El vals del tren, por Víctor Flores Morales
Cuando el líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo cumplía casi un año tras el acero del Palacio Negro de Lecumberri, acusado de comunista por paralizar en 1959 al país con la huelga de los rieleros, un joven de apenas 20 años que enseñaba a bailar a quinceañeras, ingresaba a los patios veracruzanos del ferrocarril como llamador y cambiador de trenes. El joven cambiaba con una palanca los destinos de los ferrocarriles en aquellos patios de Veracruz. Ironías de la vida, con el paso de los años, enrielaría los Ferrocarriles Nacionales de México hacia la privatización. El sindicato ferrocarrilero que alguna vez había dirigido el luchador obrero Vallejo, pasaría 50 años después a manos de un maestro de vals. Su nombre, Víctor Félix Flores Morales, actual dirigente de un sindicato considerado el mayor de charros. El hombrecillo -como lo han descrito varías crónicas por su baja estatura-, una vez encumbrado, se iría hacia donde el barco del poder, sin importar quién fuera su capitán. Una sola anécdota daría muestras de su escaso temple como líder obrero. El 4 de julio de 2000, dos días después de que Vicente Fox había sido proclamado presidente. Víctor Flores lo interceptó en un hotel y al estilo del Patrullero 777 que protagonizó Cantinflas , le dijo: "¡A sus órdenes, señor!", sólo le faltó decirle jefe. Así se condujo. Había crecido en la colonia Centro del puerto de Veracruz. En el 1140 de la calle Vicente Guerrero, casi esquina con Emparán. En una casa de madera y de teja -hoy remodelada y con sistema de circuito cerrado-. Desde la morada de los Flores Morales se alcanzaban a ver los patios ferrocarrileros donde trabajó Víctor, hijo de Faustino y Genoveva, y hermano de Mercedes, Consuelo, Faustino y Ramón. Mary, propietaria de los abarrotes La Estrella -una de las viejas construcciones que hacen imaginar el ambiente de hace 40 años-, lo recuerda jugando a las canicas, a la escondidas, a la cebollitas. "Era de una familia buena. Su madre era muy hogareña; su papá, muy trabajador. Sus hermanas eran oficinistas. Víctor era muy chambeador, no sé por qué la gente le dice tanto que es ratero. Él a toda la gente le tendía la mano. Éramos todos amigos." Carmen Machorro y su hija María Inés aseguran que lo conocieron cuando trabajó como llamador en ferrocarriles, acudía a las casas de trabajadores para informarles a qué hora se tenían que presentar a laborar. Jugaba futbol con los hijos de Carmen. "Era un prietito simpático, no guapo", dice María Inés. "Siempre fue un buen muchacho, era maestro de baile para 15 años", dice Carmen Machorro. Petra Gutiérrez López fue su quinceañera. Durante un mes, le enseñó a bailar el Danubio Azul y el Vals de las Flores. "No me cobró nada porque era amigo de mi madrina. enseñaba bien, pero de aquel gran Víctor ya no hay nada, luego se amafió con Jorge Peralta (ex lider ferrocarrilero)", dice la mujer. Para entrar de lleno en su vida ferrocarrilera hay que remitirse a un crimen. El de Carlos Serdán Reyes, un trabajador del riel asesinado de un tiro en la nuca en 1962, en un hotel de Veracruz. Su asesino fue precisamente Jorge Peralta Vargas -líder del sindicato ferrocarrilero(1986-1989)-, entonces mensajero y después boletero de Ferronales. Tras estar preso por el homicidio, confirman familiares de Serdán Reyes, fue sacado por su primo Mario Vargas Saldaña, quien era edil de Veracruz, y más tarde se encargaría de contactarlo con el director de Ferrocarriles Nacionales de México, Luis Gómez Zepeda. Peralta llegaría como comisionado del sindicato y a los meses, en 1986, a la secretaría general, trayéndose a la ciudad de México a Flores como su brazo derecho. Fernando Miranda, un hombre cercano al sindicato, asegura que era su chalán: "Lo contrató para