El presidente Vicente Fox se apartó del debate político y por primera vez en lo que va de su mandato abordó de manera pública el tema de la adopción de sus cuatro hijos: Ana Cristina, Paulina, Vicente y Rodrigo, y además no dudó en abrir la posibilidad de sumar uno más a la familia, pero aceptó que a su edad esto sería un acto "egoísta e irresponsable".

Habló de las dificultades que enfrenta un matrimonio con incapacidad para la concepción natural, para concretar un proceso de adopción, y recordó que en su caso la búsqueda duró más de 10 años, y que fue en una casa cuna en Monterrey donde encontró a la que sería su primera hija adoptiva: Ana Cristina.

Fox tocó de manera abierta la adopción de sus cuatro hijos, con lo que acabó con el tabú del tema, del que nadie trata con el Ejecutivo federal, y menos públicamente.

Ningún sacrificio

"Sin duda que para mí no fue un sacrificio, porque hay mucha gente que aprecia a un matrimonio que adopta pensando en que está haciendo un sacrificio o una obra de caridad. Ese no es el sentimiento, el sentimiento es de amor, de enriquecimiento personal y de encuentro. Con la adopción, uno sale ganando muchísimo, sale ganando el niño y sale ganando la integración familiar", explicó Fox.

Fue en una entrevista realizada por el periodista Eduardo Salazar, en su programa Rompiendo el silencio , donde el presidente Fox habló por primera vez de este asunto, y en la conversación aseguró que sus hijos siempre supieron de su condición de adoptados, que jamás ocultó la verdad y que incluso les pide orar por sus padres naturales.

"Yo tengo cuatro maravillosos hijos, Ana Cristina, Paulina, Vicente y Rodrigo, los cuatro de ellos adoptados, y son una maravilla, la verdad es que es un encuentro de amor", comentó Fox.

Se olvidó de AMLO

En la plática no habló de política, de presupuesto, de Tláhuac o Andrés Manuel López Obrador, sólo del tema de las adopciones, "de estas criaturitas, que en su infancia o recién nacidas fueron abandonados y que están en una búsqueda intensa de cariño y de amor".

Reconoció que en esta condición también hay padres, "como es en mi caso con mi esposa (en ese entonces Lilian de la Concha), sin poder tener hijos, pero con ese deseo inmenso de dar amor" y de tener una familia.

Para el presidente Fox su encuentro con sus cuatro hijos fue de igual trascendencia, "tan maravilloso" como el nacimiento de un hijo natural.

"Un hijo adoptivo representa exactamente lo mismo, pero además me han dado una vida de felicidad a lo largo del tiempo", confió Fox en una entrevista inusitada, en la que incluso agradeció que se tocara este tema "así abiertamente, porque es muy interesante, muy valioso y es una gran cosa".

Decir la verdad

¿Es complicado el tener que informar a los hijos cuando ya tengan una edad de razonar que son adoptados?, ¿Cómo fue en su caso?

A mí me recomendaron, y me resultó muy práctico, que aun antes de que tuvieran conciencia ir diciendo las cosas. Yo recuerdo muy bien que todos los días en la noche al rezar les enseñaba a mis hijos que dieran gracias a Dios y pidieran por sus padres naturales que no estaban allí, y que ahora éramos padre e hijo; entonces no hubo un momento específico donde se hace el anuncio, sino se dio natural, todos los días se va diciendo y entonces no hay ninguna sorpresa para nadie, se toma perfectamente bien y funciona.

¿Le gustaría adoptar a otro niño más?

Sin duda que sí, que sí me gustaría, pero eso sería egoísta de mi parte. Yo adoro a los niños, yo afortunadamente ya tengo un nieto, a Vic III (Vicente III). Entonces hijos a estas alturas, me parece un poco irresponsable, porque el tener un bebé, ya sea adoptivo o natural, pues la obligación número uno es educarlos y apoyarlos a lo largo de su vida, sobre todo cuando son niños o jóvenes, para que se conviertan en adultos valiosos, y por tanto, ya a estas alturas, ya no sería así. Afortunadamente vienen los nietos y son un don y un gran regalo de Dios. Estoy volviendo a vivir los maravillosos días que tuve cuando mis hijos eran pequeños, ahora los vivo y me recreo con los hijos de mis hijos. La verdad es que la paternidad o el ser abuelo es de los grandes regalos que nos da Dios.