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'Popper', la droga afrodisiaca

Marco Lara Klahr| El Universal
Domingo 20 de febrero de 2005
El inhalante "anula el cerebro y deja el puro instinto". Oficialmente no existe, pero se puede producir en casa. Disfrazan el químico sicoactivo con aromatizantes y productos de limpieza. Lo identifican con el mundo `gay`

Un fogonazo al sistema nervioso por no más de 150 pesos el envase de ocho a 30 mililitros con empaque de colores intensos. Eso es el líquido dorado, la sustancia anhelante llamada popper . En Los excluidos , Elfriede Jelinek escribe: "Lo cotidiano es gris". Quizá movido por un sentimiento así Jorge diga que, para él, "es divertida, me controla, me vuelve un demonio; ¡es la reina de las drogas!"; y Antonio: "Inhalas popper , te sobreviene un mareo, sientes una opresión en el pecho, y enseguida ganas de besar, chupar, fundirte con otro cuerpo". Aunque el sexólogo Luis Perelman opina que es complicado: "Si en esta sociedad hay personas que por ejercer su sexualidad son confinadas al basurero de la humanidad, algunas se suicidan y otras se entregan a la diversión total; es donde interviene el consumo de sustancias".

Miles de frasquitos ambarinos o ampolletas de origen imprecisable cargadas del popular y vaporoso estimulante sexual de diseño nombrado popper animan un circuito subterráneo con la intervención de comercio informal, sexoservicio, sex shops , tiendas virtuales, chats , discotecas, bares, hoteles, baños públicos y fiestas en ropa interior, leather , swinger o rave . Cifras de comercio y consumo no hay. Oficialmente el popper no existe.

El corazón que bombea hacia el país el evanescente líquido amarillo es Tepito, a orillas del centro histórico capitalino. "Yumbina, tinta china , espray, poppers ", es por esos bajos fondos un socorrido pregón, detrás del cual se agazapa el mayoreo para sex shops . Luego, es difícil encontrar una de dichas tiendas donde no se venda de manera más o menos abierta. No hay marcas patentadas, pero sí una profusión de etiquetas de mercado negro, la más popular de las cuales (en México) es Rush.

La denominación popper (por popped , "estallido", puesto que se distribuía en ampolletas que tenían que ser abiertas e inhaladas al instante) oculta en realidad compuestos altamente tóxicos e inflamables derivados de los nitritos de alquilo (isobutilnitrito, butilnitrito y amilnitrito), usados como vasodilatadores desde mediados del siglo XIX en Europa, para pacientes con angina de pecho y diversos males cardiacos crónicos.

Fuentes policiales capitalinas sitúan en la colonia Morelos, y en particular en la parte de la calle de Panaderos cercana a avenida del Trabajo, la principal industria clandestina de activo (inhalable) que se consume en el país. En aquellos laboratorios podría estar procesándose una cantidad de popper que luego se mezcla con la que llega del exterior, en mayor volumen, por las mismas vías que el contrabando chino, por ejemplo. Sobre si la producción casera es posible, está el testimonio de Juan Manuel: "Crecí en la Unidad Infonavit Iztacalco, donde a mediados de los 80 un amigo que estudiaba ingeniería química nos lo dio a probar. Alguna vez lo acompañé a la Facultad de Química, en la Ciudad Universitaria, y ahí me enseñó cómo lo hacía y la fórmula. Fuimos al Festival Acapulco 86 y llevamos para completar los gastos frasquitos de popper envueltos en las bolsas de dormir, que vendimos en 100 pesos cada uno".

Producir popper no es tan difícil; el alcohol butílico y el nitrito de sodio, sus precursores químicos, están disponibles en el mercado y la temperatura para cocinarlos la da un horno convencional. En publicaciones europeas del tipo de The Ultimate Gay Guide , de Jon Saponarsky, se advierte que quema la piel, y es que los cristales que resultan de la mezcla original se diluyen en ácido sulfúrico. Antonio Escohotado dice en su Historia elemental de las drogas que "un químico competente" puede extraer de fármacos legales drogas sintéticas y que a veces éstas "son fruto de cocinas domésticas".



Sin identidad de origen

A simple vista, es imposible identificar la procedencia geográfica del popper . Ni frascos ni envolturas aportan pistas. Perico , putazo , oro líquido , rush y clímax son nombres con los que corre en círculos homosexuales (como algunas de las fiestas milk o cuartos oscuros de sitios como La Casita, en la colonia Roma), de parejas intercambiables (swinger ) y de leathers ; lugares nocturnos para adolescentes, así como raves y espacios abiertos donde se ejerce prostitución. No obstante la imposibilidad de identificar su origen, según testimonios recogidos ex profeso y avisos en la Red (psiconautica.com , liquidaromas.com , poppers.to , realpopper.com , allaboutpoppers.com ), los mejores serían franceses, holandeses, canadienses y estadounidenses.

