que es disciplinado y hace ejercicio". Lo declaró en el espacio cibernético de este diario.

Hoy el ciberespacio, en voz de su máximo representante, el luchador llamado El Cibernético, lo ha colocado nuevamente en boca de todos. Era su segundo enfrentamiento con el luchador; esta vez el escenario para revolcar la investidura fue la alfombra roja de una entrega de premios.



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