aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Los peligros de la belleza

Janine Rodiles| El Universal
Sábado 29 de enero de 2000

Adivinanza: ¿qué es: NOM 174 SSA 11998?.

¿Una clave secreta de la Interpol? ¿La ficha de detención de Gloria Trevi? ¿Un récord deportivo? Ninguna de las tres. Se trata de una norma sanitaria que entrará en vigor en breve para marcar un alto a la proliferación de productos, clínicas y tratamientos para la reducción de peso.

La Norma Oficial Mexicana para el Tratamiento Integral de la Obesidad fue aprobada en septiembre de 1999 (ver recuadro), luego de crecientes demandas ante la Profeco contra empresas vendedoras de productos y clínicas para bajar de peso y de que la moda de la delgadez, especialmente en mujeres, ha incrementado el tamaño de este mercado a cinco veces en los últimos cinco años, pero también el número de jovencitas en los hospitales.

"Hasta ahora ha sido tierra de nadie. Es un mercado sin controles y con altísimos riesgos para la salud. Se prescriben medicamentos sin control médico, la aplicación de vendas de yeso ha provocado estallamiento de vísceras, se tienen documentados casos de muerte por tratamientos reductivos y muchos productos son pura charlatanería", dice Rocío López de Muriedas, directora de Desarrollo y Fomento de la Cámara Nacional de la Industria del Embellecimiento Físico.

Tal parece ser el caso de las pastillas anticelulitis Cell-U-thin Plus. "Las vi anunciadas en la televisión y me las compré gastándome 750 en tres cajitas de 30 pastillas cada una. Mentira que funcionan, pura trampa", dice Isabel Zurita Rivera, quien ha llevado el tratamiento de los Weight Watchers en los últimos 18 meses y piensa demandar ante la Profeco a Cell-U-thin.

La Profeco ya ha recibido quejas en contra de otro producto "embellecedor de la figura": Siluet 40, además de otras cremas reductivas, que son puestas en el mercado como productos cosméticos, pero que afectan la salud y prometen cambios en el cuerpo que no se logran.

"Los medios de comunicación te bombardean con productos fantasma que te prometen estar delgada, sin ejercicios, sin dietas y eso es una gran mentira", dice Zurita. López Muriedas agrega: "La mayoría de estos productos se anuncia por televisión y se vende por teléfono, no sabemos si pagan impuestos o no, ¿cómo se aprueba su salida al mercado?, ¿quién garantiza que funcionan? Y es un mercado gigantesco, con una demanda enorme, porque todo mundo quiere bajar de peso a como de lugar y tener una figura de modelo".

Entre otras cosas la norma oficial prohibirá la aplicación de tatuajes, la prescripción de medicamentos reductivos sin receta o etiqueta, el cierre de clínicas o casas dedicadas a tratamientos contra la obesidad que no estén dirigidas por médicos nutriólogos y/o bariatras; la penalidad para personas técnicas (dietistas y nutricionistas) o personal no calificado como fisico-culturistas que suministren tratamientos para reducción de tallas. También quedarán prohibidos el uso de anfetaminas, diuréticos, inyecciones enzimáticas y uso de hormonas, intervenciones quirúrgicas (reducción de estómago) y liposucción, entre otros.

"Ha habido un gran hueco en la ley. Muchas actividades no están reguladas. La aplicación de tatuajes por ejemplo, se consideraba una actividad "cosmética", sin embargo el hecho de que este tratamiento implique el uso de una aguja con aplicación de colorante, que entra y sale de la piel provocando sangrado lleva el asunto al terreno médico. Tenemos detectadas 15 enfermedades infectocontagiosas por la aplicación de tatuajes y delineados permanentes", dice López de Muriedas, quien agrega que la preocupación de la Cámara de la Industria del Embellecimiento Físico es proteger la rectitud del mercado. "Hay una compulsión impresionante por bajar de peso por la vía corta y eso ha agrandado el mercado dejando al consumidor en manos de charlatanes".

Tal es el caso de la Señora Dickson que cobra 750 pesos por persona para aplicación de vendas de yeso. Su clientela promedia entre 50 y 60 personas por día, según datos de la Cámara. Dickson ya ha tenido que ver la cara de sus clientes ante otro interlocutor y sin vendas: la Profeco. En un documento la Procuraduría del Consumidor advierte: "Ante el panorama desolador que se les presenta a las personas obesas después de recurrir inútilmente a tratamientos para bajar de peso, a productos para reducir medidas y cremas para quemar grasas, a partir de 1999 la Secretaría de Salud regula este mercado tan apetecible para la charlatanería". La Profeco se refiere a la NOM 174, que entrará en vigor una vez que se publique en el Diario Oficial de la Federación. Otra empresa demandada ante la Profeco han sido las clínicas Teo, que prescriben diuréticos ocasionando problemas de riñones y por lo cual han tenido que indemnizar a exclientes. Otro segmento de charlatanes son médicos particulares: "Hace ocho años fui con un médico que me dio unos polvitos para tomarlos 20 minutos antes de la comida. Me hizo bajar 17 kilos en siete meses. Cobraba 400 pesos en cada consulta. Poco después me enteré que uno de sus pacientes había fallecido por problemas de metabolismo".



Modas que matan

El subdirector del Servicio Médico Forense, Rodolfo Rojo Urquieta, dice abiertamente: "Creo que los medios de comunicación deben orientar a la población, porque la moda de estar delgada se puede convertir en un problema de salud pública en jóvenes adolescentes. Me impresioné cuando mi hija de preparatoria me contó que los baños de mujeres de Plaza Santa Fe huelen a vómitos, por la cantidad de muchachitas que comen en los restaurantes de la plaza y luego vomitan la comida para no engordar".

