Son sólo cinco halcones. Los únicos, de cientos de integrantes que formaron parte de este grupo, a los que la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) acusó de genocidio en el mismo expediente que integró en contra del ex presidente Luis Echeverría Álvarez por la matanza de estudiantes que se registró el 10 de junio de 1971.

La fiscalía los cataloga así: Rafael Delgado Reyes El Rafles, halcón; Sergio San Martín Arrieta El Watusi, instructor de karate del grupo; Alejandro Eleazar Barrón Rivera El Pichín, instructor de karate; Sergio Mario Romero Ramírez El Fish, halcón, y Víctor Manuel Flores Reyes El Coreano, instructor de karate.

Son sus historias. Las que declararon en 1972 ante lo que era el organismo de inteligencia y espionaje en la década de los 70: la Dirección Federal de Seguridad (DFS).

Las mismas que algunos dicen que los obligaron a firmar bajo tortura. Las mismas que fueron rescatadas del Archivo General de la Nación y que se asegura les arrancó personalmente el ex titular de la DFS, Miguel Nazar Haro.

Esas historias que rechazaron o ratificaron más de 30 años después ante la Femospp y que se encuentran en el expediente que hizo público la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y que se refiere a la sentencia a través de la cual el juez federal César Flores Rodríguez se negó a girar órdenes de aprehensión en su contra, por estimar que el delito de genocidio por el cual se les acusa ya prescribió.

Porque tres de ellos niegan o rechazan haber sido parte de Los Halcones, mientras que los otros dos reconocen haber formado parte de este grupo, lo que ninguno de los 11 acusados había aceptado.

Estos, pues, son algunos extractos de las versiones de los cinco presuntos halcones acusados.

Desaparecer en un día

La fiscalía recopiló una declaración que rindió Rafael Delgado Reyes el 11 de enero de 1972 ante el entonces subdirector de la DFS, Miguen Nazar Haro, en ella el ex integrante del Batallón de Fusileros Paracaidistas del Ejército narra su paso por el grupo de Los Halcones.

Después del enfrentamiento con los estudiantes, Rafael Delgado narra que "como a las 20 horas de ese día se regresaron al campo de entrenamiento en San Juan de Aragón, donde les ordenaron desmantelar todas las instalaciones, cosa que realizaron y terminaron al día siguiente, 11 de junio por la mañana, siendo trasladados al Palacio de los Deportes, donde su comandante les dijo en grupos aislados que habría necesidad de realizar algunas `acciones` para distraer la opinión pública sobre los hechos del día anterior y que estas acciones deberían consistir en la quema de vehículos cerca de Universidad y en realizar algunos asaltos a personas o instituciones bancarias, y que estas instrucciones eran emanadas de El Maestro, o sea Manuel Díaz Escobar, que al declarante le tocó ir con otro grupo a la Tesorería del Distrito Federal, al sótano del edificio al día siguiente, donde pasó únicamente lista durante 10 días al término de los cuales les dijeron que quedaba disuelta esa organización y les dieron instrucciones para que fueran a cobrar una gratificación en un taller de reparación de carros por el rumbo de San Andrés Tetepilco, que asistió a dicho lugar donde le dieron 5 mil pesos?".

Pero, el 19 de noviembre de 2002, Rafael Delgado Reyes aseguró ante la fiscalía que dichas declaraciones las había hecho porque fue sometido a torturas por la DFS.

Más tarde, el 13 de enero de 2003 se presentó voluntariamente ante la fiscalía para reconocer que sí había pertenecido al grupo de Los Halcones, pero en su nueva declaración precisó que el 10 de junio, después de verse envuelto en medio de una balacera frente a la "escuela normalista", abandonó el lugar corriendo y que desde esa fecha no volvió al centro de operaciones de Los Halcones, "ni siquiera para cobrar".

Y que no fue sino hasta un año después cuando elementos de la DFS lo sacaron de su casa, lo torturaron, lo mantuvieron en una cárcel clandestina y lo obligaron a aceptar que había participado en el asalto a un banco y otro establecimiento.

De ?halcones? a asaltantes

Sergio San Martín Arrieta, ex paracaidista del Ejército, también declaró por primera vez sobre este caso el 9 de enero de 1972 ante el subdirector de la DFS, Miguel Nazar Haro, a quien le dijo que ingresó a Los Halcones en febrero de 1971 como maestro de karate.

En su declaración precisó que sólo participó en la disolución de dos marchas: una de estudiantes y otra de campesinos, porque agregó en marzo de ese mismo año prefirió "renunciar y desempeñar otro empleo más legal, puesto que se había dado cuenta que esa organización era turbia y desempeñaba actividades ilegales".

Posteriormente, al enterarse que a fines de junio habían desaparecido al grupo de Los Halcones , se reunió con algunos de sus compañeros, entre ellos Rafael Delgado Reyes y Víctor Manuel Flores Reyes para cometer asaltos, en que destacan los que realizaron a algunos a bancos.

El 11 de enero de 2003 compareció ante la fiscalía y desde un principio aceptó haber formado parte del grupo de Los Halcones, pero aseguró que no participó en los hechos del 10 de junio de 1971.

En su última declaración dijo haber dejado a Los Halcones una semana antes de los acontecimientos, "ya que no estaba de acuerdo cómo se estaba formando al grupo, ya que se estaban entrenando a los integrantes para reprimir a estudiantes y manifestantes".

