Fiscalía admite que nunca indagó fosas clandestinas
La fiscalía para delitos del pasado no investigó nunca la existencia de fosas clandestinas en las instalaciones del cuartel del 49 batallón de infantería del Ejército mexicano en Atoyac de Álvarez, Guerrero, por falta de presupuesto. La instancia que encabeza Ignacio Carrillo Prieto no tuvo recursos para pagar los 760 mil pesos que la UNAM cobraba por la renta de uno de sus georradares, y por ello no realizó el rastreo de fosas clandestinas ni exhumó restos humanos en los sitios en los que jefes y oficiales del Ejército mexicano habrían cremado o sepultado a guerrilleros, campesinos y militantes de izquierda durante la guerra sucia en los años 70. Lo anterior a pesar de que en 2004 y 2005 la Femospp recibió sendos presupuestos por un monto global que superó los 100 millones de pesos (45 millones 439 mil 338 pesos, y 55 millones 164 mil 715 pesos, respectivamente), señalan datos solicitados a la Procuraduría General de la República (PGR) mediante el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI). No sólo eso. En ambos casos la Femospp tuvo presupuestos que originalmente estaban 7 y 5 millones de pesos por debajo de los montos finalmente autorizados y citados en el párrafo anterior. Así, las cifras fueron originalmente de 38 millones 984 mil 193 pesos para 2004, y de 50 millones 164 mil 175 pesos para 2005. Femospp, sin recursos José Luis Contreras, vocero de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), dijo a EL UNIVERSAL que el Instituto de Geofísica de la UNAM se encargaría de la investigación y el rastreo sobre un área de 6 mil metros cuadrados en Atoyac de Álvarez, y que el compromiso era entregarle a la fiscalía un paquete con datos, referencias, mapeo, interpretación de imágenes y puntos exactos de localización. Sin embargo, la Femospp no tuvo dinero para contratar el georradar y por ello no investigó la existencia de fosas clandestinas en Atoyac. Desde junio de 2003, Ignacio Carrillo anunció que dicha instancia solicitaría los servicios de antropólogos forenses argentinos y de especialistas en geofísica de la UNAM para localizar posibles fosas clandestinas en Atoyac, y determinar si en ellas hay ex guerrilleros y campesinos desaparecidos durante la guerra sucia. Al Instituto de Geofísica de la UNAM se le pidieron sus servicios para usar uno de sus dos georradares y explorar los terrenos que ocupó en la década de los 70 el cuartel general del Ejército en Atoyac de Álvarez, el cual fue abandonado a inicios de los 90, utilizado por la Policía Judicial de Guerrero y más tarde habilitado como centro comunitario. Tita Radilla y Julio Mata, familiares dirigentes de la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos (Afadem), dijeron a este diario que la UNAM no quiso "prestarle el georradar a la fiscalía porque no confiaron en ella y además porque su gente no sabía cómo usarlo o qué hacer con él". El pasado mes de febrero Tita Radilla dijo a la prensa de Guerrero que la Femospp le había explicado la imposibilidad de realizar las investigaciones en lo que fueron las instalaciones del 49 batallón de infantería en Atoyac porque el equipo tenía un costo de 4 millones de pesos y la Femospp no tenía ese dinero. EL UNIVERSAL buscó en la UNAM al personal encargado en Geofísica del manejo del georradar, pero no fue posible pues argumentaron que está en París, en un congreso, y regresa en los próximos días.