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Otto Herrera se fugó vestido de policía, relatan

Francisco Gómez| El Universal
Lunes 24 de octubre de 2005

Nadie se atrevió a molestarlo nunca en la prisión. Tuvo vinos, ropa, comida especial, televisión por cable, visitas, teléfono y, cuando lo decidió, compró un uniforme de policía y una escolta de custodios del "Grupo Tiburón" para escapar del reclusorio sur. El costo que pagó por ello el capo del narcotráfico, el guatemalteco Otto Roberto Herrera García, fue de 2 millones de dólares.

Esta es, según la versión de un testigo, la forma en que el jefe del narcotráfico en Guatemala escapó tras permanecer casi un año en el reclusorio. la Procuraduría General de la República (PGR) tiene esta línea de investigación en el expediente PGR/SIEDO/UEIDCS/087/2005, por el caso de la fuga del más poderoso narcotraficante guatemalteco de los últimos tiempos.

El plan para la fuga funcionó a la perfección. No hubo fallas. Un día antes incluso hubo un fiesta. En el penal se organizó un jaripeo y hubo partido de softboll entre los equipos "La Marea Rea" y "Los Marlines". Pero lo principal fue que ese día entraron y salieron del reclusorio vehículos que no fueron registrados.

La cámara de seguridad que funciona en la Aduana de Vehículos tampoco operó ese día, de acuerdo con la declaración del ex director del penal, Amado Azuara González, quien hoy se encuentra procesado junto con 12 ex empleados del reclusorio sur por la fuga del capo.

El 13 de mayo pasado, cuando se conoció la fuga. Nadie vio a Herrera García, incluso el custodio que le pasó lista. "Desde adentro de su celda respondió con una especie de quejido", dijo el custodio Luis Manuel Flores Hernández, quien tenía la consigna de "molestarlo lo menos posible con el pase de lista".

Un testigo y quien es custodio del penal declaró ante la PGR que desde el 12 de mayo huyó, precisamente aprovechando el movimiento de gente por el día de visita y el jaripeo organizado dentro del penal. Para ello se le dotó de un uniforme de policía y fue escoltado por custodios hasta un vehículo en el que escapó.

Para realizar su escape contó con la complicidad de funcionarios, y de acuerdo con la versión del testigo cuyo nombre se reservó en el expediente, el jefe de seguridad y custodia, Alfredo Cázares, estuvo involucrado directamente con la evasión del capo guatemalteco y quien pagó 2 millones de dólares para poder huir de prisión.

Antes de escapar, desde la celda 3-13 del dormitorio 9, Otto Roberto Herrera García se convirtió en un año en uno de los "padrinos" del reclusorio sur, a grado tal que él era el que se encargaba de cobrar las ganancias de los restaurantes del penal. Y también desde esa celda, en la que él mismo ponía un candado por dentro para su seguridad, continuó con sus operaciones de narcotráfico.

Conocido también por los sobrenombres de El Ingeniero, El Pipa y El Profe , Herrera García fue capturado en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México el 14 de abril de 2004 y desde esa fecha se tramitaba su extradición a Estados Unidos por diversos cargos de narcotráfico y que lo llevaron a ser considerado como uno de los delincuentes más buscados por las autoridades del vecino país del norte.

Los reportes sobre su organización lo ubican como el cabecilla de los grupos criminales que funcionan en las zonas de Izábal y las Verapaces, y la de Sayaxché, Petén, y actualmente México lo considera como uno de los 12 más buscados o "blancos prioritarios de captura" dentro del combate al narcotráfico.

Presuntamente ligado al cártel de Sinaloa y al de los hermanos Arriola, el guatemalteco Otto Roberto Herrera García tuvo entre los 64 internos de su dormitorio predilección para relacionarse con dos ex comandantes de la Policía Judicial Federal presos ahí, Eduardo Salazar Carrillo y Mario Silva, El Coyote , quienes ejercen un control indiscutible dentro de la prisión entre reos y custodios, así como de la venta de drogas.



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