La tapadera para las tiendas de productos eróticos y para quienes lo transportan o consumen es que este químico sicoactivo sirve para limpiar cabezas de reproductoras de video y artículos de piel, o como aromatizante, por su olor "dulce y frutal" según lo describe Miriam Stoppard (Qué son las drogas , 1999)?, esa es la razón por la cual las etiquetas de algunas marcas tienen la leyenda "este producto no es para consumo humano".

De cualquier manera, no hay averiguaciones previas en la Procuraduría General de la República o noticia sobre decomiso en vehículos, comercios o bodegas de frascos de popper ni de nitrito de alquilo, el químico genérico. Tampoco se le incluye explícitamente entre las sustancias prohibidas o restringidas por las leyes penales y sanitarias federales. En México su nombre no aparece en ningún documento oficial público, no obstante que la agencia antinarcóticos estadounidense (DEA) considera al popper entre las drogas inhalables más perjudiciales (www.dea.gov ). Fluye a través de una laguna legal, aunque "está tan proscrito por la gente correcta, que se volvió público", añade Jorge, quien recuerda un diálogo con un policía en la playa Condesa de Acapulco: "`¿Qué es esto?`, me preguntó al encontrarme el frasco. `Un popper `, le respondí. `¿Para qué sirve? ¿Se toma?`. `No, se inhala, mira, huélelo`, lo olió y luego me dejó ir".

La primera noticia que se tiene de su uso como afrodisiaco data de 1961 (liquidaromas.com ). Si hasta ahora tiene de alguna manera el estigma de droga gay es porque en aquella época se le utilizó en los círculos homosexuales y sadomasoquistas de San Francisco y otras ciudades de EU, convirtiéndola en un símbolo más de identidad; y también porque en 1987 la sociedad médica mundial lo vinculó con la epidemia del VIHsida, pues muchos de los pacientes con sarcoma de Kaposi (una infección epidérmica oportunista) reportaban haber sido consumidores de popper .

Sigue habiendo quienes piensan que es droga gay . Jorge, quien lo inhala desde hace una década, cuando tenía 22 años, siempre después de consumir cantidades perturbadoras de tabaco, alcohol y cocaína, cree que "ni la cocaína ni los ácidos ni la tacha ni el alcohol definen a un homosexual como el popper ; es determinante, porque permite saber hasta dónde está dispuesto a llegar. Se me ocurre que los bugas (heterosexuales) no lo usan".

Jorge refiere que hace pocos años existían los baños Torreblanca, en la avenida Álvaro Obregón de la colonia Roma, donde "de lunes a sábado, a las cinco de la tarde, en el vapor se concentraban decenas de hombres, todos contra todos, consumiendo poppers ", y que hoy, en unos baños públicos cercanos a la zona de prostitución de Sullivan, sobre todo "los domingos, entre las nueve y las cuatro de la tarde, alrededor de 200 se encierran en el vapor; ves frascos de popper hasta en el excusado".

Antonio, otro treintañero, piensa igual: "En el mundo gay , que te den popper es como regalarte una flor; hay implícita una fantasía, te dice quién es de los tuyos". Recuerda que "lo probé en 2001, durante la primera fiesta en ropa interior a la que asistí, una de las llamadas fiestas milk , en la Cerrada de Salamanca, por el metro Sevilla, que organizaba el capitán Miguel, un policía judicial, y en las que participaban 35 o 40 hombres. También en La Casita mucha banda saca poppers ", lo mismo que "en el club de sexo al que asisto, llamado Mestizo Mexicano, que se difunde por internet y lo organiza un empleado de la Presidencia de la República en diferentes casas". Después de contar una experiencia reciente con popper en la que se desvaneció y sufrió alucinaciones, concluye: "Sí, creo que es una droga gay ".

Juan Manuel, en cambio, recuerda lo mismo que hoy diría cualquier adolescente en un rave o en los jardines preparatorianos: "Lo usábamos para armar desmadre, para gritar y caminar encima de los coches, no tenía para nosotros ninguna implicación sexual".



Hermetismo por vincularlo al mundo ?gay?

En Estados Unidos, Canadá y Europa abunda información gubernamental sobre consumo de popper , y no con tono intimidatorio. Sobresalen www.healthscotland.com , del Instituto de Salud Pública de Escocia, y www.ti.ch , del cantón Ticino suizo, donde se exponen el modo de uso, sitios de venta, efectos, contraindicaciones, consecuencias para la salud e información legal. En México no sólo no se le menciona en las instituciones policiales o de procuración de justicia, sino tampoco en las sanitarias y las educativas.

