Narcos `peregrinan` hasta Chalma
A Chalma hay peregrinaciones todo el año. Eso lo saben todos los católicos mexicanos y lo sabían también narcomenudistas de Tepito. Caminar hasta el templo del Señor de Chalma es para unos un acto y prueba de fe, para otros como Adolfo Rojas Altamira y los miembros de su célula, fue la mejor oportunidad para transportar drogas del Distrito Federal hacia el estado de México. Caminar por horas o días bajo el sol, la lluvia o el frío. Dormir en despoblados y mal comer junto con verdaderos peregrinos hasta llegar al templo del Señor de Chalma u otros sitios de culto en los alrededores del Distrito Federal, sirvió a narcomenudistas de Tepito para disfrazar la distribución de droga en la vecina entidad mexiquense. Hace casi un año, la Agencia Federal de Investigacion (AFI) descubrió el sistema de utilizar peregrinaciones religiosas como disfraz para la distribución de drogas en los alrededores de la ciudad de México, según el expediente del caso al que tuvo acceso EL UNIVERSAL. Ese método es quizás la última innovación a que han recurrido los narcotraficantes para realizar sus operaciones. Los métodos más utilizados hasta ahora por narcotraficantes para el transporte hormiga de droga cantidades que no superan los 30 kilogramos de estupefacientes son en dobles fondos en vehículos, llantas, asientos, maletas, suelas de zapatos, tanques de gasolina, chamarras o cualquier otro objeto que se preste para ello, dice el director general de Despliegue Regional Policial de la AFI, Rodolfo de la Guardia. Hay quienes se adhieren o pegan la droga al cuerpo o la llevan en las partes íntimas; la transportan en cápsulas que se tragan no obstante el peligro de que puedan estallarles en el estómago y morir por ello; los que prefieren los pañales de sus hijos recién nacidos, tubos de bicicleta o latas con comida, pero no se conocía sobre la utilización de peregrinaciones religiosas, según los reportes oficiales de la Procuraduría General de la República (PGR). Incluso, las autoridades tienen la sospecha de que las peregrinaciones en las que participó la banda de narcomenudistas de Tepito fueron escoltadas por la policía, quien ignoraba que ellos se encontraban entre los devotos. Regularmente, las peregrinaciones son resguardadas por patrullas y oficiales para evitar accidentes en carreteras o zonas de mucho tránsito vehicular. Esta banda de narcomenudistas de Tepito que se confundía con verdaderos feligreses tiene desde el 23 de mayo pasado todo el tiempo necesario para arrepentirse de lo que algunos consideran un sacrilegio. Y no es para menos luego de ser detenidos camino al santuario del Señor de Chalma con un total de 10 kilos de mariguana empaquetada y lista para su distribución. El nombre de su objetivo: Adolfo Rojas Altamira. En su contra, la juez quinto de distrito de procesos penales federales, Olga Sánchez Contreras, giró una orden de aprehensión por el delito de portación de arma se fuego sin licencia, de acuerdo con el expediente 203/2001. A punto de ser arrestado por los agentes encubiertos en las calles de Matamoros y avenida Reforma, en la colonia Peralvillo, en la delegación Cuauhtémoc, Rojas Altamira hizo una revelación a uno de los informantes que tiene la AFI en Tepito. Le dijo que habría una peregrinación a Chalma y que irían la mayoría de los miembros de su banda, pero que en realidad todo eso sería un ardid para poder llevar droga al estado de México. Ello fue a la postre la principal pista para llegar a la mayoría de los integrantes de la célula de narcomenudistas en la que participaba Rojas Altamira y descubrir uno de sus métodos para sacar droga de Tepito hacia zonas aledañas al Distrito Federal, indica el funcionario de la AFI, Rodolfo de la Guardia. En los días siguientes, la AFI infiltró a varios de sus agentes en la zona. Colocó vigilancias fijas y móviles en diferentes puntos. Verificó datos con sus informantes y preparó lo que denominó como operación Chalma. Los verdaderos devotos ignoraban que junto a ellos caminarían y tratarían de pasar inadvertidos un grupo de narcomenudistas. Ese domingo y desde muy temprano inició desde el corazón de Tepito la caminata de más de 90 kilómetros hacia Chalma, lugar considerado milagroso por su centenario árbol de ahuehuete de cuyas raíces brota y corre agua que la tradición popular atribuye propiedades milagrosas y es testigo de los ritos de iniciación para quien por primera vez va a Chalma. Desde el inicio de la peregrinación hubo rezagados. Entre los últimos estaban los ocupantes de una camioneta pick up, color blanco, con placas de circulación KV-27527 del estado de México y con una lona cubriendo la parte de atrás. En la esquina que forman las calles Lafragua y avenida Reforma, colonia Tabacalera, elementos de la AFI le marcaron el alto al vehículo. A las seis personas a bordo, Manuel López Ramírez, Aldo Cabrera Aguilar, Andrés Sánchez Colín, Jonathan Espinoza