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Ascenso vertiginoso

David Aponte y Yazmín Rodríguez / Enviado y corresponsal| El Universal
Martes 25 de octubre de 2005

Patricio Patrón Laviada, un estudiante poco avezado que sólo terminó el bachillerato, era repartidor de refresco Jarritos en Acayucán, Veracruz. Regresó a su tierra para cruzar velozmente por casi todos los cargos de elección popular, hasta llegar al palacio de gobierno de Yucatán.

Los hermanos Patrón Laviada pertenecen a una familia de clase media acomodada del barrio Itzimná en Mérida.

Hijos de José Patrón Méndez, a quien llamaban El Matalote , y Cecilia Laviada Arrigunaga, se criaron con sus tíos Laviada, los hermanos de doña Cecilia, debido a las carencias económicas.

El joven Patricio, el segundo de los hermanos (José Antonio, Alejandro, Carlos, Oswaldo, Ricardo, Francisco, Antonio y Cecilia), se hizo cargo por un tiempo de las necesidades económicas de la familia.

Salió de Mérida para encontrar trabajo en una maquiladora del centro del país. Pasó por Veracruz a repartir refrescos, volvió a Yucatán para iniciar una empresa pesquera, e incursionó en la política.

La relación de sus tíos, los prestigiados médicos Laviada, lo acercaron a don Roger Cicero, uno de los viejos líderes panistas de Yucatán.

Años más adelante se casó con la hija de este panista, Silvia Cicero Cáceres.

Apareció en la política al lado de Ana Rosa Payán, alcaldesa de Mérida (1991-1993), como funcionario del Pronasol municipal, con un defecto que logró superar con los años: no hablaba en público porque tartamudeaba.

De ahí brincó a una diputación local, a la presidencia municipal de Mérida, al Senado y a la gubernatura del estado.

Su hermano Alejandro, conocido como La Vaca , se casó con Pilar Cervera, hija del priísta Víctor Cervera Pacheco, uno de los enemigos políticos más odiados en el Partido Acción Nacional.

La relaciones político-familiares resultaban un poco complicadas para los Patrón Laviada y los Cervera.

Durante la contienda electoral de 2004, Pilar apoyó a su padre, aspirante del PRI a la alcaldía de Mérida, y Alejandro respaldó a Manuel Fuentes, candidato del PAN, que resultó ganador de la contienda.

Hace algunos años los Patrón Laviada no eran conocidos por la posición económica que ahora tienen.

"Vienen más bien de una clase media acomodada venida a menos, que no dio el brinco. Alejandro se dedicaba comprar ranchos y se vincula a Roberto Hernández y comienzan a adquirir haciendas", relató el diputado local del PRD Eduardo Sobrino Sierra.

A sus 48 años de edad, Patricio parece tenerlo todo: una posición política con proyección a futuro y hermanos acaudalados que antes no disfrutaban de fortunas.



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