En su comparecencia ratificó la declaración que hizo en 1972, pues sostuvo "que se convirtió en un atracador en compañía de algunos ex halcones?.

Aunque destacó que por estos hechos estuvo recluido durante cinco años en una celda clandestina del campo Militar Número Uno, sin que hubiera sido sometido a juicio.

?Ellos o nosotros?

En un informe elaborado por la DFS, en el que no se señala la fecha, se presentan declaraciones de Alejandro Eleazar Barrón Rivera, en las que asegura que el 14 de enero de 1971 ingresó como instructor de karate al grupo de Los Halcones y narra brevemente su participación en los hechos del 10 de junio de 1971.

En esa declaración Barrón Rivera cuenta que tras ser transportados en cinco camiones y haber sido dejados en las proximidades de la Escuela Normal recibieron las siguientes instrucciones: "La primera era disolver los estudiantes, la segunda si era sospechosa arrestarla, también no golpear a nadie en la cabeza, recoger los heridos del bando que fuese para llevarlos a la ambulancia, pero al ser recibidos por parte de los estudiantes a golpes, se vieron en la necesidad de hacer disparos al aire, pero empezaron los estudiantes a disparar de dentro de la normal y de los edificios contiguos, entonces llegó un comandante de estos momentos, de nombre o apodo Roca, quien ordenó: "Que ellos o nosotros", así pues procedieron a disparar en forma efectiva hacia los lugares de donde los estudiantes estaban abriendo fuego; también, cuando supieron que en el puesto de socorros de la Cruz Verde Rubén Leñero se encontraban varios estudiantes escondidos en el tercer piso, procedieron a desalojarlo sin ninguna consecuencia; posteriormente a las 21:00 horas procedieron a trasladarse a su base".

Pero el 26 de junio de 2003, al comparecer ante la fiscalía, Barrón Rivera negó todos los cargos en su contra al responder más de 60 preguntas, porque dijo ignorar y desconocer todo lo referente al grupo de Los Halcones.

En su declaración destacó que en 1970 o 71 fue secuestrado en noche por cuatro sujetos que lo mantuvieron vendado y que así le hicieron firmar un documento del cual hasta la fecha desconoce su contenido.

?Fui preso político?

Sobre Sergio Mario Romero Ramírez, señalado como integrante de Los Halcones , la información es escasa, por lo menos en el texto difundido públicamente la Corte.

La única información precisa es la que señala que en la declaración que rindió ante la Fiscalía el 28 de octubre de 2002 manifestó lo siguiente: "Niego terminantemente las imputaciones que existen en mi contra en virtud de que las mismas son falaces y carecen de fundamento legal, queriendo únicamente involucrar al compareciente en hechos que jamás tuvo relación alguna".

En su comparecencia ante la fiscalía, Romero Ramírez recordó que fue encarcelado durante el sexenio de Echeverría, fue acusado de robo con violencia, robo simple, conspiración, ataques a las vías generales de comunicación y daños en propiedad ajena. Pero que después de permanecer en prisión durante siete años, por ser un "preso político", fue liberado por la amnistía que se decretó en septiembre de 1978.

Un ?halcón? herido

De Víctor Manuel Flores Reyes también hay una declaración que rindió ante el entonces subdirector de la DFS, Miguel Nazar Haro, el 17 de enero de 1972, en la que asegura que después de haber formado parte de la Armada de México ingresó al grupo de Los Halcones como instructor de karate y yoga.

Como instructor, cuenta, estaba exento de participar en los actos de represión, pero que todos recibieron la orden de participar en la disolución de la marcha de estudiantes del 10 de junio de 1971.

El grupo en el que iba fue el primero en chocar con los estudiantes, "entre los cuales hubo algunos que sacaron pistolas de entre sus ropas y los repelieron a balazos, por lo que Los Halcones encargados de la escolta de los camiones que servían para movilizarse, tomaron de ellos las metralletas que utilizaban para su seguridad y contrarrestaron el ataque; que en medio de los disparos el externante recibió uno en el antebrazo izquierdo, al parecer proveniente de los estudiantes armados, que en unión de otros compañeros halcones también heridos de inmediato fue trasladado al hospital Militar, donde fue atendido de la lesión y permaneció encamado durante cinco días".

Días más tarde recibió 5 mil pesos como indemnización por su retiro del grupo de Los Halcones, el cual fue desintegrado.

Ante este escenario se reunió con algunos de sus ex compañeros, entre los que se encontraban Rafael Delgado y Sergio San Martín, para cometer una serie de asaltos.

Sin embargo, al comparecer ante la fiscalía el 12 de marzo de 2003, Víctor Manuel Flores Reyes dijo que nada de lo asentado en la anterior declaración era verdad, aunque sí reconoció como suya la firma que aparecía en el documento.

Sobre este último punto aseguró que los agentes de la DFS que lo detuvieron le inyectaron una sustancia desconocida y le hicieron firmar el documento del cual desconocía su contenido hasta que se lo mostró la fiscalía.

Flores Reyes, quien está siendo tratado en el hospital siquiátrico de Jalisco, aseguró que si conoció a algunos de losLos Halcones fue porque cuidaba la casa donde vivían.