Olguín, Isaac Ismael Jiménez Fuentes y Alan Feliz Omar Morales, se les descubrió entre sus maletas una bolsa de plástico con mariguana, cinco envoltorios que tenían un total de 91 pastillas sicotrópicas, "activador h-10 para celestic", dos tambos de solventes y diversos objetos. Y sobre Adolfo Rojas Altamira informaron que él se encontraba ya camino hacia La Marquesa, en compañía de más gente que participaba en la peregrinación. Y también dijeron que el acuerdo era que todos se reunirían en el valle del Conejo, donde comerían y se pondrían de acuerdo para sus actividades. Aproximadamente a las 16:00 horas de ese domingo, en el entronque de la carretera federal México-Toluca, en el camino que lleva hacia el poblado denominado Xalatlaco, la AFI localizó a un grupo de 35 personas. Todos llevaban playeras con imágenes religiosas, incluyendo los narcomenudistas que en algunos casos portaban tatuajes de la Santa Muerte. Ahí se localizó a Rojas Altamira y al revisar las pertenencias de él y sus cómplices los agentes federales encontraron lo que buscaban. Un total de 10 kilos de mariguana, 31 envoltorios con aproximadamente 360 pastillas sicotrópicas, dos envoltorios con hierba verde y seca, y ocho envases de plástico con solventes. En ese lugar se detuvo a 28 adultos. A siete menores de edad los dejaron libres. "Fue un acción limpia. No hubo un solo disparo ni violencia. Se logró el objetivo. Se desintegró una célula de narcomenudistas", agrega con satisfacción. En sus oficinas de la AFI, en la calle de Moneda 333, De la Guardia explica el porqué de este operativo "limpio", como él lo califica. Es el resultado, dice, del esquema bajo el cual trabaja la agencia y su personal. "Hoy por todos los elementos de la AFI realiza investigaciones sólo bajo la estricta existencia de una averiguación previa. Esa es la gran diferencia entre lo que sucedía en el pasado y lo que ahora realiza la agencia", añade. Es decir, comenta el director, no estamos en la calle sólo esperando o viendo qué encontramos. Lo que hacemos en la AFI es que construimos un caso sólido con la cobertura del Ministerio Público que nos da las líneas de investigación y nosotros generamos y amarramos las líneas de investigación. Rodolfo de la Guardia subraya que eso fue lo que pasó en la operación Chalma, asunto que evolucionó desde diferentes frentes. Primero desde la coordinación que hay entre autoridades de los diferentes niveles de gobierno en la zona de Tepito, de donde salió inicialmente una línea de investigación. "Verificamos todos y cada uno de los datos obtenidos y, en particular en este caso, se nos informó de la peregrinación, que suponía lógicamente que no sería sencillo realizar un operativo y un aseguramiento directo de los narcomenudistas, porque obviamente la mayoría de esa peregrinación estaba formada por familias, gente buena y noble", indica el funcionario. Ante ello, señala, infiltramos gente muy capacitada entre la que participaría en la peregrinación e incluso con los organizadores de ésta, con el fin de establecer un plan de acción y conocer todos los movimientos que seguiría la caminata religiosa. Hasta antes de esta acción, "conocíamos de la existencia de este grupo de narcomenudistas, pero no había un caso contra ellos para lograr una orden de aprehensión", expresa. Fuimos con ellos dentro de la peregrinación hasta La Marquesa, y desde antes nuestra gente reportaba cada movimiento de la célula de narcomenudistas, de tal manera que en ese momento tuvimos la certidumbre de que íbamos a encontrar la droga. Finalmente, dice, logramos ubicar al grupo delictivo y detenerlos sin un solo altercado o violencia. Eso es el resultado de un trabajo de inteligencia, que te permite ir adelante de cualquier acción que pretendas realizar. "Esta gente fue puesta a disposición del MPF en el Distrito Federal, se les consignó por la portación y trasiego de esa droga". "Esta es una historia de éxito que merece ser contada", concluye De la Guardia.
Preparar la peregrinación
La tarde del 16 de mayo de 2003, elementos encubiertos de la AFI trabajaban en Tepito para cumplir una de las órdenes de su Jefatura Regional en el Distrito Federal. Su misión era ejecutar una orden de aprehensión girada contra un miembro de una de las bandas de narcomenudistas que operan en el llamado barrio bravo de la ciudad de México.
El operativo
El mismo domingo 23 de mayo en que EL UNIVERSAL revelaba por primera vez que los capos del narcotráfico seguían operando desde las prisiones y que era necesaria mayor vigilancia en las cárceles de máxima seguridad, los peregrinos de Tepito iniciaron su caminata hacia el municipio mexiquense de Malinalco, donde se encuentra el santuario del Señor de Chalma.
Investigación con éxito
Los entretelones de esta investigación son revelados por Rodolfo de la Guardia, quien de entrada considera el operativo Chalma como una de las muchas historias de éxito de la agencia.





