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`Show` chavista en el día más mexicano

José Vales/Enviado| El Universal
Domingo 20 de noviembre de 2005

CARACAS. El diputado Emiliano Ramos jamás lo habría soñado. Decenas, centenares de manifestantes se acercaban a saludarlo. "¿Tú eres mexicano...? Viva México, viva Pancho Villa, viva Emiliano Zapata", le decía al abrazarlo uno de los militantes de la marea roja, como se conoce a las manifestaciones chavistas. Ramos tuvo su baño de masas en la marcha que, amén de algunas declaraciones de dirigentes intermedios, fue de "hermandad" con México y para hacer descender los decibeles de la tensa relación diplomática.

"Fox eres un emBuhtero", eran algunos de los grafitis que los chavistas pintaban a lo largo de la avenida Francisco de Miranda, cuando la marcha se acercaba a la plaza Altamira. Todo el cotillón, ampliado con una banderita mexicana a cada marchante, y la parafernalia chavista estuvieron activos ayer, en el día más mexicano de la historia de este país. Imágenes de Villa y Zapata, pancartas con las imágenes de Benito Juárez y Morelos, y la inscripción "Viva México. No al ALCA", avanzaron desde el parque del Este hasta el corazón del poder, Miraflores, donde Chávez los recibió ofreciendo un recital de rancheras acompañado de un grupo de mariachis y luciendo un sombrero de estilo híbrido, cuyo origen regional no podía deducirse si era jarocho o de Saltillo. "Morenita", "México Lindo", y la que no podía faltar en la voz del presidente, ataviado con su uniforme rojo como la mayoría de los concurrentes: "Con dinero o sin dinero, hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley...". Y Chávez daba su acostumbrado show antes de emprenderla contra "Mr. Danger" (como llama a su par George W. Bush) y moderar sus críticas a Fox y reconocer su respeto.

Tres horas y media de discurso tuvieron que aguantar las más de 30 mil personas que marcharon los 12 kilómetros del trayecto. Toda la escenografía muy cuidada. Incluso unos carteles con una caricatura que mostraba a Bush sentado en un sillón y en su rezago un zorro con la cara del mandatario mexicano, fue repartido por algún dirigente seccional del oficialismo y retirado luego por decisión superior. Sólo Nicolás Maduro, el presidente de la Asamblea Nacional, arengó contra "el cachorro de Fox" en un par de oportunidades y Juan Barreto, el alcalde de Caracas, quien sostuvo que "estamos en la calle cantando viva México, lindo y querido, pero el México de Villa y Zapata, el México revolucionario, no el de Fox".

Más moderado y con un sesgo de triunfo en su rostro, tal vez por saber que había triunfado en persuadir a Chávez de no profundizar la crisis, el vicepresidente José Vicente Rangel fue contundente cuando los periodistas lo interceptaron a la altura de La Solana: "Nosotros no queremos pelear con Fox. No queremos pelear con el zorro, sino con el águila imperial...", no la del pabellón mexicano, sino la de Estados Unidos.

Junto a Ramos, el diputado perredista por Quintana Roo Rafael Quintanar y el profesor de la UNAM José Ignacio Espina conformaron la delegación mexicana, junto al ex alcalde de Porto Alegre y dirigente del PT brasileño, Raul Ponte, y otros líderes argentinos.

"Cómo no vamos a querer a México, el México de la Revolución, de Villa, Zapata y Marco Antonio Solís... carajo", explicaba Angelís, 22 años y estudiante de la Universidad Central de Venezuela. Hubo homenaje a Juárez en el monumento que lo recuerda en la avenida México, y gracias a que la marcha arrancó con cuatro horas de retraso, la marea roja no se cruzó con el medio centenar de antichavistas que se manifestaron a favor de Fox en la embajada mexicana.

La marcha contra el imperialismo, contra el ALCA, de apoyo al presidente y a favor de la unidad latinoamericana y con México no fue lo multitudinaria que acostumbran a ser las manifestaciones oficialistas en días difíciles de la crisis política de los últimos años, o en épocas electorales. Pero le alcanzó a Chávez como el marco perfecto para mandar un mensaje a Los Pinos. La tarima donde estaban el jefe de Estado y cientos de dirigentes, entre ellos el ex embajador en México Vladimir Villegas, vitoreado por "el jefe" y por la concurrencia tenía de fondo una gran pantalla con las imágenes de los dos líderes revolucionarios mexicanos y la de Simón Bolívar. "Fuera el imperialismo. México y Venezuela. Pueblos hermanos, pueblos soberanos". Después vendrían los mariachis, los metamensajes de paz hacia México, una decena de "viva México" en la voz de Chávez, y uno de sus kilométricos y acostumbrados discursos para conmemorar lo que fue el día más mexicano de la historia venezolana.



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