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Silenciosa guerra palaciega entre los colaboradores de Labastida

Felipe de Jesús González| El Universal
Jueves 13 de enero de 2000
Cuatro son los que más acercamiento tienen con él: Moctezuma, Gamboa, Orive y Bucio. Tienen la posibilidad de influir en el reparto de posiciones. Al primero le debe haberlo ?rescatado?, se dice

Hoy, al registrarse como candidato del ?nuevo PRI? a la Presidencia de la República, Francisco Labastida Ochoa, arrastra con ?al menos? cuatro camarillas que libran una silenciosa guerra palaciega por el reparto del pastel político del próximo sexenio.

Esteban Moctezuma Barragán, Emilio Gamboa Patrón, Adolfo Orive Belinger y Marcos Augusto Bucio Mújica tienen acceso libre con Labastida; acuerdan con él; le informan; le entregan trabajos específicos; le sugieren sobre la estrategia de medios y para ellos es tan importante esta área, que llevaron a sus respectivos operadores. Con todo ello, tienen la posibilidad de influir en el rumbo de la campaña y del reparto de posiciones.

Saben que el tamaño de su poder depende del acceso a Labastida, porque el más importante es aquél que, con más frecuencia y por más tiempo, le habla al oído. Esa es la lucha cotidiana entre ellos.

Pero, colmilludo como es ?no por nada ha ocupado cargos de primer nivel desde el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz?, Labastida analiza con rigor el trabajo de sus colaboradores, tal como aprendió con quien fue su primera gran influencia en la administración pública ?a pesar de que ya había trabajado con Antonio Ortiz Mena?: don Fernando Hiriart Balderrama, quien fue su jefe en la hoy desaparecida dirección de Inversiones Públicas de la Presidencia de la República, cargo que ocupó Hiriart entre 1971 y 1976.

Además, están al acecho los amigos que el candidato ha cultivado en cuatro décadas de vida burocrática: Julio Rodolfo Moctezuma Cid, José Andrés de Oteyza, Luis de Pablo Serna, Humberto Mosconi Castillo, Romárico Arroyo Marroquín, Liébano Sáenz Ortiz, Bernardo Sepúlveda Amor, Cristina Alcayaga, Clarisa Torres...

Ellos, sus amigos, saben que no necesariamente el equipo de campaña se traduce en puestos en el gabinete ?sobre todo desde De la Madrid?, ya que muchos de los nombramientos dependerán de las circunstancias económicas, políticas o de seguridad nacional, así como de la relación del presidente con su partido.

En suma, confían, una es la relación con el candidato y otra con el presidente. Porque si hoy Labastida da la impresión de ser un personaje afable, sencillo, cordial, condescendiente; el día de mañana, si se cumple el sueño que ha acariciado desde hace varios lustros ?de portar en el pecho la banda presidencial?, entonces dejará sentir su estilo directo, duro, de tomar decisiones, tal como atestiguan quienes lo conocen de cerca.

Por lo pronto, Labastida colocó como secretarios a sus cuatro principales estrategas y operadores: Moctezuma es secretario general del PRI; Gamboa es secretario técnico del Consejo Político; Orive es secretario de la Fundación Colosio y Bucio es su secretario particular.

Sin embargo, está fuera de duda la mayor cercanía de Moctezuma y Gamboa, cuyos equipos afirman ?por separado?, que Labastida le debe al primero haberlo ?rescatado? del olvido en el actual sexenio de Zedillo, y al segundo, el tejido de su cercanía con el ex presidente Miguel de la Madrid, del cual Gamboa fue secretario particular.



Viejo amigo

Uno de los equipos que actúan cotidianamente en la campaña del aspirante del PRI es encabezado por Esteban Moctezuma, quien en 1973 llegó primero como analista y después como jefe de Asuntos Internacionales a la oficina de Programación Económica y Social de la Secretaría de la Presidencia, donde también trabajaba como investigador económico Ernesto Zedillo Ponce de León. Arriba de ellos estaba, en la subdirección de Inversiones Públicas, Francisco Labastida. Desde entonces, ha estado junto con Labastida en diversas etapas de su vida política tanto en el gobierno de Sinaloa como en la desaparecida Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal.

Sin duda, por su acceso casi ilimitado con el candidato, Moctezuma ejerce una gran influencia en el entorno de Labastida. Precisamente llegó a la campaña interna tras renunciar a la Secretaría de Desarrollo Social, para corregir las deficiencias que se habían venido registrando.

Moctezuma llegó acompañado de su equipo: Fernando Solís Cámara (medios y propaganda); Luis Maldonado Venegas (coordinador general adjunto en la campaña interna); Juan Gabriel Valencia (discursos) y su estratega en prensa, Juan Carlos Hinojosa. Otro aliado de él, pero ya con luz propia frente a Labastida, es el ex subsecretario de Gobernación, Jorge Alcocer, recién integrado al área de planeación de la campaña.



El operador

Emilio Gamboa Patrón, quien en la sucesión de 1988 generó condiciones para que su entonces jefe, el presidente Miguel de la Madrid, se decidiera por Carlos Salinas de Gortari ?en menoscabo de las aspiraciones de Labastida y de Jesús Silva Herzog?, es otro de los operadores que tiene acceso libre con el candidato presidencial priísta.

A Gamboa se le identifica como un ?operador por excelencia?, a costa del cúmulo de relaciones que logró conservar en los sexenios de De la Madrid, Carlos Salinas y de Zedillo. Particularmente está interesado en la relación con los medios.

Entre los miembros de su equipo se encuentran Guillermo Ruiz de Teresa (coordinador de giras y planeación), quien ha construido su propia relación con Labastida; Julio Derbez del Pino (discursos), autor del libro ?Público?, el cual habla sobre la complejidad del tablero del ajedrez político en México, y ex coordinador de asesores de Francisco Pesqueira y Joaquín Álvarez Ordóñez (coordinador regional en el DF).



De Sinaloa al DF

Otro grupo lo integran ex colaboradores de Labastida en el gobierno de Sinaloa, en la Secretaría de Agricultura y en la de Gobernación, quienes tienen al secretario particular del candidato, Marcos Bucio, como su mejor aliado.

Todos ellos tienen acceso a Labastida, aunque algunos permanecen aún en el gobierno federal: Jorge Cárdenas Elizondo, secretario de Finanzas del CEN del PRI; Ignacio Lara, secretario de Prensa del PRI; José Antonio Mendoza Zazueta, subsecretario de Desarrollo Rural; José de Jesús Canobbio, director de Planeación del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación; y Sergio Ernesto Orozco Aceves, director general de Gobierno de la Secretaría de Gobierno.

Frente salinista

A pesar del deslinde público del candidato con el ex presidente Carlos Salinas, en el interior de la campaña se encuentra también el flanco del salinismo, cuya cabeza es Adolfo Orive Bellinger. En el sexenio pasado, Orive se alió a Luis Manuel Téllez Kuenzler y a Arturo Warman para llevar a cabo las reformas al artículo 27 constitucional.

Orive se acercó a Labastida en forma fortuita. Tras la renuncia de Emilio Chuayffet y posterior ascenso de Labastida a Gobernación, Orive fue invitado a la dependencia como coordinador de asesores. Por esos días, la matanza de Acteal (diciembre de 1997) se había convertido en el principal tema de la agenda política nacional y nadie mejor que Orive para asesorar sobre el conflicto chiapaneco, en el que incluso él fue protagonista hace dos décadas.



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