Luis Perelman, vicepresidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, está convencido de que "hasta que no haya una tragedia no harán nada" y que aunque hay políticas de información sobre determinadas drogas, "el problema es que del popper se prefiere no hablar porque se le relaciona con el mundo gay ".

En una perspectiva más amplia, Perelman explica que "a los seres humanos nos gusta la seguridad tanto como la emoción; en esa dicotomía, si nos sentimos seguros, buscamos aventuras, y a la inversa, es como desde hace siglos se han buscado formas de intensificar la experiencia sexual".

Hay, dice, una complejo trasfondo social: "Para que la salud sexual se logre hay que garantizar los derechos sexuales, y la sociedad se caracteriza por reprimir la sexualidad y los derechos sexuales; ve mal toda expresión sexual, creando una sexofobia. Así, mucha gente siente que está en un vacío en cuanto transgrede cierta línea, encuentra una zona donde siente que puede hacer lo que sea, dejando de lado la responsabilidad, y entonces ahí ya no estamos de acuerdo. Si la sociedad impide el ejercicio sano de la sexualidad, vivimos ésta con remordimiento y buscamos formas de escape, lo cual explica, en parte, el uso de alcohol, viagra o popper ".

Perelman, que es también director del centro cultural El Armario Abierto, advierte que ni el popper es una droga gay, ni la mayoría de dicha comunidad lo consume: "Esto, repito, tiene que ver con la represión sexual, la cual, eso sí, padecen en especial los homosexuales, porque para la sociedad ser puto es peor, por ejemplo, que ser puta ; entonces hay gente que se pregunta para qué vive o se dispone a vivir el momento; de ese modo, el popper se consume en un contexto de fiesta, alcohol, otras drogas y sexo; como no puede ejercerse el derecho a la sexualidad, se opta por aumentar los riesgos".

En todo esto, añade el sexólogo, "hay una deshumanización, se construye la imagen de que los homosexuales son monstruos, incluso se habla de que son seres abyectos; si en esta sociedad hay personas que por ejercer su sexualidad son confinadas al basurero de la humanidad, algunas se suicidan y otras se entregan a la diversión total; es donde interviene el consumo de ese tipo de sustancias".

Jorge, con su propia experiencia, en cierta forma da la razón a Perelman: "El popper te vuelve el peor de todos... y el mejor. Me encanta porque te anula el cerebro y te deja el puro instinto". Y aunque con motivaciones bien distintas, coincide también con las políticas oficiales de silencio total: "El popper es demente, no tiene límites y no hay que hablar de él".



Inhibiciones y tabúes

"El uso progresivo de estimulantes como poppers demuestra la ignorancia de nuestras comunidades sobre el enorme potencial que cada individuo posee para alcanzar el placer sexual con plenitud y responsabilidad sin necesidad de recurrir a ellos", declara Andrés Flores Colombino, presidente de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y Educación Sexual.

Consultado por EL UNIVERSAL, el experto uruguayo dice que "toda sociedad que convierta la utilización sistemática de estimulantes químicos para intensificar la experiencia sexual revela que existen inhibiciones y tabúes vigentes, y limitantes de la libre expresión placentera de la sexualidad".

Respecto de una política pública que encare el consumo creciente de popper en la sociedad latinoamericana, opina que "las políticas de salud sexual deben apuntar a crear una cultura de las sociedades sexualmente saludables, a través de la educación sexual a todos los niveles. La política de salud sexual está integrada con las políticas sociales que apunten a la salud mental, reproductiva y de erradicación de la violencia".

Respecto de un diagnóstico sobre salud sexual que permita conocer la dimensión del papel que juegan sustancias sicoactivas como los poppers entre los latinoamericanos, Flores Colombino afirma que "no existe una declaración oficial, pero sí múltiples trabajos de diferentes autores sobre los efectos a corto (afrodisiacos), mediano (neutro) y largo (inhibitorios) plazo de sustancias de uso recreativo y modificadores de la conciencia. En ningún caso se recomienda su uso en estos trabajos, aunque se reconoce su posible efecto estimulante inicial. Tampoco se han incorporado estas sustancias a la terapia sexual, y todo el notable desarrollo de las neurociencias ha permitido alcanzar progresos en el tratamiento y prevención de las disfunciones sexuales y el logro de mayor placer a varones y mujeres, preservando a las personas de la despersonalización a que se exponen por el uso de las drogas".



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