Reinaldo Massoni "Nadie manda en la cama"
Hace unos días los ministros de la Suprema Corte de Justicia aceptaron la posibilidad de tipificar como un delito el hecho de que alguno de los cónyuges abuse sexualmente de su pareja. El doctor Reinaldo Massoni Conti, especialista en siquiatría y sexología, considera que obligar a la pareja a tener relaciones sexuales representa más bien una masturbación que la comunión de dos individuos que buscan placer interpersonal e intrapersonal. "En la cama nadie manda", suelta el especialista en un mensaje que deberían entender los hombres que se sienten poderosos frente a la mujer. Se va a considerar como delito la violación en un matrimonio. ¿Qué piensa? Este supuesto delito es personal, ya que es generado por orígenes y causales diferentes. Por eso no se pueden generalizar experiencias de agresión sexual. ¿Es obligación en un matrimonio tener relaciones sexuales? La unión en pareja, responde a un deseo amoroso, recíproco y atractivo, es un acto de voluntad y conciencia mutua. Debe ser interior, emocional, sexual, orientada hacia un placer interpersonal e intrapersonal, en donde cada uno conserva su individualidad y nadie es propietario del otro; aprender a compartir la vida y no transformar míticamente a la pareja. ¿Qué es hacer el acto sexual? Es reactivar el deseo de interpenetrarse, de reelegirse uno al otro, de fundirse en una comunión tanto física como emocional y afectiva que va permitiendo un intercambio de energía, crecer y lograr la verdadera intimidad psico-bio-social. ¿La imposición masculina tiene sentido? Toda imposición humilla, degrada, crea anulación e inmovilización del otro. En actos así, la armonía de la pareja desaparece. El que así "obliga", es como si viviera una masturbación y no un acto sexual. ¿Alguien tiene derecho a obligar? Hemos vivido legislaciones dictadas sólo por hombres para hombres y que debían acatar las mujeres. Mientras exista desigualdad de género, seguirá habiendo conductas machistas y tan sólo generarán separatividad, dolor, confusión e injusticia entre los sexos. ¿Quién manda en la cama? El poder del hombre es más evidente por ser más fuerte físicamente, él puede imponer el acto, la mujer aceptarlo o rechazarlo. La fuerza y el poder en la mujer lo puede ejercer negándose, como venganza, como medio de control o para agredirlo. La anorgasmia, es bien sabido, que en algunas ocasiones obedece a un deseo de devaluar al hombre. La mujer puede crearle conciencia que el acto sexual no es un asalto o una violación sino el resultado de una seducción amorosa. En la cama nadie manda, porque "el mandador puede ser mandado" y ni siquiera saberlo. En la cama, si no se quiere salir perdiendo, se deben complementar deseos y placeres en armonía. ¿Sabe el hombre hacer el amor? Generalmente no, de él se espera que sepa todo, porque es hombre. La realidad es que saben poco o nada. Ellos deberían conocer su anatomía, su fisiología sexual, sus zonas erógenas, la estimulación previa al acto, los diferentes orgasmos que existen y como lograrlos, a saber moverse y muchas cosas más. La responsabilidad es de ambos. ¿Hay patologías sexuales que tornan a los hombres agresivos? Sí, hay hombres hiperactivos sexualmente patológicos que desean vivir el sexo permanentemente con su mujer y con muchas más. La característica de ellos es que las experiencias sexuales nunca les dan plenitud, siempre quedan insatisfechos y quieren más. Son adictos al sexo, tienen una libido muy alta y disfrutan siendo abusivos. También existen los que tienen conflictos intrapsíquicos, los que padecen de hipersensibilidad de ser abandonados, los que no controlan sus emociones negativas, muchos de ellos reaccionan con agresividad sexual como defensa. ¿Las mujeres pueden agredir a estos hombres? Sí, el hombre es genitalmente muy frágil. Si después de poseerla y eyacular ella le exige inmediatamente más y más sexo, lo va devaluando al decirle que la deja insatisfecha porque aguanta poco. También puede ridiculizarlo con el tamaño de su pene, con el no saber excitar o moverse. Todo esto derrumba al hombre, mucho más que la aplicación de una penalidad legal por violarla. Si ella no reacciona a la agresión, ¿qué pasa? Como defensa puede fingir, prostituirse y mucho más si él le exige participar en actos que no quiere vivir y que degradan su moral, como el coito anal, el intercambio de parejas o las relaciones bisexuales. ¿Hay mujeres que exigen el acto sexual? Sí, así como hay hombres hipersexuales normales y patológicos, también hay mujeres con estos niveles. ¿Por qué la mujer violada permanece con él y calla? Por su formación psicológica, por niveles socioculturales y religiosos, acepta el sometimiento, concibe al hombre como su propietario y señor. Además por el sometimiento económico, dado que no sólo es esclava de sí misma, sino que no sabe ser libre económicamente. Esto la reduce, la debilita y la conduce a aguantar. ¿El quedarse con él puede ser sadomasoquismo? Sí, se "fabrican víctimas" por la jerarquía de género, que por un lado estimula al hombre a demostrar su superioridad. Lo grave es que entre agresor y agredido se forma un lazo poderoso. El que es sádico pasa a ser masoquista y viceversa. ¿El alcohol predispone al hombre a forzar el acto sexual? Sí, es un agravante serio en una personalidad predispuesta a la violencia. La pérdida de control es más evidente en él y puede acompañarse de golpes muy fuertes. ¿Logra realmente el hombre someter a la mujer? En la mayoría de los casos no, ya que son poseídas, pero no sometidas. A veces ellas gozan con el sometimiento. ¿Qué le generan a la mujer los actos sexuales por coacción? La inhiben, la hacen miedosa y culpable, llegan a creer realmente que son culpables y que merecen la agresión. ¿Es aconsejable la ruptura? Sí, se sugiere dejar 6 meses el vínculo patológico al que se hizo adicto. ¿Qué debe hacer la mujer para tomar esa decisión? Vencer temores de soledad, y de no ser aceptada por otro hombre, miedo a que todos sean iguales, al qué dirán, lo económico, el organizar el cuidado de los hijos y el trabajo. Lo grave es justificar y quedarse cuando ya no hay amor, ni compañerismo. No caer en la trampa de pensar: "Él me necesita; en el fondo lo amo; no quiero dañarlo; a mi edad, es mejor que nada". Cualquiera de estas justificaciones es una trampa. ¿La falta de intimidad enfría el vínculo amoroso? Si las parejas a los dos años comienzan a tener conflictos de desintegración afectiva, a los cinco años 50 por ciento de ellas tienen crisis que las llevan a la separación o al divorcio, es de suponer que en el interior se perdió el amor, se incrementó la violencia y la indiferencia. Las relaciones sexuales bajo estas circunstancias, terminan degradando el vinculo, ya que no puede haber una verdadera intimidad sin amor y sin comunicación, y esto se reduce a un acto automático, es decir, sin ganas, como si te pegaran una etiqueta de "Obligatorio". Para cualquiera resulta caótico y muy destructivo.