La moda impuesta a nivel mundial de estar delgada tiene acta de nacimiento. Luisa Peña Ruiz una modelo profesional con 10 años de experiencia en México, Monterrey y Nueva York, cuenta: "Fue en 1992 cuando la empresa Calvin Klein contrató a la modelo Kate Moss para lanzar su campaña anual. Era impresionante su flacura, ¡era un hueso!, más que una mujer parecía una niña de 15 años y esto sacó de la jugada a todas las modelos prototipo de la mujer superdotada como Linda Evangelista, Naomi Campbell y Cindy Crawford. Así es: la moda la crean los publicistas y diseñadores de la industria., son los que están arriba los que imponen el prototipo de belleza ¿por qué?. Simplemente porque se les ocurre", dice Luisa Peña. La modelo cuenta que para ir a castings (presentaciones) y competir en el mercado neo-yorquino tuvo que recurrir a las dietas. ?Mi agencia me decía que tenía que bajar de peso y es que entre 1992-1993 la influencia de la flacura fue tremenda: tenías que ser talla 3. Imagínate!?.

Algunos especialistas opinan que en la estrategia de Klein estuvo la meta de incorporar a los jóvenes adolescentes al mercado de la moda. Otros creen que la anorexia es simplemente expresión de la llamada generación X. "Vemos un grupo de enfermedades propias de la clase media alta adiestrada para el consumo y esclava de las modas. Es un sector que carece de valores morales, apático a los problemas sociales y frívolo ante el amor, para el cual la vida ha perdido sentido. Su actitud es de rechazo a todo, incluso a la vida misma. ¿Puede haber algo más kitch (ridículo) que ser anoréxico en un país donde el 50 por ciento de la población está desnutrida por vivir en la extrema pobreza?".

En Europa, particularmente en España, donde los hospitales han recibido un mayor número de adolescentes anoréxicas, se prohibió, en diciembre pasado, obligar a las modelos a tener una talla inferior a 7. Carmen Cristina Izquierdo Castillo, de 28 años quien participa en un grupo de Comedores Compulsivos Anónimos CCA, dice: "Hemos visto casos de modelos que se están matando en principio de cuentas por conservar el trabajo, porque el medio está muy competido, es una gran selva. Llevan a las modelos a ser anoréxicas porque les piden talla 3 como máximo, o sea un hueso. En el CCA nos informaron que Europa ya puso controles a las empresas de modelaje y esperamos que pronto esa restricción venga a México, porque las jóvenes quieren ser como las modelos de las revistas y televisión, o sea anoréxicas", dice.

Para algunas modelos esta nueva reglamentación ya no las va a proteger. Luisa Peña cuenta la historia de Jwell, una joven modelo de Kentucky, quien murió a los 18 años en un departamento en Nueva York. ?Éramos compañeras de modelaje y ella tenía trastornos de anorexia, de pronto la dejé de ver. La encontraron muerta en su departamento. Me impresionó muchísimo y por eso siempre les digo a mis alumnas de modelaje: Primero acéptate y quiérete como eres y sé más que un maniquí?, dice Peña Ruiz. Pero a las agencias de modelos parece no importarles la vida o padecimientos de sus empleadas. La modelo estrella Kate Moss que sufre anorexia fue despedida por su agencia cuando dijo: ?antes de los desfiles se bebe champaña, un poco o mucho y se fuma mariguana. Después uno se encuentra bien, es la verdad. eso relaja?, según cita la revista ?Liberaddictus 32?. ?Hace poco hubo un casting donde advertía que si no eras tallas cinco mejor ni te presentaras?, dice Peña Ruiz.

Fabiola del Castillo, de 28 años si sabe lo que es ser talla cinco. "Tenía 17 años cuando pensé que dejar de comer era la mágica solución para bajar de peso. Y así fue. Un día me desperté en un hospital auscultando mi cuerpo: era un hueso y tenía el vientre cóncavo, mis manos recorrían cada centímetro de la piel checando que no hubiera un solo gramo de grasa en mi cuerpo". Del Castillo superó la enfermedad gracias al apoyo recibido en un grupo de Comedores Compulsivos Anónimos. "Llegué al grupo de CCA muy joven. Comía sólo una vez al día y mi dieta eran laxantes, un licuado en la mañana y un alimento sustituto de comida. Claro que todas estas restricciones las compensaba con atracones, cuando me encontraba nerviosa o insegura perdía el control y no podía parar de comer,", dice.



La otra cara de la moneda

El boom de los negocios de dietas y productos reductivos de peso, no es sólo un hecho fomentado por los nuevos estándares de belleza. Datos de la Ssa publicado en la Revista del Consumidor indican que la realidad de las personas con sobrepeso no debe tomarse a la ligera, "Es un problema de salud pública que afecta al 35 por ciento de la población adulta en México".

Anorexia y comedores compulsivos son trastornos alimenticios de una misma moneda. Frente al problema la Profeco recomienda no dejarse engañar por soluciones mágicas: "Es fraude seguro los tratamientos que ofrecen, bajar de peso en diez días, sin dietas ni ejercicios. Señal de alerta cuando se ofrecen medicamentos no etiquetados y tratamientos sin estudios médicos previos", indica un artículo de la dependencia gubernamental.

Kay Sheppard, especialista estadounidense en problemas de bulimia y anorexia pone un semáforo rojo a las dietas: "Las dietas están diseñadas para que la gente las comience, las deje y las vuelva a retomar...como se concentran en la pérdida de peso y no en la forma de comer, perpetúan la obsesión, con frecuencia ofrecen una nutrición inadecuada y alteran el metabolismo".

Lo peor es que las dietas, advierte el especialista, son un camino de entrada al círculo vicioso de anorexia-bulimia, un padecimiento de moda.



comentarios
0