Después de un enfrentamiento contra policías en Matamoros, Tamaulipas, fue detenido Rogelio González Pizaña El Kelín , jefe de sicarios del grupo Los Zetas y uno de los lugartenientes del cártel del Golfo; en el operativo también se detuvo a 56 personas 35 de ellos varones, que no se descarta que formen parte de esta organización criminal.

En Estados Unidos se ofrecía un millón de pesos como recompensa a quien ofreciera datos sobre el paradero del "brazo ejecutor" de Osiel Cárdenas Guillén, ya que se le imputa el secuestro de agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en 1999; mientras que en México hay dos órdenes de aprehensión en su contra por delitos contra la salud y delincuencia organizada.

Durante la balacera en la que el propio González Pizaña resultó herido, dos efectivos de la Policía Federal Preventiva (PFP) fueron lesionados, y perdieron la vida un elemento de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y dos presuntos gatilleros.

En conferencia de prensa conjunta Rafael Macedo de la Concha, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), y Ramón Martín Huerta, secretario de Seguridad Pública federal, indicaron que esta captura, que debilita la estructura del cártel, fue resultado de la Operación Corsario, que desde hace dos semanas se inició en la frontera norte para combatir el crimen organizado y desmantelar sus centros de operación.

Ayer mismo, en medio de un fuerte operativo de seguridad, todos los detenidos fueron trasladados a la ciudad de México para ser interrogados en la PGR, donde se confirmará la identidad de cada uno de ellos, ante la posibilidad de que haya más integrantes de Los Zetas entre los capturados.

Trascendió en Matamoros que presuntamente entre los detenidos está el agente de la Policía Preventiva Martín Lucio, quien se encontraba franco en el lugar, aunque oficialmente no se han dado a conocer nombres de los asegurados.

La captura del sicario

Durante la madrugada del viernes, un convoy de 30 elementos de la AFI y PFP, al realizar un patrullaje, detectaron a varios sujetos sospechosos en las inmediaciones del bar La Covacha, propiedad de Artemio Mora y ubicado en la calle de Lauro del Villar, esquina con Francisco Villa, colonia Santa Elena, en Matamoros.

Macedo de la Concha detalló que los sujetos pretendieron huir al ver las unidades policiacas y dispararon contra los elementos, lo que inició el enfrentamiento, al que después se sumaron militares como refuerzo.

Los elementos lograron someter a los sicarios, quienes incluso emplearon granadas de fragmentación, pues contaban con un arsenal que al final se les decomisó, como lanzagranadas, rifles de asalto, pistolas y revólveres.

González Pizaña intentó huir junto con su escolta a bordo de un Passat con placas de Texas, y para cubrir su fuga lanzó una granada, pero ésta se accionó dentro del vehículo lesionándolo y provocando que su acompañante, identificado sólo como Álvaro "N", muriera calcinado; mientras, otro sicario llamado Iván también perdió la vida al enfrentar a los policías.

Durante la balacera murió el agente federal Omar García Jara, y los policías federales Joel Melgar y Arturo Hernández Hidalgo resultaron heridos, quienes son reportados como graves, en el Centro de Especialidades Médico Quirúrgicas.

Después de lamentar estas bajas, Macedo de la Concha destacó la importancia de la captura de El Kelín , ya que demuestra que "no hay intocables", además de que éste era el líder del grupo de sicarios Los Zetas y coordinaba la seguridad del cártel del Golfo.

También fungía como encargado de las operaciones de narcotráfico desde Colombia con destino final a Estados Unidos, país donde también enfrenta cargos por posesión y distribución de cocaína.

González Pizaña ya había sido detenido en septiembre de 2001 en Matamoros, pero fue suplantado por otro sujeto, con complicidad de siete funcionarios locales y de la PGR, que lo ayudaron a escapar.

Aunque después de lo ocurrido, algunos residentes de Matamoros al considerar que la ciudad se ha convertido en "zona de guerra", han optado por cruzar este fin de semana a la ciudad de Brownsville, Texas, pese a que la presencia policiaca se ha intensificado.