que le acercara los oficios a firmar. Y le servía de caballito al hijo de Peralta que tenía seis años". "Se fue pa´rriba" Dicen que su servilismo le consiguió el puesto de secretario nacional Ajuste por Trenes. En los años siguientes fue asesor jurídico. Él ostentaba el título de contador público. En 1991, su padrino Jorge Peralta intentó colarse de nuevo a la dirigencia, pero hubo resistencia. Circulares con foto del interior del sindicato evidenciaban una mafia: "Jorge Peralta Vargas (a) El Pitoloco. Homicida calificado quiere a como dé lugar volverse a apoderar de tu sindicato a través de su mafia encabezada por el ex vago y pandillero Víctor Félix Flores Morales, saqueador profesional del STFRM.". Fernando Miranda lo recuerda como secretario nacional tesorero, extrayendo el dinero de la caja fuerte del sindicato para llevárselo al ex dirigente Jorge Peralta, y saltándose al nuevo líder Praxedis Frausto Esquivel, asesinado el 17 de julio de 1993. Integrantes del gremio hicieron públicas sus sospechas de que tras el asesinato estaba Flores. "Aún siendo tesorero estaba jodido, atendía en un departamento de la colonia Guerrero, y andaba todo el tiempo con una gabardina vieja que le llegaba hasta el suelo, era negra, toda rota y mugrosa, pero luego se fue pa´rriba", dice un ferrocarrilero jubilado. Otros aseguran que alguna vez Praxedis y Flores discutieron por dinero, y el primero lo amenazó públicamente: "Si un peso te robas, te meto a la cárcel, hijo de la chingada". Se quedaría con las ganas. En 1995, Víctor Flores ganaba la secretaría general del sindicato ferrocarrilero. Comenzó a convencer a los sindicalizados para jubiliarse. La privatización de Ferronales iba en marcha. Varios lo recuerdan acompañado de un tipo con un portafolio al que le decía "dale 15 mil más", "dale 20 mil más", para que se jubilaran. Todos sin excepción cedieron con la promesa de que serían recontratados. Los que comenzaron a protestar fueron callados. Flores ya tenía fama de golpeador. El presidente Ernesto Zedillo le agradecía en su discurso del 7 de noviembre de 1995, en el Día del Ferrocarrilero: "En especial al liderazgo firme, combativo y comprometido con las mejores causas de México y de su gremio, ¡el compañero, Víctor Flores!", decía. Para entonces era considerado traidor por ayudar en la venta de Ferronales. Lo acusaron de haber mostrado una actitud "cobarde" y "traidora". Lo señalaron de saquear el fideicomiso creado después de la venta de Ferronales, para asegurar la pensiónde 52 mil ex trabajadores. Cada que puede se pasea en su puerto querido, Veracruz, donde le llaman el Rey Midas o el Patrón. Cuentan que en sus años de máxima presunción alquilaba hasta 10 mesas en la desaparecida discoteca la Roca. Pagaba cuentas de más de 100 mil pesos. Quizás hoy las cosas son diferentes. "Él puede pagar una cuenta de 30 ó 40 mil pesos, sus amigos comen langosta, él come lo más sencillo, un filete empanizado, minilla (mantarraya en guiso) y platanitos con arroz. Le gustan las canciones tradicionales, La Bruja, La Bamba y Moliendo Café. En la Cámara de Diputados dos anécdotas lo describen: regalar un reloj Cartier a una diputada y arrebatar la máscara de marrano a Marco Rascón. "Lo miran con reserva, es un hombre que no genera confianza", dice un asesor panista. Pero parece ser que Flores llegó para quedarse. En una convención alargó su periodo hasta 2001. Sólo quería ganar tiempo para modificar los trienios en sexenios y hace apenas un mes organizó otra convención de estatutos, para permanecer de líder hasta el año 2012. Ha sido dos veces diputado y ahora pretenderá perpetuarse en la dirigencia del Congreso del Trabajo. Favor con favor se paga. Yo te perpetuo, tú me perpetuas. La lucha del líder obrero Demetrio Vallejo entonces nunca valió la pena.





